Capítulo primero: La relación entre mercado y derecho como objeto de una investigación socioeconómica y juridicocientífica
| Páginas | 23-66 |
23
CAPÍTULO PRIMERO
LA RELACIÓN ENTRE MERCADO Y DERECHO COMO
OBJETO DE UNA INVESTIGACIÓN SOCIOECONÓMICA Y
JURIDICOCIENTÍFICA
I. EL MERCADO COMO FENÓMENO SOCIOECONÓMICO FUNDAMEN-
TAL DE LA SOCIEDAD CAPITALISTA BURGUESA Y DE SU DERECHO
1. El mercado como instrumento de socialización
Uno de los signos característicos de la sociedad capitalista burguesa, tal como
ha ido conformándose a lo largo del siglo XIX en las potencias industriales más im-
portantes, lo constituye el proceso de socialización a través del mercado. La obten-
ción de valores económicos se realiza gracias a la instrumentalización del mercado:
en este preciso lugar los valores de uso son transformados en valores de cambio.
Una parte importante de la satisfacción de las necesidades colectivas e individuales
(reproducción) se efectúa mediante el mecanismo del mercado. También el Estado
se sirve –al menos parcialmente–, para la satisfacción de sus necesidades, –de meca-
nismos directos o indirectos de distribución de mercado.
En una primera aproximación, los aspectos relevantes de la función del mer-
cado desde el punto de vista de las ciencias sociales no pueden ser más que in-
sinuados. La principal forma –aunque no exclusiva– de asignar los factores de la
producción se obtiene a través del mercado, esto es, a través del mercado se regula
la utilización de capital y de trabajo para la obtención de determinados resultados,
los cuales se destinan de nuevo a la circulación. El mercado tiene también por fun-
ción conseguir el crecimiento y desarrollo de una sociedad, creando los incentivos
necesarios para el progreso de la técnica. Finalmente, aunque ello suele olvidarse
con frecuencia, el mercado determina de forma esencial el reparto y la distribu-
ción de la renta. El importe total de la participación de los tributos en las rentas
de capital, intereses, o renta inmobiliaria, de un lado, y en las rentas de trabajo, de
otro, depende directamente de los procesos de mercado. Por último, el mercado es
tambiénelresponsabledelniveldeestabilidaddelospreciosodelainación.A
grandes trazos, podría decirse que las actuales sociedades capitalistas burguesas
han proporcionado tres tipos de mercado, en principio distintos entre sí, aunque
naturalmente interdependientes. El primero de ellos es el denominado mercado de
Norbert reich
24
trabajo, en el cual subsiste la propiedad privada de los medios de producción y don-
de se lleva a efecto la obtención y apropiación de la plusvalía, esto es, aquella parte
del valor de una mercancía que sobrepasa el importe de la cantidad empleada como
remuneración del trabajo asalariado (Marx, Das Kapital, I, pp. 192 ss.). En el mercad
o de capitales tienelugar elempleo yla aplicaciónde losllamados capitalesnan-
cieros. Finalmente, hay que mencionar como tercer tipo de mercado, al mercado de
bienes de consumo (cambio de mercancías, prestaciones de servicio, inmuebles, etc.),
en especial el relativo a la esfera de la distribución y de la reproducción, en el cual
tiene lugar, precisamente, el cambio de mercancías y servicios por dinero, como
instrumento universalmente apto para ello, y en el que las cosas adquiridas son
usadas ya sea para la reproducción del capital empleado, ya sea para el consumo
individual (Marx, op. cit., pp. 589 ss.).
No obstante, a partir del siglo XIX se producen cambios importantes en las
estructuras de mercado de todos los países capitalistas burgueses. En el ámbito
económico, los fenómenos de la concentración (vid., infra, caps. V y VI) y de la
internacionalización (vid., infra, cap. VII) de los mercados son los que han mere-
cido aquí mayor atención. Las estructuras del mercado de trabajo tan sólo serán
examinadas en la medida en que la parte oferente, es decir, los trabajadores, se
encuentran en su mayoría organizados en sindicatos y en la medida en que con
suparticipaciónenlanegociacióndelosconvenioscolectivosinuyendemanera
global en la determinación de los factores monetarios (salario, determinadas par-
tes del salario, etc.).
En cambio, para la parte demandante de fuerza de trabajo, los llamados pa-
tronos o dadores de trabajo, posee una especial virtualidad el fenómeno de la con-
centraciónyde lainternacionalización, comopruebasucientemente ladiscusión
habida acerca de las llamadas empresas multinacionales.
