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Grupos, intereses e ideologías

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Vincent
AutorLouis Eisenstein
Páginas73-83
73
LAS IDEOLOGÍAS DE LA IMPOSICIÓN
CAPÍTULO 1
GRUPOS, INTERESES E IDEOLOGÍAS
Vamos a estudiar la desagradable cuestión de los impuestos. Pocas son
las cosas que se miran con tanta repugnancia y aflicción como estas contribu-
ciones forzosas destinadas a nuestro bienestar general. Incluso en tiempos de
guerra, cuando la propia civilización se debate en la balanza, se nos supone
más dispuestos, a deshacernos con mayor facilidad de nuestras vidas que de
nuestro dinero –el cual fue descrito por Alexander Hamilton como «los meta-
les preciosos, esos queridos objetos de la avaricia humana y del espíritu em-
prendedor»–. De ahí que eludir el servicio militar se juzgue, generalmente,
como algo menos decoroso y honrado que la evasión de los impuestos. Hasta
tal punto, que mediada la última guerra mundial, un selecto grupo de republi-
canos advirtió severamente que existe poca rasión para «darlo todo por la
patria» [3] si la imposición sobre la renta es demasiado alta. En este caso,
quienes puedan perecer, sufrirán en vano, aunque sobrevivan finalmente. Su
manera de vivir, aquello por lo que han ofrecido su propia vida, habrá des-
aparecido en el transcurso de su ausencia (1). Como observó correctamente un
antiguo romano. «Nada duela más intensamente que la pérdida del dinero».
A veces, resulta muy positivo afirmar lo que es obvio. Empiezo, pues, con
lo que parece indiscutible. Nuestros impuestos reflejan una continua lucha
entre intereses opuestos por alcanzar el privilegio de pagar lo menos posible.
No ignoro que hay otros que tienen un punto de vista más elevado de la
cuestión. Prefieran creer que nuestras leyes impositivas se inspiran, por lo
general, en móviles más generosos que son después subvertidos clandestina-
mente con algún propósito indigna. El triunfo de un interés particular se con-
sidera como una funesta desviación de la norma general. Sin embargo, si he-
mos de discutir sobre impuestos de una manera inteligente deberíamos aban-
donar airosamente semejantes ilusiones placenteras. En palabras de un con-
servador admirable, debemos limpiar de hipocresía nuestros pensamientos.
La legislación tributaria procede generalmente de presiones privadas emplea-
das con fines egoístas.
[3] To do and die, en el original (N. del T.).
(1) Ver H.R. Rep. No. 871, Pt. 2, 78th Cong. 1st Sess. 3 (1943).

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