Libro VIII: El funcionamiento del derecho. Etiología jurídica - El derecho puro - Libros y Revistas - VLEX 1016874271

Libro VIII: El funcionamiento del derecho. Etiología jurídica

Páginas181-190
181
EL DERECHOPURO
LIBRO VIII
EL FUNDAMENTO DEL DERECHO.—
ETIOLOGÍA JURÍDICA
SUMARIO: § 158 . Nociones preliminares.— § 159. El problema del origen del
Derecho.— § 160. Teoría del Derecho arbitrario o derivado de la voluntad.— § 161.
Las Escuelas del Derecho arbitrario, a) La Escuela teológica.— § 162. b) La
Escuela autocrática.—§ 163. c) La Escuela del contrato socia l.— § 164. Teoría
del Derecho cósmico, existente en la Naturaleza.— § 165. Las Escuelas del Derecho
cósmico, a) La Escuela espiritualista.— § 166. 6) La Escuela histórica.— § 167.
c) La Escuela positivista.— § 168. Grandes nombres que representan las diver-
sas escuelas.
§ 158. NOCIONES PRELIMINARES
En las partes precedentes hemos estudiado los derechos y el Derecho (Juricidad),
en su existencia (la Estática), y en su funcionamiento (l a Dinámica); esta última la
hemos analizado en lo que tiene de es table en un momento cualquiera y en las
leyes de sus transformaciones a través de los tiempos. Los caracteres permanentes y
abstractos de ese doble fenómeno fueron determinados, y si alguna vez se habló de
elementos concretos, fue únicamente por vía de ejemplo pa ra poner más de relieve
las nociones puras. La descripción completa del Derecho en su interno contenido y
en su envoltura externa ha sido realizada de este modo. La ontología jurídica ha
terminado.
Pero el e spíritu humano no se conten ta con esa con quista, sin emba rgo,
considerable. Quiere saber de dónde viene ese vasto mecanismo y para qué sirve,
de dónde viene y a dónde va esa Juricidad, de la cual percibe sin duda el lector
desde ahora la grandeza, gracias a su descripción, gracias también al título que le
he dado, porque no se existe del todo para el espíritu más que cuando se tiene un
nombre. La Etiología (, la causa) y la Teleología ( , el fin) del Derecho
preséntense así reclamando una solución, exigiendo, por lo menos, que se las
investigue y que se declare si es posible encontrarlas. Ya lo dije en el § 9, cuando
exponía la división de este libro, y en cuan to a la Etiología, hablé de ella espe-
cialme nte en el § 30, cuan do después de haber mostrado el Derech o en sus
exteriorizaciones, visibles a nuestro alrededor en las sociedades humanas, propu-
se la cuestión de saber si se detenía allí o si esas manifestaciones positivas, esa
realidad jurídica cierta, no tenía una causa originaria más profunda que la acción
del cerebro humano.

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