Los sistemas de Westfalia y Viena - Orden y caos entre las naciones - Libros y Revistas - VLEX 976550866

Los sistemas de Westfalia y Viena

AutorEdmundo Castillo Salazar
Cargo del AutorProfesor de la Universidad Americana
Páginas193-207
193
Capítulo XI
LOS SISTEMAS DE WESTFALIA Y VIENA
I) ELSISTEMADE WESTFALIA:EL“ORDEN MUNDIAL”CIMENTADO
EN EL RECONOCIMIENTO DE LAS NACIONALIDADES Y LA TOLE-
RANCIA RELIGIOSA
Las muertes, persecuciones y agotamiento de caudales públicos, tras las gue-
rras religiosas de los siglos XVI y XVII, propició que los Estados europeos concer-
taran un tratado de paz de carácter multilateral que, a la vez, sentó las bases de sus
relaciones político-jurídicas por los próximos siglos (al menos, hasta el siglo XIX).
Un tratado de paz por el que -los soberanos- se reconocían mutuamente sus sobera-
nías territoriales y su derecho a imponer sus credos religiosos a las poblaciones de
sus reinos respectivos, todo, sobre la idea contractual de compromisos recíprocos.
De esta forma, se logró la tan ansiada y postergada paz continental.
Pero, no nos confundamos con esto. El agotamiento bélico pudo haber con-
cluido con un tratado de paz que hubiera dejado intacto los paradigmas del “sistema
internacional”, con lo que no hubiera habido una muda de sistema, sino una simple
restauración de la paz dentro de lo mismo. No ocurrió así: el “principio imperial” fue
derrotado por el “principio nacional”. La idea de una federación de Estados bajo un
primado imperial y regidos por valores cristianos universales fue derrotada por
la idea del Estado-nación y la noción laica de una primacía de la “razón de Estado”.
Para muchos historiadores este curso tuvo un estadista-diplomático respon-
sable: Armand Jean du Plessis, más conocido en los anales como el Cardenal Riche-
lieu. Este cardenal de la Iglesia, que fuera primer ministro de Luis XIII de Francia,
durante los años 1624-1642, incorporó esta noción de la “razón de Estado” para fa-
vorecer los intereses geopolíticos del monarca al que servía, en detrimento de los
Habsburgos austríacos y españoles que, entonces, procuraban dominar el espacio
germánico para concluir militarmente la Contrarreforma.
Richelieu, quien en su testamento político dejó las reglas para “llegar” en po-
lítica, prescribiendo: “hablar poco, escuchar mucho, ngir interés en la necedad de los
superiores, adular y hacerse temer”,268 entendió perfectamente que Francia quedaría
268 Belloc, Hilai re: “Richelieu”. Editorial Juventud. Barcelon a, 1984. Pág.67. En su testa-
mento también se enc uentra otra cita, que sintet iza la más pura expresión del r ealis-

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR