No todos son gente como la gente - La cuestión criminal - Libros y Revistas - VLEX 976550494

No todos son gente como la gente

AutorEugenio Raúl Zaffaroni
Cargo del AutorProfesor emérito de la Universidad de Buenos Aires
Páginas73-81
73
La cuestión criminaL
no todos son gEntE como la gEntE
El contractualismo era un marco (hoy se llamaría un paradigma), dentro del
que se daban todas las posibles variables políticas, desde el despotismo ilus-
trado hasta el socialismo, o sea, desde el meticuloso Kant con su puntualidad
hasta el revoltoso Marat calmando sus urticarias en la bañera.
Por ende, también podía convertirse en algo peligroso para la propia clase
que lo impulsaba, que defendía la igualdad, pero que también empezaba a
distinguir entre los más y los menos iguales, a medida que no solo se iba
considerando a sí misma la mejor y más brillante de Europa, sino de todo el
planeta.
Los pensadores de la cuestión criminal no podían ser insensibles a los te-
mores del sector social al que debían su posición discursiva dominante y,
en consecuencia, comenzaron a adecuar su discurso a la exigencia de no co-
rrer el riesgo de deslegitimar el poder punitivo necesario para mantener su-
bordinados en el interior a los indisciplinados y fuera a los colonizados y
neocolonizados.
En esta tarea académica pueden distinguirse dos momentos, que fueron 1)
el hegelianismo penal y criminológico y 2) el positivismo racista.
Elprimero fueun máximoesfuerzo —altamentesosticado— delpensa-
miento idealista, en tanto que el segundo rompió con todo y se desprendió de
toda racionalidad.
Cualquierlósofodiría queacercarelhegelianismo alpositivismoracista
es una aberración y no dudo de que desde su perspectiva estará en lo cierto,
porqueaproximaun discursonísimo,que suenacomounasinfonía,aotro
que más bien evoca el griterío de una serenata de borrachos destemplados en
la madrugada.
No me cabe duda alguna al respecto, pero no se trata de una analogía en
cuanto al nivel de elaboración pensante de los discursos —que no admite
comparación—,sinoenloquehace alasimilarutilizaciónpolíticadeambos
pensamientos por parte de los penalistas y criminólogos.
Aclaro que ni siquiera pretendo comprender a Hegel. Además, estoy segu-
ro de que no soy el único que no lo entiende acabadamente, a juzgar por los
kilómetros de estantes de libros escritos acerca de su pensamiento. Todos sa-
bemosqueesunlósofobastantedifícil,queterminódeescribirunodesusli-
bros más complicados (la Fenomenología del Espíritu) mientras bombardeaban
laciudad,porquelo presionabasueditor.Comono erasordo—adiferencia
deBeethoven—,esposiblequesuprosahayasufridoalgunossobresaltos.
Lo que sí entiendo son algunas cosas que escribió Hegel con claridad y, en
especial, lo que los juristas y criminólogos le hicieron decir. Respecto de esto

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