En el ámbito del mercado de capitales tiene lugar igualmente una concentra-
cióneinternacionalizacióndelcapitalnanciero,representadoprincipalmentepor
los grandes bancos y empresas de seguros. En cambio, la otra parte de la relación,
esto es, los ahorradores, los inversores, los depositantes y los prestatarios, se en-
cuentra, por el contrario, completamente atomizada.
Finalmente, tampoco los mercados de bienes de consumo han permanecido al
margen de esas tendencias de concentración e internacionalización, especialmente
por lo que respecta a la parte oferente, pero también, aunque sólo sea de un modo
parcial, en relación con la parte demandante, en tanto en cuanto los demandantes
de bienes o servicios participan en el proceso de distribución en calidad de produc-
tores o comerciantes. Ello conduce a que la otra parte de la relación, especialmente
porloquesereere alconsumidor nal(vid., infra, cap. IV), se encuentre en una
posición de debilidad y de subordinación estructural. A su vez, se pone de relieve
que la concentración y la internacionalización de los mercados constituyen fenóme-
nos generales del desarrollo del capitalismo, los cuales, sin embargo, favorecen tan
sólo a una de las dos partes de la relación, mientras que la otra tiene que conformar-
Mercado y derecho (teoría y praxis del derecho econóMico ...)
25
se con un debilitamiento tendencial de su posición. Los mercados adoptan, pues,
formas asimétricas.
2. Los procesos de mercado y el Estado
En la formulación teórica clásica del pensamiento de Adam Smith, el mercado
se presenta como un proceso de interacción entre sujetos privados.
El instrumento de dirección de ese mercado lo constituye la competencia per-
fecta. La competencia así entendida tiene por función el desapoderamiento de todos
los sujetos de mercado y se ocupa al mismo tiempo de la obtención de resultados
óptimos en la esfera de la producción y de la distribución (A. Smith, p. 371).
No obstante, como consecuencia del proceso de concentración e internaciona-
lización del capital, esta idea no puede ser utilizada ya por más tiempo como signo
caracterizador de los procesos de mercado. El mercado ha perdido su carácter de
institución privada. Hoy en día, los mercados aparecen ampliamente intervenidos
por el Estado, como resultado de las actuales formaciones sociales capitalistas (vid.,
infra, caps. II y III).
La intervención del Estado comienza ya durante el siglo XIX, cuando el primi-
tivo Estado burgués toma a su cargo, a título de ejemplo, la tutela de la población
trabajadora.Perotambiénlosmercadosnancierossesometenrelativamentepron-
to a la intervención estatal, por ejemplo mediante la creación del banco de emisión y
la consiguiente manipulación del valor del dinero, mediante la participación directa
del Estado en la banca, etc., y mediante el establecimiento de condiciones de emi-
sión y similares. De todas maneras, los mercados de bienes se muestran, en general,
en esta época, libres de cualquier intervención estatal, excepción hecha de determi-
nadas prestaciones de servicios como el transporte y los seguros.
No obstante, con el transcurso de las crisis que ha padecido el desarrollo del
capitalismo en el siglo actual, la intervención del Estado se va convirtiendo cada vez
más en un signo característico de los procesos de mercado. Estos procesos llegan
incluso a alcanzar el carácter de una institución estatal. Si bien actualmente los opera-
dores del mercado siguen siendo, en general, sujetos privados (personas físicas, so-
ciedades de personas o de capitales, así como sindicatos, como tipos elementales de
asociación privada), el Estado señala a través de diversos instrumentos, imposibles
de relacionar ahora con detalle, tanto datos globales para el desarrollo del mercado,
comonesespecícosdelbienestarsocialparalaobtencióndedeterminadosresul-
tados. El mercado de trabajo se utiliza con el objeto de cumplir una política estatal
depleno empleo. Los mercadosnancieros sirven, de un lado,para satisfacer la
demanda de crédito que tiene el Estado, de lo que resulta una cierta sujeción de su
actividadaesemercado;deotro,esosmismosmercadossesometenalajaciónde
los objetivos de estabilidad monetaria y de equilibrio de las transacciones exteriores
(manipulación del valor de la moneda hacia el interior y hacia el exterior). Los mer-
cados de bienes de consumo son también de interés para el Estado, en la medida
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba