Introducción - Defensa eficaz entre utopías y realidades - Libros y Revistas - VLEX 976312453

Introducción

AutorMarcelo Rodríguez Jordán
Cargo del AutorEx Defensor Oficial en lo Criminal y Correccional del Departamento Judicial de San Isidro
Páginas17-19
17
PRÓLOGO
I. INTRODUCCIÓN
Conocí de grande a Shakespeare. Bueno, en realidad, él ya había muerto
cuando comencé a leer parte de su obra con más atención. En el libro menos
pensado, quizás, el más difundido, durante el desarrollo de su más fa mosa
tragedia basada en el amor (o en el odio insensato, no estoy seguro), este
hombre de conocimientos sorprende ntes asienta una corta sentencia cuya
marca todavía es visible en mi memoria débil y poco entrenada. Usando la voz
del príncipe de Verona, dice en el contexto del anuncio de un castigo ejemplar:
«… ¡Es toda una asesina la clemencia si absuelve al que ha matado!»2 Algo en mí
cambió entonces. Sí, unas pocas palabras, un brevísimo comentario, y ya deja-
mos de ser lo que fuimos. Muchas cosas se modifican y, aunque no parezca
cierto, nos transformamos. Nuestras reflexiones son otras. ¿Mejores? ¿Peores?
¿Importa?
Pero ¿será así? ¿Aceptamos el aforismo porque lo pronunció uno de los
más extraordinarios escritores de todos los tiempos y que nunca f ue juez? De
ser así, ¿qué hacemos en los tribunales o en las cátedras con temas tales como
la eutanasia o la pena natural? ¿Qué podemos hacer con las circunstancias
extra ordinarias d e atenuación , c on las causale s d e justificac ión, las de
inculpabilidad, con la extinción de la acción pe nal por prescripción o el abor-
to no punible? Indultos y amnistías no me preocupan, porque más allá de la
piedad que pueda caracterizarlos en parte (la política siempre será un aliño
necesario), no está en la órbita jurisdiccional su génesis ni a plicación, que es
en la que me desenvuelvo como abogado defensor y por la que quiero transitar
con estas líneas.
¿No hay acaso una pizca de misericordia en cada uno de los citados
institutos? Y en el proceso, ¿no hay, con certeza, algo de clemencia en la abso-
lución por duda? Es cierto, los jueces no mencionan a la conmiseración en
forma expresa en sus decisiones (después de todo parece ser una virtud inma-
nente), mas muchos de ellos la traen a colación con eufemismos y relativa
frecuencia en resoluciones justas e impecables, de lo que hay que estar agrade-
cidos.El justo medio aristotélico, ¡cuánto se lo extraña!
2William Sha kespeare: «Romeo y Juli eta» (1597), prim era escena del tercer acto , p . 9 6.
Cincuenta años antes del inicio de la Era Cristiana, el poeta y filósofo de la Antigua
Roma, Pub lio Siro, habr ía dado a conoc er uno de sus apoteg mas tocando un te ma
parecido: «La absolución del culpable es la co ndena del juez ».

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR