Capítulo 9: La democracia estructural soviética
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HISTORIA DE LA DEMOCRACIA EN EUROPA. DE MONTESQUIEU A KELSEN
CAPÍTULO 9
LA DEMOCRACIA ESTRUCTURAL SOVIÉTICA
Gramsci interpretó la revolución soviética como la premisa de la democracia
proletaria. La revolución soviética no era el golpe de mano de una minoría organi-
zada en partido para conquistar el poder, sino un revolución de masas que había
constituido un comité de delegados y que gobernaba a través de los consejos. La
acción de los bolcheviques había decidido desde el inicio permitir al proletariado
expresar como clase las propias e xigencias; por estos motivos Gramsci había apoya-
do la forma ción de instituciones de d emocracia directa como eran los soviets. En
otras palabras, la soberanía popular pasaba a través de lo s soviets, que eran las
instituciones de la democracia proletaria: «Los soviets son la organización principal
a integrar y desarr ollar, y los bolcheviques son el partido del gobier no p orque
sostienen que los poderes del Estado deben depender y estar controlados por los
soviets» (Scritti giovanili, Torino, 1958, p. 286). No únicamente los comunistas, s ino
los anarquistas, los reformistas, los populares podían participar en las reuniones de
los soviets, y estar representados, aun que el partido bolchevique no podía renun-
ciar a su función hegemónica, en cuanto defendía los intereses generales del prole-
tariado.
La revolución soviética había operado una transformación radical porque ha-
bía permitido una nueva gestión de la producción y había creado una nueva demo-
cracia social. En esta transformación estructural realizada por la clase trabajadora el
partido comunista actuaba como «partido de acción». Sin d uda la nueva estructura
alternati va a la ges tión capitalista present aba inicialmente grand es d ificultades,
pero la dictadura de clase podría permitir la construcción del nuevo Estado. Según
Gramsci, «a diferencia del Estado burgués, que es tanto más fuerte cuando menos
controlan los ciud adanos la actividad de los poderes», el Estado soviético trataba de
realizar «la par ticipación activa y permanente» de los trabajadores «en la vida de
sus instituciones». En l a nueva democracia, fundada en el proletariado, no había
lugar para aquellas organizaciones sociales específicas g del período histórico domi-
nado por el capitalis mo, como p or e jemplo los sindicatos de rama, cáma ras de
trabajo, confederaciones de trabajadores. Estas or ganizaciones ten ían una función
en un régimen de propiedad privada, pero en la nueva estructura no tenían razón
de ser porque la democracia proletaria actuaba a través de nuevos organismos, que
no tenían como fin la lucha contra los propietarios, sino la participac ión de los
trabajadores en la sociedad socialista.
Debían ser los «consejos de fá brica» l os encarga dos de construir los presu-
puestos de los organismos colectivos, necesarios para el nuevo sistema de relacio-
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