El delito en la vida de la comunidad popular - Biología Criminal en sus rasgos fundamentales - Libros y Revistas - VLEX 976572763

El delito en la vida de la comunidad popular

AutorFranz Exner
Páginas53-151
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Biología Criminal
en sus rasgos fundamentales
caPítulo ii
el delito en la Vida de la
comunidad PoPular
A) el carÁcter del PueBlo
5. carÁcter del PueBlo Y delito
La criminalidad de un pueblo es la suma de los delitos de cada uno de
los individuos que le componen. Ahora bien; si, dentro de ciertos limites, la
disposición determina el querer y el hacer, y con ello, también los hechos
que ejecuta un individuo, considerado como delincuente vemos, por tanto,
que en cierta manera, es condicionado biológicamente, con lo cual llegamos
fácilmente a la siguiente reexión: también el número de delitos de todo un
pueblo está en dependencia de su esencia biológica1.
A la idea de liszt de que el delito es un producto del modo de ser del autor
y de las relaciones que le rodean ha opuesto gleisPacH, con razón, su opinión:
“La conducta dañina común de los seres humanos en cualquier limitación
temporal-espacial como manifestación de masas es el producto de la carac-
terística de la población en su limitación temporal-espacial y de las circuns-
tancias externas que en ese tiempo la rodean”2. Y lo que aquí es resultado de
una separación teorética lo encuentra stuMPfl conrmado por sus múltiples
experiencias sobre Biología hereditaria: “La cifra de criminalidad de un grupo
de población y la clase de faltas inherentes a ella contra el orden jurídico es
comparable a un reactivo muy no y sensible que nos informa de la condición
del carácter de las personas de que está compuesta dicha población”3. Tam-
bién nuestras propias y cotidianas observaciones nos hablan en este sentido.
Si comparamos dos razas o el carácter psicológico correspondiente a una co-
munidad de sangre y destino de dos pueblos o tribus, o incluso de una parte
delimitada del pueblo, hallaremos en todo caso profundas diferencias en su
esencia, la mayor parte de ellas se pondrán de maniesto en el pensamiento,
querer y comportamiento de este grupo social. Realmente sería sorprendente
el que estas diferencias de carácter, que saltan a la vista, y a menudo tan agu-
1 Lo que sigue es una amplia reproducción de mi artículo aparecido en el “Monatsschrift 29
S. 404 ff.”.
2 gleisPacH, Zeitschr. f. ges. Strafrectsw. 48, S. 122.
3 stuMPfl, Erbanlage und Verbrechen, 1935, S. 288.
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Franz ExnEr
das, no se correspondieran también con diferencias en la clase y medida de la
criminalidad. Y esta suposición se fortalece cuando oímos decir a los psiquia-
tras que las distintas razas, pueblos y tribus tienen una disposición de grado
y clase muy diferente para padecer enfermedades psíquicas, degeneraciones
morales y suicidios.
En efecto, gall ha hablado ya de diferencias congénitas entre las distintas
razas en las disposiciones de energía moral, se ha referido a diferencias en el
sistema nervioso central y es por ello que MOebius le considera el fundador de
la moderna Psicología criminal. También entre los creadores de la Estadística
criminal, quetelet y V. Osttingen, encontramos semejantes consideraciones,
y hacia nes de siglo V. liszt4 considera que “la conformación de la crimina-
lidad está determinada también por inuencias raciales”; como ejemplo cita
él las diferencias con que los judíos, de una parte, y los bávaros, de otra, re-
suelven las transgresiones en sus esferas jurídicas personales; diferencia que
en los judíos se reconoce estadísticamente en la elevada criminalidad de in-
jurias y en los bávaros en la mayor frecuencia de la criminalidad de lesiones
corporales.
La cuestión es la siguiente: ¿Cómo se maniestan en el terreno criminal
las características de una raza, de un pueblo o tribu determinadas? Podemos
imaginar varios caminos para acercarnos a este interesante problema:
1.º El más próximo sería un examen estadístico-comparativo sobre la cri-
minalidad de los pueblos de varios países diferentes. Solo que ya la cuestión
preliminar de si la criminalidad en los países comparados diere a otros y en
qué medida ofrece gran dicultad debido a las distintas leyes, a la diversa
intensidad de los enjuiciamientos y a los distintos métodos en la concepción
estadística. Y una vez que se ha vencido este obstáculo se nos presenta el de
