Los Estados Unidos de América y su autodeconstrucción
Autor | Edmundo Castillo Salazar |
Cargo del Autor | Profesor de la Universidad Americana |
Páginas | 483-502 |
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Capítulo XXIV
LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
Y SU AUTO-DECONSTRUCCIÓN
A partir de este capítulo, este libro exhibirá un carácter diferente: se tornará
menos conceptual, histórico y jurídico, para adentrarse en los salvajes parajes de
la política enfocándose en la fenomenología de las relaciones internacionales. Nos
interesa ahora ahondar en el carácter nacional de las sociedades estatales con ma-
yor proyección geopolítica para el siglo XXI; en el entendido que, de este carácter
nacional, dependerá -en gran medida- las acciones que podrán esperarse de cada
uno de los actores estatales relevantes.
Paracomenzar,nosapropiaremosdeunaarmaciónqueyaesconocimiento
común en los tiempos que corren: que el futuro geopolítico del mundo se despla-
zarádelAtlánticoalPacícoy,másespecícamente,haciaelExtremoOriente;si
bien,laturbulenciaseextenderá alPacícoSury alAsiaSuryCentral.Porende,
debemos comenzarse por el principal actor: Estados Unidos; luego continuaremos
con la Federación Rusa, la República Popular China, Japón y la India. Con respecto
a estos otros actores distintos de Estados Unidos, nuestro análisis será, tal vez, más
comprensivo de diferentes aristas (historia, geografía, temperamento, capacida-
des, alianzas y enemistades); lo que es lógico, dada su ajenidad a nuestra geografía
cultural.
En el primer caso, Estados Unidos, optamos por no hacer una exposición tan
extensa como en los restantes capítulos. Y lo hicimos por tres razones: i) porque
su historia y tradiciones nos son más conocidas, por estar históricamente “bajo su
esfera de inuencia”; ii) porque consideramos que los escenarios geopolíticos que
enfrentará Estados Unidos, serán explorados en otros capítulos al abordar cada
una de las Potencias con las que aquel país disputará el liderazgo en el orden mun-
dial; y iii) principalmente, porque la supremacía de Estados Unidos, más que de
susrecursosnaturales,nancierosymilitares,dependerádelestadoenqueseen-
cuentre el carácter moral de su sociedad, así como de la unidad y cohesión de su
cuerpo social. Y estos, como veremos sucintamente se encuentran en estado ruino-
so y fragmentado estructural e irremediablemente.
Edmundo Castillo salazar
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I) LOS GRANDES PERÍODOS DE LA POLÍTICA EXTERIOR ESTADOUNI-
DENSE
La diplomacia estadounidense ha experimentado a lo largo de su historia una
gran transformación, hasta cierto punto no deseada, que permite dividir, grosso
modo, su devenir histórico en dos grandes períodos:
- Un primer período (1776-1945), que va desde su independencia a la Segun-
da Guerra Mundial: en la cual, la actitud antropológica estadounidense fue
de un radical, espléndido e ingenuo aislacionismo frente al comportamiento
inestable y agresivo de las potencias coloniales europeas; y
- Un segundo periodo (1945-a la fecha), correspondiente al dominio global que
este país ha ejercido desde entonces: y que, por su preeminencia y valores
identitarios, le forzó a asumir un autoproclamado rol de guardián y tutor del
“orden mundial” y del “sistema internacional”, con los valores liberales expre-
sados en éste.
Hadeadmitirseque,alnaldecadaunodeestosperíodos,EstadosUnidos
empezó a manifestar cambios en su política exterior, que anunciaban la transición
hacia algo distinto de lo preexistente. Así, Estados Unidos iría manifestando: i) su
presenciaglobal(analesdelprimerperíodo,desdelaGuerrade1898conelRei-
no de España hasta su rol protagónico en Versalles, 1920); o ii) la disminución de
suhegemoníaglobal (analesdelsegundoperíodo, desdelareemergenciadela
Federación Rusa y la emergencia de la República Popular de China).
En lo que sigue, haremos una brevísima caracterización de los factores que
incidieron en el carácter estadounidense para conducirse en la forma antes seña-
lada, esto es: como virtuosos esenios aislados del contaminado derredor, o como
romanos imperiales compelidos a marcar su impronta en el “orden mundial”.
- Primerperiodo(1776-1945):
La clave para descifrar el carácter estadounidense (al menos, durante este
período) radica en tener presente que Estados Unidos es una nación fundada so-
bre una doble utopía: la de que es posible instalar, como realidad concreta (y no
comoaspiraciónlosóca),tantola“libertad política” como la “tolerancia religiosa”.
Por ello, durante sus primeros siglos coloniales e independentistas, sus habitantes
asumieron una actitud antropológica aislacionista, poco ávida a mezclarse con las
antiguas naciones europeas, tenidas como intolerantes, egoístas y belicosas, salvo,
claro está, para los necesarios intercambios comerciales. La vastedad del territorio;
laplenituddesusrecursosnaturales,asícomosudistanteubicacióngeográca,re-
forzaría este “pathos” (sentimiento nacional) y se traduciría en una política exterior
provinciana y mostrenca.
Unemigrante másreciente,de origenalemán,Henry Kissinger,diráde su
país de adopción y de su diplomacia durante los siglos XVIII y XIX: “A pesar de
tan elevadas ambiciones, la geografía favorable y los vastos recursos de Estados Unidos,
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