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Capítulo III: Mercado y dirección de la economía

Páginas113-162
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CAPÍTULO III
MERCADO Y DIRECCIÓN DE LA ECONOMÍA
I. SOBRE LA DIALÉCTICA EXISTENTE ENTRE MERCADO Y DIRECCIÓN
DE LA ECONOMÍA
En el marco de los sistemas económicos que descansan sobre la base del mer-
cado,pareceasimplevistaquelacuestiónesabsolutamentesuperua,puestoque
precisamente la característica esencial del mercado consiste en que éste funciona a
través de un mecanismo descentralizado de dirección y de control, el cual decide
sobre la asignación de los factores de producción, la distribución de la renta, la
adecuación de la oferta a la demanda, el crecimiento y el progreso económico por
medio del instrumento de la competencia. Los operadores del mercado (de bienes),
especialmente las empresas, pero también los consumidores, toman sus decisiones
de un modo soberano acerca de la oferta o de la demanda. El mecanismo de los pre-
cios se erige así en regulador de la constante adecuación y correlación entre valor
de uso y valor de cambio. Las inversiones se realizan en aquellos sectores y regiones
que mejores posibilidades ofrecen a la revalorización del capital. La presión de un
orden funcional de competencia determina que los planes económicos de las em-
presas y economías domésticas coincidan con las necesidades colectivas, es decir, se
consiga el llamado óptimo de Pareto (vid. Koch, 1976, p. 108).
Este modelo económico, descrito aquí sólo a grandes trazos, no responde ya a
la realidad de los sistemas económicos del capitalismo avanzado. La dirección del
mercado a través de la invisible hand de la competencia hace tiempo que ha dejado
de existir para dar paso a métodos más o menos conscientes de control que inciden sobre
el mercado por impulso del Estado o de las empresas mismas y que intenten ma-
nipular a su favor el mecanismo que éste representa. Como consecuencia de estas
transformaciones el derecho se encuentra atrapado en la doble instrumentalidad des-
crita anteriormente: pone a disposición del Estado o de las empresas determinados
instrumentos jurídicos que pueden ser empleados para el logro de los objetivos de
dirección de la economía, o en su caso, niega las posibilidades de ese ejercicio. No
haydudadequeahíseoriginanconictosentrelosdiversossistemasdedireccióny
controlquenohacensinoreejarlaexistenciadeotrostantosobjetivoseconómicos.
A continuación se intentará exponer este tema a la vista de las transformaciones
operadas en el mercado y de la actividad del Estado en la dirección de la economía.
Norbert reich
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1. «Dirección del mercado»13
Lainstrumentalización del mercadopor la empresacon el nde alcanzar
sus objetivos estratégicos y, con ello, el surgimiento de una «dirección del merca-
do» presupone que la competencia y los resultados de éste han dejado de ser di-
mensionesheterónomas,yaquesufrenlasinuenciasdesupropiaactividad.Este
problema se conoce en el campo de la microeconomía con el nombre de oligopolio.
Existe una estructura oligopolista del mercado, en contraste con la estructura po-
lipolística de la competencia perfecta, cuando los sujetos que operan en él (empre-
sas)puedeninuirconsuactuaciónactivamentesobreéste.Losprecios,lacuan-
tía de la oferta, etc., pueden ser determinados directamente por ellos mismos. A
la dirección de la economía por el mercado («dirección de mercado» Marktsteue-
rung), sustituye la dirección del mercado («control del mercado», Marktlenkung).
A título de ejemplo puede ser interesante traer a colación el supuesto del liderazgo
de precios (Preisführerschaft): una empresa oligopolista puede imponer, por ejem-
plo, un aumento de precios con ocasión de una retracción de la demanda, esto es
precisamente en aquellas circunstancias que según las reglas de la teoría clásica
de la competencia debería proceder una reducción de los mismos. La Ocina
Federal de cárteles (Bundeskartellamt) (1973, pp. 14 ss.) habla aquí de la existencia
de «sistemas privados de administración de precios». Algo parecido ocurre con
el comportamiento inversor de las empresas oligopolistas: ya que las inversiones
se realizan según las previsiones de planes a largo plazo, puede perfectamente
suceder que se lleven a cabo inversiones en un momento determinado, cuando
del análisis de la situación coyuntural del mercado sería más lógico esperar un
retroceso de las mismas. Gracias al margen de actuación del que disponen, las
empresas olipogolistas pueden prescindir en mayor medida –aunque no comple-
tamente– de los procesos de mercado, de modo completamente distinto a lo que
sucedería en una situación de polipolio, en que las empresas reaccionan exclusi-
vamente frente a las variaciones de las condiciones de mercado. El economista
americano Galbraith (1976, pp. 59 ss., 87 ss.) ha extraído de ello la conclusión de
que el actual sistema económico de las sociedades capitalistas aparece partido en
dos mitades: en un sistema de mercado y en un sistema de planicación.14 El sistema
deplanicaciónsepresentaaquícomoelcampodeactuacióndelasempresasoli-
13 El autor utiliza aquí la expresión “dirección o control del mercado” (Marktlenkung)
como contrapuesta a la “dirección por el mercado o mediante el mercado” (Marktsteu-
erung). En realidad, los términos “Steurung” y “Lenkung” son sinónimos, pero dado
que el autor quiere expresar la contraposición indicada se ha procurado expresar la
idea utilizando los términos “dirección del mercado” (por el Estado o las grandes
empresas) y “dirección de mercado” (por la competencia). No obstante, para no con-
fundir al lector se ha conservado casi siempre el vocablo original junto a la locución
castellana.
