XVI. Síntesis de la ideología de género
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DERECHO DE FAMILIA,SEXUALIDAD,GÉNERO Y PERSONA HUMANA (EL DEBATE DEL SIG LO XXI)
XIV.
SÍNTESIS DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO
El concepto «género» ha sido ideologizado tanto por el materia lismo ca-
pitalista como por el materialismo dialéctico o marxista-leninista. Desde el
primero cuando se le utiliza en la práctica del mercado para el fortalecimiento
de la sociedad de consumo dominada por el capital privado, y en cuanto a la
visión del segundo porque «el materialismo dialéctico se fundamenta en
elreconocimientocon primacía de la materia dejando como parte secundaria
a la conciencia y considerando al mundo como una materia en movimiento,
igualmente considera a laconcienciacomo una actividad de lamente, es decir
la conciencia se va a deter minar de forma externa a lo natural y social
existentey elaborado en el cerebro» (cfr. https://conceptodefinicion.de/). (ateís-
mo, lucha de clases, dictadura del proletariado). El marxismo define a hombre
y mujer como objetos para la producción de riqueza y el consumo, que genera
la relación costos-ingresos. Desde estas dos perspectivas, la primera ve al hom-
bre y la mujer como objetos para el consumo; mientras que la segunda los ve
como objetos para la producción de riqueza .
La ideologización del género no ha f acilitado su definición, habiéndose
reducido a un vocabulario repetitivo, disperso, que confunde y opaca su sepa-
ración diferencial del sexo; llegando en muchas ocasiones a confundirse con
este y la sexualidad como hemos observado en el transcurso de este trabajo
(cfr. V); no solo en el ámbito teórico sino en el legislativo (vid XIII). Incluso, la
opacidad ha dado lugar a confundir «igualdad de género» con «equidad de
género» como también hemos podido apreciar (v. V).
14.1. No existe naturaleza humana
En lenguaje materialista, el hombre no es hombre ni nada. La mujer no
es mujer ni nada. ¿Qué son antes de ser hombre y mujer? No existen como
tales sino como algo que no se sabe qué es, pero aparecen, siendo nada,
llegan a ser hombre y mujer como consecuencia de las acciones. Cada hom-
bre se construye solo mediante sus ac ciones. Estas han sido condicionadas
por la sociedad, y para ser realmente libres debe liberarse de todos los
condicionamientos.
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GILBERTO GUERRERO-QUINTERO
Y com o se señala347, para quienes estamos comprometidos en la tarea
educativa resulta diáfano que el ser humano no puede crecer si desprecia o
maltrata sus propias raíces, lo que originariamente es. En la raíz de lo que
somos está, en primer término, el ser-criatura, y, en segundo término, el ser-
persona, y concretamente el ser persona-humana, i.e. animal racional, que a
su vez incluye la diferencia sexual: el ser persona-varón o ser persona-mujer.
Esto no es una opción o rol cultural, está en la génesis de nuestro ser hereda-
do. En nuestra mano está poder hacer muchas c osas de nosotros y con noso-
tros, pero no lo está el disponer de estos tres «datos» originarios, puesto que
no nos los hemos dado, sino que nos han sido «dados». Tal es el significa do
de la categoría de lo «sagrado», presente en todas las culturas en la doble
forma del tótem y del tabú; a saber, lo que «no se toca». Si uno mete la mano
ahí, se quema. Suele decirse que Dios perdona siempre –como es natural, per-
dona a quien pide perdón–, los hombres perdonan tan solo algunas veces,
pero la naturaleza no perdona nunca. Y creo que es verdad.
Uno de los rasgos característicos de la ideología del género es348 que trata
de eliminar radicalmente la diferencia sexual, considerándola como una «impo-
sición» de la naturaleza, y, dado que el hombre es un ser «cultural», debería
manifestar su soberanía sobre la naturaleza no dependiendo de ella sino some-
tiéndola a su antojo; y se sigue afirmando que la diferencia sexual no es un dato
fáctico superable, o una mera creación cultural, como pretende la «ideología de
género». Sí lo son en buena medida los llamados «roles» de género, y es cierto
que hay mucho de psicológico, sociológico, histórico y cultural en esos papeles
asignados a un sexo u otro. Pero constituye un exceso la pretensión característi-
ca de la ideología del gender, a saber, que en el fondo también la sexualidad es
un dato cultural, histórico contingente y, según quienes la promueven, algo que
se debe eliminar en pro de la igualdad y la no discriminación.
El hombre y la mujer no son tales, pues sus acciones que hacen que sean
lo que son, han sido condicionadas por la sociedad. El hombre y la mujer
carecen de naturaleza humana, pues solo son una masa inerte que únicamen-
te se construye a través de la dinámica, del movimiento, de la acción. Son
como una caja vacía que se llena solo si algo actúa para llenarla. Cuando el
hombre y la mujer llegan a ser tales queda n condicionados y para ser libres
tienen que liberarse de los condicionamientos. Solo así llegan a ser algo, no
alguien. Por esto la libertad, como atributo de la dignidad de la persona hu-
mana, no cuenta.
En otras palabras, se nace neutro y por esto el individuo no debe nada a
la naturaleza. Por tanto, puede construirse a sí mismo a partir de nada, por-
347 José María Barrio Maestre, Universida d Complutense de Ma drid, «La antítesis naturale-
za- cult ura e n la id eolo gía d e géne ro. l a igua lda d no es « igua lita ria », htt ps:/ /
dialnet.unirioja.es , consultado el 23 de mayo d e 2020.
348 José María Barrio Maestre, Universi dad Complutense de Madrid, « La antítesis naturale-
za-cultura en la ideología de género. La igualdad no es igualitaria», https://dialnet.unirioja .
es, c onsultado el 31 de marzo de 2020.
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