Conclusión
Autor | Georges Vignaux |
Páginas | 291-292 |
291
La argumentación. ensayo de Lógica discursiva
conclusiÓn
Después de haber subrayado las dicultades que presenta el escribir acerca
de la argumentación y las razones que hasta aquí se oponen a la constitución
de una teoría satisfactoria si no completa de sus funcionamientos, no preten-
deré aquí verdaderamente concluir.
Una vez más, sin embargo, la tradición de una “estilística conceptual” y los
usos admitidos para la redacción de una obra imponen, al menos, recordar las
condiciones de una problemática personal: “resumen más que nal”. Fiel en
todo caso a las deniciones que he podido exponer acerca de la discursividad
reconozco que me ha parecido adquirir algún conocimiento en la redac ción
de esta obra. Este conocimiento permanece tanto bajo la forma de pre guntas
como de postulados que ambicionan ser axiomas.
En primer lugar, la cuestión de la denición del discurso argumentado y
argumentativo (si se quiere precisar que él vehiculiza argumentos y que su
objetivo es convencer mediante ellos) me parece que se amplía. En particular,
la tentación de excluir de ella a la poética, me parece un avatar de una cierta
racionalidad heredada: debemos reconocer también al poeta, al novelista la
propiedad de discurrir con sus nes y para otros. La profundización de la
pro blemática precedente, orientada hacia el análisis de los juegos de lo construi-
do y de lo operante, conduciría entonces a denir a la argumentación y a la
discursividad según modos diferentes de aquellos a los cuales una tradición
dialectizante y logicada nos ha acostumbrado. Me atrevería a exponer la
fecundidad de la noción de sujeto psico-lógico que he sido llevado a construir
a través de la reexión acerca de los fenómenos de teatralidad y de proyecto
discursivos. Este juicio de fecundidad me parece doblemente motivado por
la captación de las consecuencias analíticas visualizables en el plano de una
operatoria del sujeto y por la distinción obtenida por esto entre los diferentes
tipos de enfoque de los componentes del fenómeno argumentativo.
El empleo de la noción de sujeto psico-lógico traduce sobre todo la volun-
tad de explicitar esas operaciones intelectuales que supone la construcción
de un discurso, y cuya especicidad se pueda resumir diciendo que son el
conjun to de las condiciones necesarias para que el discurso de un sujeto sea
compren dido y que son sucientes para que el proyecto de ese sujeto sea reci-
bido por otro. Creo que pude exponer algunas leyes que regulan la puesta en
práctica de esas condiciones, bajo la forma de estrategias aplicadas a la cons-
trucción de objetos discursivos y al juicio acerca de esos objetos.
El esbozo de una modelización de esas estrategias implica —he creído
bueno insistir en ello— actitudes metodológicas precisas. Es necesario que el
analista tome posición a propósito de las características de la discursividad,
características de las que la lingüística actual sólo da cuenta débilmente. Le
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