14 Esta misma idea la expone el autor citado en su libro The new industrial state, Bos ton,
1978. (Existe una excelente versión castellana de esta obra a cargo de Manuel Sacris-
tán, El nuevo estado industrial, Ariel, Barcelona, 1980).
Mercado y derecho (teoría y praxis del derecho econóMico ...)
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gopolistas,enelcualelpropiomercadosesometealaplanicaciónempresarial,
consiguiéndose así una inversión de la relación entre el mercado y los sujetos que
operan en él.
Para la economía política de Marx, ello es consecuencia necesaria del proce-
so de acumulación del capital. Marx escribe las siguientes consideraciones: «Esta
expropiación se lleva a término gracias al funcionamiento de las leyes inmanentes
del propio sistema de producción capitalista, esto es, a través de la centralización
de capitales. El golpe de un capitalista provoca la muerte de muchos otros. Codo a
codo con esta centralización o expropiación de muchos capitalistas a través de unos
pocos, se desarrolla la forma cooperativa del proceso de trabajo en una jerarquía
siempre creciente, la utilización consciente y técnica de la ciencia, la explotación pla-
nicadadelatierra,latransformacióndelasherramientasdetrabajoeninstrumen-
tos de utilización colectiva, la racionalización de todos los medios de producción a
través de su uso como medios de producción del trabajo social, combinado, la incor-
poración de todos los pueblos a la red del mercado mundial y, con ello, el carácter
internacional del régimen capitalista» (Das Kapital, I, p. 790). Marx todavía deducía
de esta evolución del capitalismo la tendencia histórica de la revolución proletaria
y de la expropiación de los expropiadores (Das Kapital, I, p. 791), desmentida, sin
embargo, por la realidad de los países capitalistas burgueses, donde esta revolu-
ción no ha triunfado. El Estado se ocupa, en esencia, de resolver los problemas que
surgen como consecuencia del funcionamiento del mercado y de instalar de forma
complementaria y completiva junto al sistema de dirección de mercad o una dirección
a su cargo. Entre ellos cabe destacar en primer lugar el problema de la concentración
de poder, el cual debe ser combatido mediante una activa política de competencia
connesanticoncentracionistas.Estapolíticanosepropone,sinembargo,alterarel
sistema de mercado, sino que intenta crear las condiciones necesarias para que de
nuevo sea posible una dirección descentralizada a través del mercado y por medio
de una competencia efectiva. Hasta qué punto una tal política puede o no llegar a
ser realidad, es cuestión que se analizará más adelante (sobre el tema, vid. cap. V).
Un segundo problema lo constituyen los desequilibrios del sistema de mercado. En
la medida en que el «control del mercado» (Marktlenkung) pertenece a la esfera del
cálculo de los sujetos que operan en él, es evidente que esta actividad se orientará a
la búsqueda de las condiciones coyunturales y estructurales más favorables para la
actuacióndelasempresas.Estosignicaqueenunsistemaplanicadoenlasfases
de expansión coyuntural puede seguirse un correlativo aumento de las inversiones,
mientras que en las fases de recesión predomina precisamente la falta de esas inver-
siones e, incluso, las desinversiones. Con este proceder, los ciclos coyunturales se
convierten, agravándose, en crisis permanentes. Desde el punto de vista del equili-
brio estructural esto se traduce en que son preferidos regiones y sectores enteros de
la producción no en función de criterios económicos generales sino en función de
los intereses empresariales particulares. La dirección del mercado por las grandes
empresas (Marklenkung) tiende, pues, a potenciar todavía más los desequilibrios
tanto coyunturales como estructurales (vid. SPD, 1975, inciso 2.6).

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