La ideología de las barreras y frenos
| Autor | Louis Eisenstein |
| Páginas | 121-146 |
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LAS IDEOLOGÍAS DE LA IMPOSICIÓN
CAPÍTULO 4
LA IDEOLOGÍA DE LAS BARRERAS Y FRENOS
La ideología de las barreras y frenos es una doctrina saturada de pesi-
mismo. Con el fin de percibir la expresión más articulada de su contenido y
tono voy a recurrir a sus adeptos más incondicionales. Como simple especta-
dor no pueda resumir adecuadamente su manera exacta de pensar y el consi-
guiente aire de urgencia. Sólo los auténticos creyentes tienen la capacidad
precisa para transmitir el temor necesario frente a la calamidad que se cierne
sobre nosotros. Aunque pueden aducirse testimonios de numerosos creyentes,
me daré por satisfecho citando tan sólo a unos cuantos. Afortunadamente, las
omisiones no son demasiado serías puesto que, en general, todos sus comen-
tarios tienen idéntico tono.
El denominado Comité Especial para el Estudio de los Impuestos (Special Tax
Study Committee) encabezado por RoswelI Magill nos viene bien como primer
ejemplo. Este grupo estuvo al servicio de la Comisión de Medios como asesor,
en 1947. Su función, oficialmente, era «asegurar» que los problemas impositivos
«serían abordados de una manera completamente imparcial». El representan-
te McCormack, de Massachusetts, ha descrito el Comité Especial como un
grupo de «destacados industriales, banqueros y expertos fiscales» (77). Su
valoración parece algo inexacta, dado que uno de los miembros era un ejecu-
tivo de Ia American Federatión of Labor [14] Por esta razón, prefiero el propio
punto de vista del Comité Especial sobre sí mismo al definirse como «un gru-
po representativo de ciudadanos calificado para realizar una difícil tarea téc-
nica». En el proceso de ofrecer el beneficio de su «consejo y experiencia prác-
tica», el grupo, con la excepción del representante sindical, reflexionó con
gran cuidado sobre las barreras y frenos.
(77) 96 Cong. Rec. 9.389 (1950). Referencias a las declaraciones del Special Tax Study Committee son
tomadas de H.R. Doc. N°. 523, 80th Cong. 2d Sess. 1, 5, 9 (1947).
[14] Fundada en 1886, bajo la dirección de Adolph Straseer y Samuel Gompers, antiguos socialistas, a
partir de los Caballeros del Trabajo. Renuncia a la actividad política por medio de un partido,
tomando como modelo sindical los British Trade Unions. John Lewis, del United Mine Workers –
principal sindicato de carácter no gremial— creó eI Committee of Industrial Organizations (1935)
que daría origen al Congress of Industrial Organizations [C. I. O.), el cual se fusionaría, en 1965,
con la A. F. L. (N. del T.).
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LOUIS EISENSTEIN
Tras meditar detenidamente, el Comité Especial realizó un informe a la
vez pesimista y amenazador. «Nuestro país se ha hecho poderoso —declaró
el Comité— debido a las posibilidades que hemos ofrecido a todo hijo de
campesino y a todo obrero para desarrollarse a sí mismos gracias a su labo-
riosidad y economía, hasta alcanzar una posición tan buena como lo permi-
tan sus propias aptitudes. Nuestra enorme productividad proviene del tra-
bajo de los hombres que han trazado sus propios caminos hacia la cumbre».
Pero ahora, con la «escala actual de tipos impositivos —prosiguió con triste-
za el Comité—, hemos detenido los incentivos humanos en un punto peli-
groso, acumulando cargas cada vez más pesadas sobre los hombres a medi-
da que intentan ascender en la escala. No sólo es ésta una anulación de la
clase de crecimiento dinámico a largo plazo que ha caracterizado a este país
en el pasado, sino que —en la medida en que dificulte la producción— se
trata de un factor en nuestras actuales presiones inflacionarias». Sencillamen-
te, se afirma, los contribuyentes se niegan a ser tan productivos como po-
drían serlo si los impuestos fueran más reducidos. De esta manera, nos en-
contramos ahora con el «constructor que no construye una casa extra, el gran-
jero que no pone a la venta el vagón extra de ganado o de grano, el asalaria-
do que no trabaja un día más porque si lo hiciera incurriría en una catego-
ría tributaria más alta y multiplicaría su impuesto» (78).
Nuestros peligros apenas si acaban aquí. «Otro defecto del sistema fe-
deral del impuesto sobre la renta es que está proyectado de tal forma que
dificulta la frugalidad. Los hombres no pueden ahorrar demasiado cuando
tanto impuestos como precios son demasiado altos. Esto se cumple a lo
largo de toda la escala de rentas. En un extremo de la escala, el oficinista
[15] —quizás con la excepción de alguno que ha tenido importantes eleva-
ciones en su renta— apenas puede guardar algo para el «día de mañana»,
después de pagar el alquiler y otros gastos y liquidar sus cuentas con el
recaudador. El joven que salé a la palestra por primera vez se ve en la
imposibilidad de llenar su querida hucha que podría permitirle iniciar un
negocio propio». La situación es exactamente igual de mala «en el otro ex-
tremo da la escala». Nuestros «hombres de importantes recursos, que en el
pasado han suministrado una gran parte del capital especulativo para em-
prender nuevas empresas y aumentar las existentes, tropiezan con el escaso
o nulo margen de ahorro que les queda para cumplir con este papel funda-
mental tras el pago de los impuestos». La oferta de capital es tan insuficien-
te que «incluso las saciedades más fuertes encuentran imposible obtener
fondos adicionales por medio de la emisión de accionas, excepto en condi-
ciones tan onerosas como para precisar el aplazamiento de sus proyectos o
(78) Magill se interesa en repetidas ocasiones por la suerte de los jóvenes que afanosamente tratan
de subir en la sécala social. Para otro ejemplo de su interés, ver Hearings before the Committee
on France en H. R. 1, 80th Cong., 1st. Sess. 470 (1947).
[15] Wkite-collar man, en el original; trabajadores de cuello blanco, administrativos a empleados (N.
del T.).
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