Sergio García Ramírez - Por una política criminal humanista. Ensayos escogidos - Libros y Revistas - VLEX 1026896024

Sergio García Ramírez

AutorLuis Arroyo Zapatero
Páginas337-339
337
POR UNA POLÍTICA CRIMINAL HUMANISTA. ENSAYOSESCOGIDOS
SERGIO GARCÍA RAMÍREZ
Cuando en cualquier aula de España, como las de Toledo o Salamanca,
tantas veces visitadas, da comienzo su discurso don Sergio Ga rcía Ramírez el
público peninsular y americano enmudece. Nunca han oído hablar lengua
castellana con tanta hermosura, riqueza de matices, dicción clásica, que se
deja acompañar en dos términos alternativos o complementarios que fijan la
idea en los oyentes. Es un castellano clásico, propio de las formas que propug-
naba don José Rubén Romero en su recomendatorio de la lectura de la obra
inmortal, Cómo leemos el Quijote, pero que envuelve naturalmente ideas moder-
nas. Cuando los mexicanos de sean alabar la figura profesional y cívica de
una persona dicen que es un buen republicano, pero es éste un epíteto extraño
a un peninsular que fue libre por vez primera en una Monarquía Parlamenta-
ria, desde 1977. Pero es así, don Sergio ha dedicado toda su fructífer a vida
profesional a servir al interés público y a los derechos humanos, o sea, a la
república.
Además, es persona extraordinariamente culta, de lo que para mí es
muestra desde su participación e impulso a la edición de la valiosísima
colección «Artes de México», hasta la actividad intensa en el Seminario de
Cultura Mexicana, que tanta labor meritoria realiza más allá de otros nobles
centros que operan principalmente en Ciudad de México. Sus libros transmi-
ten ese acervo cultural más propiamente mexicano que constituyeron los
Siete Sabios y de los que, para no ofender a nadie, citar é al de mayor in-
fluencia y más ácido destino y que tuvo la desgracia de no morir ni e n su
patria, Santo Domingo, ni en la patria a la que dio ta nta vida, don Pedro
Henríquez Ureña.
Es el doctor García Ramírez persona muy honesta, no en el sentido his-
pánico del asunto, que se limita a la parte inferior del cuerpo humano -que es
cuestión que no nos debe interesar- sino al sentido anglosajón, de ser honesto
con la verdad y con los recursos públicos. Eso debe proclamarse pues si no
salen a los mentideros contemporáneos solamente los malos ejemplos, que
lastimosamente abundan. También de la honestidad cívica de los funciona-
rios hay signos externos, y en nuestro caso se representa muy bien cuando
don Sergio y su culta, simpática y laboriosa esposa Carmen conducen como a
medias su modesto carro.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR