De ciertas tristezas y de ciertos heroísmos de la vida de los abogados - Elogio de los jueces: escrito por un abogado - Libros y Revistas - VLEX 939699963

De ciertas tristezas y de ciertos heroísmos de la vida de los abogados

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Si el acusado pobre y oscuro encuentra a su lado, aun en los pro-
cesos más reñidos y peligrosos, al defensor que fraternalmente le
asista, ello significa que en el corazón de los abogados no se alberga
solamente la codicia de dinero y la sed de gloria, sino también, y a
menudo, la cristiana caridad que obliga a no dejar al inocente solo
con su dolor ni al culpable a solas con su vergüenza. Pero hay algo
más: cuando alguno pasa al lado de la violencia que amenaza el
derecho y en lugar de proseguir de prisa su camino, aparentando
no ver, se detiene desdeñoso para apostrofar al prepotente y, olvi-
dando su propio peligro, se lanza generosamente en medio de la
reyerta para ayudar al débil que tiene razón, hacer esto se llama
tener valor cívico, que es virtud más rara aún que la caridad.
Recuérdese este proceder a los que con gusto siguen bromeando
con frases anticuadas sobre la proverbial rapacidad de los abogados.
He visto en el Palacio de Justicia, en la puerta de una sala, a
un anciano abogado que, con la toga puesta, esperaba su turno
para la discusión. Apoyado, con aspecto fatigado, en el umbral,
parecía estar contemplando en éxtasis sus manos, que mantenía
unidas sobre el pecho, en actitud de orar, extraño y como envuelto
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