El parto sociológico - La cuestión criminal - Libros y Revistas - VLEX 976550497

El parto sociológico

AutorEugenio Raúl Zaffaroni
Cargo del AutorProfesor emérito de la Universidad de Buenos Aires
Páginas103-111
103
La cuestión criminaL
El PaRto sociológico
La vieja criminología etiológica de médicos y abogados languidecía en los
rincones de nuestras facultades de derecho pese a la buena fe de muchos de
sus expositores, que no lograban acercarse al fenómeno desde la perspectiva
del grupo humano y menos del poder. De vez en cuando espolvoreaban su
olla con un poco de salsocial, conarmaciones untanto socialistas(cuando
se abre una escuela se cierra una cárcel, y otras semejantes), pero ignoraban a
criminales que nunca pasarían por una cárcel y que habían frecuentado muy
buenas escuelas. La delincuencia seguía siendo para ellos la que veían en la
prisión o en la crónica policial, aunque de vez en cuando se les escapaba la
contradicción en que caían.
Si bien la cuestión criminal siempre fue un tema central para quienes ejer-
cieron o disputaron el poder, esto no lo podía explicar una criminología de
médicos y abogados. Pero por suerte hay saberes que se ocupan del comporta-
miento humano y exceden bastante el limitado campo de esos especialistas,
de modo que otros avanzaban por un camino diferente, observando los fe-
nómenos desde el plano social. Nunca faltaron los que lo hicieron desde esta
atalaya diferente, pero fue precisamente a partir del análisis de la cuestión cri-
minal que fue tomando forma y terminó obteniendo patente académica una
nueva ciencia: la sociología.
Todocomenzócuandoentre1830y1850dospersonajes—elbelgaAdolph
QueteletyelfrancésAndré-MichelGuerry—,llamaronlaatenciónacercade
las regularidades en la frecuencia de los homicidios y los suicidios.
Quetelet vivía haciendo cálculos actuariales para las compañías de seguros,
pero inventaba toda clase de cosas y, entre ellas, fue el fundador del observa-
torio astronómico de Bruselas, lo que no deja de ser original, porque la capital
belga tiene el cielo nublado la mayor parte del año.
Guerry era un abogado que se enamoró de las estadísticas y llamó a es-
tas regularidades estadística moral, en tanto que Quetelet buscaba un nombre
para su ciencia. Cuando se quiere obtener jerarquía de ciencia para algún saber
existe la tendencia a acercarlo a la física (esto hoy se llama sicalismo), y como
Quetelet no era ajeno a esa tendencia, no tuvo mejor idea que llamar a lo suyo
física social.
Pero no era el único que quería fundar una física social, pues en Francia Au-
gustoComteandabaenlomismoyseenfadómuchoconQuetelet,armando
que le robó el nombre a su ciencia, por lo que él decidió rebautizarla como
sociología. Gracias al plagio nos salvamos de estar rodeados de físicos sociales.
En verdad, Comte fue sorprendido por la irrupción del belga, porque sus
ideas son producto de otra historia. La empresa de Comte fue precedida e

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