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La disolución de un ideal

AutorLouis Eisenstein
Páginas101-120
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LAS IDEOLOGÍAS DE LA IMPOSICIÓN
CAPÍTULO 3
LA DISOLUCIÓN DE UN IDEAL
Debe considerarse ahora una importante cuestión. ¿Cómo se ha desen-
vuelta la ideología de la capacidad en el difícil mundo da la política? Con el
fin de obtener una respuesta instructiva, debamos examinar primero el con-
cepto de capacidad tal y como generalmente lo entienden sus partidarios. El
éxito o el fracaso de un credo debería valorarse a la luz de sus propias aspira-
ciones.
La ideología afirma que las cargas deberían distribuirse de acuerdo con
la capacidad de pago y que ésta se mide correctamente por medio de la renta.
El anciano La Follette describió estos dos cánones de la imposición como
«principios» y «verdades» evidentes (39). Con el transcurso de los años han
recibido el tributo que tales principios y verdades legítimamente merecen. La
capacidad de pago es, pues, un asunto de aritmética: la cuantía de la renta
obtenida por el contribuyente individual (40). Como a menudo declaran sus
partidarios, los individuos con rentas iguales tienen capacidades semejantes
y, por consiguiente, deberían devengar cargas iguales. Estos dos preceptos
evidentes confluyen en un tercero. Aunque la capacidad se mida a través de la
renta, un dólar no es necesariamente igual a otro. A medida que la renta crece,
la capacidad crece todavía más. Por consiguiente, un impuesto sobre la renta
debería ser también un impuesto progresivo.
Con este punto entramos en otra sutileza sobre la que insisten a menudo
los partidarios de la capacidad. Un individuo carece de la capacidad de pago
necesaria hasta que su renta supera el coste de una existencia decente. En
respuesta a esta nueva percepción se da en convenir que la capacidad se ve
afectada por el número de bocas que han de alimentarse. Por esta razón, las
exenciones personales se conceden por el contribuyente y por aquellos a quie-
nes mantiene. No siempre fue así. El impuesto sobre la renta de 1894 no prestó
(39) Sen. Rep. No. 673, Pt. 3, 77th Cong., 1st Sess. 3 (1941).
(40) Para un amplio estudio de las primeras nociones de capacidad, ver Buehler, Abiitty to Pay, 1 Tax
L. Rev, 243, 245 (1946). La capacidad para pagar impuestos se ha medido a través de diversos
signos de esencia mundana. En la época medieval la capacidad era valorada a la luz de criterios
externos tales como el número de criados o de relojes existentes en casa del contribuyente. Id. 246.
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LOUIS EISENSTEIN
ninguna atención a las diversas obligaciones del contribuyente de mantener a
otros. Se acordó una exención personal de 4.000 dólares, tuviera o no esposa o
hijos. Cuando se estableció el siguiente impuesto en 1913, la exención era de
3,000 dólares para los solteros y de 4.000 para los matrimonios. Pero, una vez
más, no se otorgó ninguna exención por hijos (41). Los puntos de vista del
Congreso acerca de los niños han cambiado para mejor. Desde hace tiempo se
ha aceptado que el hecho de mantener esposa e hijos afecta a la capacidad de
pago tributaria, incluso el Congreso ha ido mucho más allá. Por el momento se
ha decidido que deben tenerse en cuenta otros muchos familiares e incluso no
parientes que residan con el contribuyente.
No necesitamos detenernos en preguntar si un determinado pariente o
no pariente debe considerarse como dependiente. Surge otro tema más impor-
tante para nuestra evaluación de la ideología de la capacidad. Al principio,
las exenciones personales se calcularon con el fin de asegurar un cómodo
nivel de vida antes de ser aplicables el impuesto. Como he indicado, en 1913
la exención era de 4.000 dólares para un matrimonio y de 3.000 dólares para
un soltero. En 1939 estas exenciones se habían reducido a 2.500 y 1.000 dóla-
res y la exención complementaria para las personas dependientes se fijó en
400 dólares (42). Hoy en día, la exención es de 1.200 dólares para un matrimo-
nio, 600 para un soltero y 600 por cada persona dependiente (43). En otras
palabras, las exenciones para un matrimonio y dos hijos totalizan 2.400 dóla-
res comparados con 4.000 que eran en un principio y con los 3.300 de hace 20
años. Mientras tanto, el coste de la vida se ha elevado un 200 por 100 desde
1913 y alrededor del 100 por 100 desde 1939. Por otra parta, los elementos
necesarios para una existencia civilizada se conciben ahora con mayor gene-
rosidad. Evidentemente, una deducción de 600 dólares difícilmente pretende
ir al mismo ritmo que estos cambios. Del mismo modo, esta exigua deducción
proyecta una nueva luz sobre la opinión según la cual el impuesto sobre la
(41) El Comité Financiero del Senado intentó fijar una exención da 500 dólares por cada hijo menor de
edad, sin pasar de dos. Se convenció de que las subvenciones a los hijos son «equitativas como
reconocimiento de las acrecentadas obligaciones a causa del matrimonio y de los hijos y deseables
como apoyo a la familia en cuanto unidad dentro de nuestra estructura social». Sen. Rep. No. 80,
63d Cong., 1st Sess. 25 (1913). No se hizo ningún esfuerzo para indicar por qué debería gravarse
a los que tienen más de dos hijos como si se hubieran detenido en dos. En lo que se refiere a la
capacidad de pago, incluso el Comité Financiero no considera a Ios hijos con un desenfrenado
entusiasmo. Su efecto «saludeble» concluya rápidamente al pasar de uno.
(42) Las exencionas cambiaron periódicamente durante los 25 años intermedios. En 1917 la exención
para un matrimonio llegó a ser de 2.000 dólares; en 1321, de 2.500 para los ingresos netos hasta
5.000 dólares y de 2.000 para los superiores a 5.000; en 1924, 2.500 dólares; en 1926, 3.500, y en
1932, 2.500- En 1917 la exención para una persona saltera era de 1.000 dólares; en 1926, de 1.500,
y en 1932, de 1.000 dólares. Se introdujo una exención para familiares dependientes en 1919 por
una cuantía de 200 dólares por cada uno de ellos. Llegó a ser de 400 en 1921 y continuó a ese nivel
durante las décadas de 1920 y 1930.
(43) Una vez más, tuvieron lugar cambios. En 1940 la exención para un matrimonio era da 2.000
dólares; en 1941, y 1.500; en 1942, 1.200; en 1944, 1.000, y en 1948, 1.200 dólares. En 1940 la
exención para un soltero llegó a ser de 800 dólares; en 1941, 750; en 1942, 500, y en 1948,600
dólares. En 1942 la exención por familiar dependiente fue de 350 dólares; en 1944, 500, y en 1948,
600 dólares.

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