Introducción
Autor | Luigi Vittorio Berliri |
Páginas | 25-31 |
25
El impuEsto justo
InTROdUccIÓn
Este libro, ha nacido de una nueva meditación sobre las discusiones
y propuestas que durante los «nueve meses» de Roma —tan tristes
cuando los vivimos y sin embargo recordados ya casi con cariño—,
constituyeron el tema de una serie de reuniones con algunos autoriza-
dos amigos, interesados todos ellos, de uno u otro modo, en la materia
nanciera1.
En aquellas reuniones se discutía sobre cuestiones muy concretas
y esencialmente técnicas: impuestos sobre el gasto y sobre incremen-
tos de patrimonio, discriminación de las rentas por descomposición
o por clasicación, control patrimonial de las liquidaciones, etc. De
todo ello se discutía entre gente «del ocio», con la intención práctica
de comparar las experiencias cotidianas en las respectivas actividades
profesionales para obtener alguna indicación útil sobre la posibilidad
de mejorar el funcionamiento y la ecacia del mecanismo tributario.
Y sin embargo, continuamente surgían temas que nos atormenta-
ban, como decidir si era «justo» gravar el benecio más o menos que
el interés y el salario; si se podía, sin caer en la. «injusticia», gravar
conjuntamente las rentas y los incrementos patrimoniales; si era más
«justa», en el impuesto ordinario sobre el patrimonio y en el impuesto
sobre el gasto, la alícuota proporcional o la progresiva. Estos interro-
gantes no obedecían a un místico impulso para hacer mejores a los
hombres en el plano ético, elevándolos hacia la justicia perfecta, sino
que nos los planteábamos porque la más rme y concorde de nuestras
experiencias era precisamente la de que solo un sistema de impuestos
«justo» tiene sucientes probabilidades de alcanzar un grado satisfactorio de
ecacia práctica. Las razones de esta experiencia aorarán con más cla-
1 El abogado Ferdinando Carbone, el juez Roberto de Carolis, el profesor Giovanni di Pao-
lo, el abogado Filippo di Pasquale, el abogado Antonio Galamini, el profesor Salvatore
Scoca, el profesor Sergio Steve y el profesor Ezio Vanoni. Con todos los cuales comparto,
por ello, la paternidad de muchas de las ideas que serán expuestas aquí, aunque no la
responsabilidad por la tentativa de discutir de las mismas públicamente. Sin que, bien
entendido, dado el carácter y el desarrollo de aquellas amigables discusiones, ninguno
de ellos pueda considerarse obligado a compartir o apoyar alguna o algunas determi-
nadas propuestas y mucho menos los razonamientos utilizados en estos, apuntes para
mantenerlas.
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