De ciertas semejanzas y de ciertas diferencias entre jueces y abogados - Elogio de los jueces: escrito por un abogado - Libros y Revistas - VLEX 939699948

De ciertas semejanzas y de ciertas diferencias entre jueces y abogados

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A
dvocati nascuntur, iudices fiunt [los abogadas nacen, los jueces se
hacen]; no ya en el sentido de que se pueda ser un buen abogado
sin la preparación adecuada, sino en el de que aquellas virtudes
de combatividad y de impetuosidad que más se aprecian en la
abogacía, son propias de la juventud apasionada y desbordante,
mientras que sólo con el correr de los años maduran las cualidades
de ponderación y de cordura que constituyen las mejores cualidades
del juez. El juez es un abogado moderado y purificado por la edad:
a quien los años le han quitado las ilusiones, las exageraciones, las
deformaciones, el énfasis, y acaso también la impulsiva generosidad
de la juventud; el juez es lo que queda después de suprimidas del
abogado todas aquellas virtudes exteriores por las cuales el vulgo
lo admira.
El abogado es la bullidora y generosa juventud del juez; el juez
es la ancianidad reposada y ascética del abogado. El sistema inglés,
en el cual se eligen los más altos magistrados entre los abogados
ancianos, constituye la confirmación práctica de este tránsito psi-
cológico.
El aforismo nemo iudex sine actore [no hay juez si no hay actor],
no expresa solamente un principio jurídico, sino que tiene también
ELOGIO DE LOS JUECES.indd 83 20-02-23 12:11 p.m.

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