La ciencia del fenómeno criminal - La sociedad criminógena - Libros y Revistas - VLEX 976426959

La ciencia del fenómeno criminal

AutorJean Pinatel
Cargo del AutorProfesor de la Universidad de Paris (Francia)
Páginas13-21
13
ÍNDICE
CAPÍTULO 1
LA CIENCIA DEL FENÓMENO CRIMINAL
EN1969 fue creado, por iniciativa conjunta de la Universidad de Montreal
y de la Sociedad Internacional de Criminología, un Centro Internacional de
Criminología Comparada, que tiene por objeto permitir a los especialistas de
todo el mundo la confluencia de sus investigaciones sobre la criminalidad, a fin
de intentar descubrir el rumbo que ha de seguirse en este ámbito.
Se ha ha blado mucho en Norteamérica, los últimos años, de un desafío
de la criminalidad. En Europa el peligro parecía menor. La criminalidad euro-
pea, sin embargo, se está actualmente desarrollando y modelando al hilo de la
criminalidad americana. La definición de una política de defensa social, en el
más amplio sentido de la palabra, debe basarse en los datos extraídos por la
criminología, ciencia compleja que se apoya en la biología, la psicología, la
sociología y la ciencia jurídica. La ciencia del fenómeno criminal se desarrolla
en tres planos: el del crimen, que aísla el estudio del acto criminoso en la vida
de un hombre, considerándolo como un episodio con comienzo, desarrollo y
fin; el del criminal, que postula el estudio individual de las características de
los autores de los a ctos criminales y de los factores que han influenciado la
formación y evolución de sus personalidades, y, finalmente, el de la criminali-
dad, es decir, el conjunto de a ctos criminales que se producen en un tiempo y
lugar determinados.
I. ¿Qué es el crimen?
En las sociedades arcaicas, los etnólogos distinguían tres tipos de con-
ductas que merecen nuestra atención.
La primera es el crimen extratribal: la muerte de un extraño no provo-
caba ninguna reacción en el grupo al que pertenecía el culpable, siendo con-
siderado a menudo como timbre de gloria. El robo extratribal, si era público,
manifiesto, r ealizado por la fuerza, no estaba mal visto. En cambio, la sus-
tracción efectuada ocultamente se consideraba deshonrosa. Por último, el
crimen abierto, dirigido contra un extraño, se estimaba como un ataque, sus-
ceptible de provocar represalias. Si se producía la muerte de un hombre, la
venganza era obligatoria.

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