¡Se cayó la estantería! - La cuestión criminal - Libros y Revistas - VLEX 976550499

¡Se cayó la estantería!

AutorEugenio Raúl Zaffaroni
Cargo del AutorProfesor emérito de la Universidad de Buenos Aires
Páginas123-131
123
La cuestión criminaL
¡sE caYó la EstantERÍa!
Desde los años 30 la sociología norteamericana venía demoliendo la visión
convencional de la sociedad. Los surveys, como Middletown (Robert S. Lynd y
Helen Lynd) y Yankee City(WilliamLloydWarner) mostraronla estratica-
ción social. Samuel Stouffer y Paul Lazarsfeld desnudaron la manipulación
de la opinión y el efecto de la radiotelefonía, que de juego de niños pasó a
decidir la elección de Roosevelt. El premio Nobel sueco Gunnar Myrdal, con
su American Dilemma, ponía de relieve los efectos de los prejuicios de los blan-
cos sobre el comportamiento de los negros. Los informes de Alfred C. Kinsey
sobre las prácticas sexuales despertaron un griterío histérico sin precedentes.
Algunos aportes de la microsociología iban por igual camino. William Foo-
te White en La sociedad de la esquina, metido en medio de un grupo de inmi-
grantesitalianos(métododelobservadorparticipante)pusodemaniestoen
1947 que el líder no era el más hábil, sino que era el más hábil porque era el líder, lo
que es importante para comprender la resistencia a cualquier cambio en las
agencias del sistema penal (y de la política en general: no me cambien las reglas
del juego, porque con estas estoy ganando y con las nuevas puedo perder).
En la teoría sociológica general la tónica la daba Charles Wright Mills, un
sociólogodifícil de clasicar, pero buen demoledor de prejuicios. Hay tres
obras de este autor que son señeras.
En White Collar (1951) describe e ironiza la formación de la clase media, cer-
cana a la clase obrera pero diferenciándose en estatus y prestigio. Observa que
no es un grupo homogéneo, sino una pirámide superpuesta a otra pirámide.
Sus ironías son válidas para buena parte de nuestras clases medias latinoa-
mericanas. Otra es sin duda The Power Elite, donde trata de establecer quién
tiene el poder en la sociedad norteamericana y observa visionariamente que
a una verticalización y burocratización iba correspondiendo una sociedad de
masas y no de públicos. Hacía notar que desaparecían las asociaciones volun-
tarias y los medios masivos manipulaban la opinión. En una tercera obra —La
imaginación sociológica(1959)—le tomabael peloala sociologíasistémica de
Parsons, la llamaba la gran teoría y la acusaba de escamotear el problema del
poder con lenguaje oscuro (decía que aún era necesario traducirlo al inglés).
Como vemos, es incuestionable que las cosas no surgen de la nada, sino
que las palabras de la academia tienen una continuidad y nunca son obra de
alguien que las inventó mientras se afeitaba o se maquillaba.
En este clima creado por la sociología general a lo largo de más de veinte
años, la criminología sociológica no podía seguir preguntándose por las cau-
sas del delito sin reparar en el poder punitivo.

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