II. Hombre y mujer - Derecho de familia, sexualidad, género y persona humana - Libros y Revistas - VLEX 980634206

II. Hombre y mujer

Páginas49-70
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DERECHO DE FAMILIA,SEXUALIDAD,GÉNERO Y PERSONA HUMANA (EL DEBATE DEL SIG LO XXI)
II.
HOMBRE Y MUJER
La reflexión sobre el hombre en la cultura contemporánea se caracteriza
por una doble polarización, se afirma50; y continúa afirmando que, por un
lado, el desarrollo de las ciencias sobre el hombre tiende cada vez más a la
especialización en el estudio de la naturaleza humana, de los mecanismos
neurofisiológicos, genéticos, y en el estudio de la estructuración, consciente e
inconsciente, de la psique humana. Por otro lado, la filosofía advierte en el
plano teorético que el concepto de persona se hace cada vez más ina sible,
complejo, incierto y difícil de reconducir hacia una compresión exhaustiva y
unitaria del mismo. La especialización sobre el hombre en el plano científico
va acompañada por la atomización del concepto en el plano te órico-filosófico
por parte de algunas corrientes del pensamiento fenomenístico que, reducien-
do al hombre a su dimensión inmanente y materialista, no captan el núcleo
ontológico-metafísico que constituye la clave última, que fundamenta y unifi-
ca, al ser humano en cuanto tal. En este contexto, en el que la reflexión sobre el
hombre está desorientada, cada vez se hace más necesaria una investigación
sistemática de la antropología filosófica sobre la naturaleza y la esencia de la
persona humana.
2.1. ¿Qué es el hombre?
La interrogante comprende obviamente a hombre y mujer. Se dice que no
es correcto preguntar qué es el hombre 51, porque este no es un qué sino un
quién. Con todo, no es lo mismo preguntar «quién es el hombre» que pregun-
tar «quién es la persona humana». La primera pregunta es más amplia que la
segunda, porque el término «hombre» es más extenso que el de «persona».
Estos vocablos no son sinónimos. La primera cuestión se puede contestar ofre-
ciendo una serie de características corpóreas, psíquicas y personales. La se-
gunda, más concreta, debe apuntar a lo neurálgico del hombre: su intimidad.
50 Elio Sgreccia , « Persona humana y persona lismo», Asociaci ón Española de Bioét ica y
Ética Médi ca, Cuadernos de Bioé tica, https:// www.redalyc. org, cons ultado el 12 de
diciembre de 2020.
51 Juan Fernando Sel lés, «Quién es el hombre», U niversidad de Navarra , http://www.
revistas.uma.es , con sultado el 30 de en ero de 202 0.
50
GILBERTO GUERRERO-QUINTERO
Con todo, como ambas interrogaciones inquieren por el «quién» y no por el
«qué», en cierto modo se pueden tomar como equivalentes, pues el «quién»
designa a la persona humana, es decir, lo r adicalmente distinto en cada hom-
bre. Se distinguen tres dimensiones en el hombre: una orgánica, el cuerpo; otra
inmaterial, o ámbito del tener, conformada por las dos potencias inmateriales
-inteligencia y voluntad - y por lo que la filosofía moderna denomina yo; y una
tercera, espiritual, ámbito del ser, la persona o espíritu, que conforma la inti-
midad humana.
Tal y como se aprecia, hombre y mujer no son una construcción cultural,
es decir, no son un producto social; a diferencia del marxismo para el que , así
como el hombre, la mujer no es sino un conjunto de relaciones sociales histó-
ricamente conformadas y cambiante en función de las variaciones de la socie-
dad en su proceso de desarrollo; la mujer es pues, un producto social y su
transformación exige la transformación de la sociedad52.
Según la Filosofía, el ser humano, considerado como individuo, es una
unidad indivisible, dotada de alma y espíritu, cuya mente funciona de manera
racional: tiene conciencia de sí mismo, capacidad para reflexionar sobre su
propia existencia, sobre su p asado, su presente, y sobre aquello que proyecta
en su futuro, así como para discernir entre aquello que en una escala de valo-
res se le presenta como lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, o lo justo
y lo injusto.
Hombre y mujer son seres animales racionales. Los hombres, afirma To-
más de Aquino en la Suma Teológica y uno de los filósofos más grandes de
todos los tiempos, se reúnen en sociedad para convivir dignamente, conforme
a las exigencias de su propia naturaleza d e seres racionales; y antes que ser
varón o mujer, se sostiene53, cualquier varón o mujer es persona humana, un
individuo de la especie biológica homo sapiens sapiens, digamos, animal-racio-
nal. Pero ese «antes» tan solo tiene un sentido axiológico, no, obviamente,
cronológico. Dicho de otro modo, que cualquier individuo de la especie huma-
na puede ejercer su ser animal-racional según una forma masculina o femeni-
na, con las respectivas modalizaciones psicológicas y culturales que se deri-
van de la profunda compenetración que en él se da entre lo anímico y lo
somático, ha de considerarse como algo que no es secundario. En ningún caso
la característica biológica de ser hembra o macho puede anteponerse a la iden-
tidad personal. Mas, por su hibridación psicosomática, es decir, en razón de
que su ser biológico se compenetra plenamente con su entidad psíquica, es
propio de la persona humana – no tanto por ser «persona», sino por serlo
«humana» – que su ser se configure con un perfil femenino o masculino. Si ser
52 Catalina Adrianzen, «El problema femenino y el marxismo» , https://www.marxists.org,
consultado el 22 de abril de 2020.
53 José María Barroso Maestre.: «La antítesis naturaleza-cultura en la ideología de género.
La igualdad no es igualita ria», https://dialn et.unirioja.es, consul tado el 29 de marzo
de 2020 .

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