Capítulo VI. Bodin. De republica libri sex. Juris universi distributio - Introducción general a la historia del derecho - Libros y Revistas - VLEX 1027332552

Capítulo VI. Bodin. De republica libri sex. Juris universi distributio

AutorJean-Louis-Eugène Lerminier
Páginas47-64
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CAPÍTULO VI
Bodin.—De república libri sex.—
Juris universi distributio
El siglo diez y seis con sus guerras políticas y religiosas, sus trastornos
civiles, sus numerosas facciones, con la monarquía francesa conmovida y el
espíritu innovador que aparecía al mismo tiempo en los campos de batalla,
en el gabinete de los sabios y en las disputas de los teólogos; debía provocar
necesariamente el desarrollo original y moderno de una ciencia que parecía
aletargada desde los tiempos antiguos, de la ciencia política. Había habido
tantas guerras y batallas, se habían dispertado tantos intereses y pasiones, se
habían demostrado tantos principios y derechos con el n de que fuesen re-
conocidos; que parecía imposible que la reexión no quisiese sacar lecciones
y consecuencias importantes de todos estos hechos ruidosos, de todas estas
cosas que hablaban por sí solas.
La Italia acababa de producir a su Maquiavelo; lo había comprado a
costa de sus disensiones civiles y de la sangre copiosamente derramada en
sus guerras domésticas. Maquiavelo que apareció a nes del siglo quince y
murió cuando el advenimiento de Lutero cuya revolución y escritos no llegó
a conocer, es el creador de la losofía política de la historia. En su Príncipe
presenta en lenguaje moderado y con una sangre fría verdaderamente cómica
una teoría profunda y la sátira más amarga de la tiranía. En sus discursos sobre
Tito-Livio estudia la historia de Roma y de la antigüedad con el objeto, según
maniesta, de deducir de allí lecciones de política, y nalmente en su Historia
de Florencia va reriendo como observador consumado los instructivos anales
de su tempestuosa y esclarecida patria. Todo es pues italiano en Maquiavelo.
De vez en cuando vuelve sus miradas a Europa; pero lo que casi siempre le
ocupa es la Italia antigua y moderna, facta domestica. Por lo demás ningún
juicio losóco ninguna idea absoluta; Maquiavelo parece que estudia la his-
toria solo con el n de beneciarla como secretario de estado. Para él los hom-
bres no son buenos ni malos, sino sagaces o tontos, los observa, los juzga a
veces y escribe siempre los sucesos como si fuera Príncipe.
Jean-Louis-eugène Lerminier
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El siglo diez y seis en que todo pugnaba por desarrollarse, religión, polí-
tica, jurisprudencia, literatura y losofía, en que el mundo moderno se agitaba
en todos sentidos con los fuertes ímpetus de un niño vigoroso, necesitaba otro
lósofo político. En efecto Bondin tenía distintas ideas y otro estilo que Ma-
quiavelo, y su plan debía ser necesariamente más vasto, su punto de partida
mucho más elevado, su pensamiento más losóco y su examen dé la historia
en una escala más extensa. Bodin1 era abogado y jurisconsulto. En cuanto a
su vida, únicamente diremos que después de haber servido por algún tiempo
a Enrique III, se juntó con el duque de Alençon, que la muerte de su protec-
tor fue un contratiempo para su carrera, que sucesivamente fue partidario y
enemigo de Enrique III y que la conducta que guardó en los estados de Blois,
fue la de un hombre de entereza y la de un buen Francés. Su talento era vasto,
pero confuso; despreocupado y supersticioso a la vez, creía juntamente en la
libertad del hombre, en los números y en el poder de los astros. Protestante en
el alma, murió católico; Bodin unía a un conocimiento sano de la historia una
especie de poesía vaga y misteriosa, un panteísmo místico y contemplativo;
y esta reunión extraña y discordante de elementos que comúnmente se en-
trechocan y evitan, produjo un talento cuyas proporciones son grandes pero
raras y cuya sonomía si bien original, carece de hermosura y simetría.
Veamos sus principales obras: Bodin se preciaba de físico. Después de su
demonomanía escribió el universos naturœ theatrum, obra que respira un secre-
to panteísmo; después un tratado que siempre ha permanecido en la oscuri-
dad y no ha sido impreso nunca colloquium heptalómeron de abditis rerum subli-
mium arcanis, obra que Huet en su Demostración evangélica calica de abomina-
ble2, que Grocio no quiso refutar y que desconocida siempre, ha granjeado a
su autor una mala reputación. Fue más afortunado en su Methodus ad facilem
historiarum cognitionem, en donde al través de una erudición indigesta, pero
curiosa siempre, aparecen de vez en cuando algunos pensamientos grandes;
obra cuya lectura recomendaba d’ Aguesseau a su hijo. Pero las que hacen
principalmente para nuestro objeto, son su república y su sistema de derecho.
¿Cuál es el carácter de la república de Bodin? ¿Es fruto del estudio y de
la experiencia de la historia, o bien es un plan ideal de república concebido a
priori?
Cuando el hombre dirige sus miradas y su pensamiento al mundo de la
historia; o bien se ciñe a observar y después deduce conclusiones como Ma-
quiavelo y Montesquieu, o bien establece leyes de las que mira como resulta-
1 Juan Bodin d’ Angers, nació en 1530 y murió en 1590 Véase su vida en Bayle.
2 Véase Bayle.

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