interpretar los resultados, cuestión rodeada de no menor dicultad; hasta qué
punto son de achacar las variaciones comprobadas a diferencias en el carácter
de esos pueblos, y no solamente a diferencias extremas de sus condiciones
vitales. También este problema puede contestarse únicamente de un modo
aproximado.
Este gran cuadro comparativo ha sido dado por Hacker en “Estadística
comparada de la criminalidad”, Revista internacional de Derecho penal, 1936.
Apenas si ofrece más que una recopilación completa del material. No obstan-
te, queremos informar sobre un trabajo de verkkO (Finlandia), que examina
los delitos de violencia bajo el punto de vista estadístico-comparativo (según
un extracto de HelasvuO, Monatsschrift 29. Bd., S. 481). verkkO trae prime-
ramente un mapa de Europa, en el cual se observa que en el Este (incluida
Finlandia) y el Sur dominan con mayor intensidad los delitos de homicidio
(Tötungsdelikten) (4 y más casos entre 100.000), en el Norte (incluida Inglate-
rra), por el contrario, dichos delitos son muy poco frecuentes (menos de 1 caso
por 100.000), en el resto ocupan una situación intermedia. Después estudia
verkkO las diferencias en el consumo de alcohol. Considera: 1.º Pueblos con
gran criminalidad por violencia, en los que en dicha criminalidad interviene
decisivamente el alcohol; cita entre ellos a los nlandeses, rusos, polacos, li-
tuanos, rumanos, eslovacos. 2.º Pueblos con gran criminalidad por violencia,
4 v. liszt, Zeitschr. f. ges. Strafrechtsw. 23, S. 211.
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Biología Criminal
en sus rasgos fundamentales
pero en la que apenas interviene el alcoholismo (italianos, españoles, húnga-
ros, servios, búlgaros, griegos). 3.º Pueblos con escasa criminalidad por vio-
lencia, en la que el alcohol interviene en gran medida (suecos y noruegos, es-
coceses e irlandeses); y 4.º Pueblos de escasa criminalidad por violencia, en la
que apenas juega papel el alcoholismo (daneses, islandeses, franceses, checos,
etcétera). La criminalidad por violencia entre los alemanes parece ser peque-
ña, exceptuando la zona oriental y meridional en las que el alcohol juega un
papel importante. Si todo esto es cierto, entonces no solo en la criminalidad
por violencia, sino también la ecacia criminógena del alcohol, condiciona de
cualquier manera lo nacional.
2. Otro camino, que evita, por lo menos, las dicultades del anterior, sería
la comparación de la criminalidad de las distintas razas o pueblos dentro del
mismo sector jurídico. Para ello deberían ser examinados estados de nacio-
nalidad varia. Claro está que si en sus publicaciones estadísticas no se hace
mención de la nacionalidad de los sentenciados, también en este caso todo
quedará reducido a meras presunciones.
Para la Rusia zarista ha comunicado Weinberg (Dorpt) algunas observacio-
nes, bien es verdad que sobre principios poco seguros, haciendo un cálculo
de los presidiarios según su nacionalidad, dentro de las distintas naciones
que componen Rusia (Monatsschrift 2, S. 720). Reproducimos aquí una tabla
interesante dada por verkkO (a. a. O.). La tabla nos indica el número aproxi-
mado de sentenciados ante los Tribunales de distrito, rurales y de paz en los
años que indican y teniendo en cuenta la nacionalidad (calculado por 100.000
individuos de la nación correspondiente):
NACIONALIDAD
Delitos
contra la
vida 1908-
1912
Delitos de
lesiones
corporales
1908-1912
Robo
1910-1912
Rusos 4,0 6,2 20,6
Polacos 3,8 12,2 22,3
Lituanos y letones 3,4 5,4 20,7
Alemanes 2,0 2,4 9,3
Georgianos y otros Kartnwelier 10,4 4,6 24,3
Pueblos de las montañas caucásicas 14,8 4,8 37,0
Armenios 16,0 4,6 18,05
5 Por lo que respecta a España, ausente de la Tabla reseñada por exner, bueno será traer a
colación los preciosos datos expuestos por el profesor Federico Castejón en un valiosísimo
trabajo, de inestimable valor estadístico (véase F. Castejón, Datos para una reforma penal,
Discurso académico, 1933-1934 (Sevilla) (Madrid, 1934). En el mapa número ocho nos
dice lo siguiente: “Delitos contra las personas perseguidos de 1883 a 1932. El delito de sangre
es el delito especíco de la delincuencia española... Alcanzan a 10.000 los delitos de esta
clase, cuando más, según la Estadística del Ministerio; los Fiscales llegan a señalar 21.000.
Concretándose al homicidio hay un número anual por término medio de 1.000 españoles

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