M. Cherif Bassiouni: una luz que resplandece y alumbra el futuro - Por una política criminal humanista. Ensayos escogidos - Libros y Revistas - VLEX 1026896115

M. Cherif Bassiouni: una luz que resplandece y alumbra el futuro

AutorLuis Arroyo Zapatero
Páginas361-362
361
POR UNA POLÍTICA CRIMINAL HUMANISTA. ENSAYOSESCOGIDOS
M. CHERIF BASSIOUNI: UNA LUZ QUE
RESPLANDECE Y ALUMBRA EL FUTURO
Supe de Cherif Bassiouni desde el comienzo de mis estudios de doctorado.
En los convulsos años finales del fr anquismo Marino Barbero Sa ntos, en su
cátedra de la vieja universidad castellana de Valladolid, nos explicaba a los tres
alumnos que habríamos de ser con el tiempo catedráticos lo que era la AIDP, de
la que el patriarca del Derecho penal hispanoamericano, discípulo de Von Liszt,
don Luis Jiménez de Asúa había sido Vicepresidente, de su supervivencia tras
la guerra, la inminente presidencia imperial de Hans Heinrich Jescheck, desde
su instituto de Freiburg en el cual había sido el primer español invitado, en 1956,
que nos describió con tanto detalle y entusiasmo. Nos habló también de un
poderoso Secretario General, encantador en cualquiera de los idiomas que do-
minaba a la perfección y que describía también con detalle: joven oficial conde-
corado del ejérc ito de Egipto durante la guerra d el canal de Suez, de exitosa
aventura europea y americana, con el apoyo de la familia de condición diplomá-
tica, con cátedra en la Universidad DePaul de Chicago y de gran poderío en el
Departamento de Estado y en las Naciones Unidas.
Varias veces se cruzaron los destinos de ambos: en primer lugar, con
motivo de la creación del Instituto en Sicilia, el de Siracusa, que lideraba nues-
tro homenajeado y el de Messina, en el que participaba Barbero Santos y en el
que yo iba ser el primer becario internacional, como consecuencia de estar yo
entonces a la espera de un juicio penal ante el tribunal de ord en público,
circunstancia que me tenía excluido de cualquier beca o contrato en la España
de Franco. Se asentó plename nte el Instituto de Sir acusa, con un éxito total.
Basta con ver la fotografía de la primera promoción del seminario internacio-
nal de jóvenes penalistas de entonces, donde destaca José Luis de la Cuesta y
Christine Van den Wyngaert, y comprobar que ha venido siendo desde enton-
ces la fábrica d e los mayores especialistas en derecho penal internacional del
mundo.
Mi destino me llevó a preparar el doctorado junto a Hans Joachim Hirsch
en la Universidad de Colonia de 1975 a 1977, y regresé a España tras las
primeras elecciones en 1977. Barbero Santos, que era presidente del grupo
español, organizó el primer congreso de la AIDP, con pleno apoyo del primer
gobierno democrático. S e celebró con gran éxito en Madrid y Plasencia. Con
esta ocasión traté a Jescheck y a Vassalli. Se publicó un volumen ordinario en
español de la Revue, tras un enconado debate con cientos de escritos cursados

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