Discusión IV: De los deberes que hay que cumplir en la sociedad del amo y de los servidores ¿Es conforme al derecho la compra de esclavos? - Libro segundo - Elementos de derecho natural y de gentes - Libros y Revistas - VLEX 976350259

Discusión IV: De los deberes que hay que cumplir en la sociedad del amo y de los servidores ¿Es conforme al derecho la compra de esclavos?

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ElEmEntos dE dErEcho natural y dE gEntEs
dIsCUsIón Iv
dE LOs dEbEREs qUE hAy qUE CUMPLIR En LA sOCIEdAd dEL AM O y dE
LOs sERvIdOREs
¿Es COnfORME AL dEREChO LA COMPRA d E EsCLAvOs?
§ I
PREMIsAs
La sociedad del amo y de los servidores es, por naturaleza, menos
necesaria; pero desde el principio es muy común en todas las colo-
nias que las naciones tienen en el Nuevo Mundo; en virtud de ella el
esclavo está obligado a trabajar para el amo, y el amo está obligado
a dar al esclavo los alimentos o un salario. De donde una servitud es
mercenaria, la otra es servil. La segunda clase de servitud era la de los
esclavos de Abraham, la primera era la de Jacob para con Labán su
suegro. Según la opinión común, Noé se rerió a la primera especie
de esclavitud cuando dijo: «¡Maldito sea Canaán! Será para con sus
hermanos el esclavo de los esclavos.» (Gen., IX, 25.) Juan Clerk,. según
cuentan, observa lo que antes que él habían observado Teodorotus,
Agustín (Theod., g. 58. Aug., g. in Gen), y otros, que fueron aque-
llas palabras una predicación sobre la esclavitud de los Cananeos que
mucho tiempo después debía acontecer. Pero sea lo que fuese a ese
respecto, Canaán y Can, antes y después de la maldición, fueron blan-
cos como lo fueron Sem y Jafet; y por consiguiente es por error que
algunos atribuyen el color de los negros a la maldición de Noé; tiene
otra causa este color. (Mon. dogm. Chron. Hist. prol. par. anno 1741).
La servitud mercenaria es conforme al derecho natural nadie lo
duda; la servil no es contraria, pues así lo prueba la experiencia: los
que se sienten inclinados hacia la esclavitud son aquellos que son in-
capaces de gobernarse a sí mismos y a su familia, de proporcionarse
para sí y los suyos las cosas necesarias para la vida. Y entonces nada
más justo que estos individuos trabajen en cambio de los alimentos
que han de conservarles la vida a ellos y a los suyos. Esta es la opinión
de Aristóteles quien llama a algunos: esclavos por naturaleza. (Polit.,
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CiriaCo Morelli
I, 3.) Pufendorf trata de refutar a Aristóteles (Puf., de Jure, V, et G., III,
28, et VI, 3, 2) quien opina que los estúpidos pueden sin causa o razón
alguna ser reducidos a la esclavitud: derecho este que los griegos se
arrogaron contra los bárbaros. Sin embargo, no es justo lo que enseña
el lósofo si su doctrina se reere a la índole servil y no a la condición
natural como lo interpretan Heineccius y Rutgers (Heinc., Ep ad. Richt
Var.; Rutg., Var., Lect. IV, 3). En este sentido Agesilao (Agesilaus, ap.
Plut. Apopht.) decía que los habitantes de Asia eran malos ingenuos
pero buenos esclavos. Mejor que Pufendorf y antes que Heineccius,
comprendió Acosta la idea de Aristóteles y de su intérprete Tomás;
dice que se trata no de la servitud ordinaria sino de la servitud política
o también económica, pues es conforme a la naturaleza de las cosas
que los rudos sean dirigidos y corregidos por los sabios. Esta clase de
servitud recae también en el hijo que necesita tutor y curador aunque
sea dueño de su fortuna.
Así como Acosta interpreta a Aristóteles debe entenderse la discu-
sión que con el licenciado Casas, no aun obispo de Chiapas, sostuvo,
ante el rey España sobre la condición de los indios, el primer obispo
de América Juan Quevedo, alias Cavedo, de la orden de los francisca-
nos. Antonio Herrera reere las palabras del obispo: «El Rey Católico
vuestro abuelo mando hacer una armada; para ir a poblar la tierra
rme de las indias, y suplico a N. M. S. Padre me criase obispo de
aquella primera población, y dexados los días que he gastado en la
ida y en la vuelta, cinco años he estado allá; y como fuimos mucha
gente, y no llevamos mas de lo que tuvimos menester para el camino,
toda la mas de la gente se nos murió de hambre, y los que quedamos
por no morir como aquellos, en todo este tiempo ninguna cosa hemos
hecho que ranchear y comer... Y en lo que toca a los indios, según la
noticia que de los de la tierra en que he estado tengo, y de las otras
tierras que viniendo camino vi, aquellas gentes son siervos a natura.»
(Herr., Dec. 2, I, 4, C. 4, an. 1519.) Lo que quiere decir el obispo cuan-
do declara que los indios que ha visto son siervos por naturaleza se
desprende de su actitud hacia. Francisco Berra a quien reprochó como
contrario al derecho natural el haber reducido a esclavitud a muchos
indios que había traído a Darien su sede obispal. «Contradiciendo el
obispo la saca de ellos, porque decía que no tenía por lícito este apro-
vechamiento.» Y era este el obispo que declaraba que los indios eran
esclavos por naturaleza. Consta con esa que se refería a una servitud
distinta de la servil.
2. La persona libre puede recurrir a la servitud en caso de pobreza
extrema. El génesis cuenta que los egipcios se declararon esclavos de
Faraón por el alimento (Gen. 47). Pausanias dice que las mujeres de
Thracia se dieron como esclavas a los eritreos (Paus., l. 7, c. 5); Táci-
to reere que los frisios así lo hicieron (Tacit., Ann. IV, 72), y César

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