Capítulo III: Del arte - Parte primera - Filosofía del derecho - Libros y Revistas - VLEX 976806680

Capítulo III: Del arte

Páginas169-180
169
FilosoFía del derecho
caPíTUlo iii
del arTe
Lo verdadero es la idea considerada en sí misma como pensamien-
to; pero cuando aparece confundida con la realidad exterior y la men-
te la percibe sin referirla a su realidad abstracta, la idea puede ser lo
bello. La imaginación crea lo bello, reuniendo una forma sensible to-
mada del mundo exterior y un tipo inteligible suministrado por la ra-
zón, por medio de una individualización, que es su propia obra y que,
unida a los otros dos elementos, constituye el tipo fantástico. Cuando
la idea predomina sobre la forma, tenemos lo sublime; cuando están
en cierto equilibrio, tenemos lo bello. En las artes vemos aparecer pri-
mero lo sublime, porque es lo más próximo a la idea.
Los positivistas atacan a lo Bello, como han atacado a lo Bueno y a
lo Verdadero, con el principio de la relatividad de nuestros conoci-
mientos. Eso, dicen, es un juego de nuestras facultades, una ilusión
de la mente. «Hace algunos años, dice Herbert Spencer, leí en un
autor alemán, cuyo nombre no recuerdo, que los sentimientos esté-
ticos proceden de la propensión al juego. Esta proposición se me ha
quedado impresa en la mente, porque si no contiene toda la verdad,
es su germen.» Grant Allen, en su Estética siológica, considera termi-
nantemente la selección sexual como fuente del placer estético, de la
cual había hecho brotar Littré toda clase de sentimiento altruista. Sin
embargo, en la aplicación no deja de notar Spencer lo que es especial a
lo Bello, queriendo excluir todo lo que es necesario o útil para la vida,
como también todo deseo interesado. Volviendo después a su idea
ja del juego, prevé la abdicación del Arte en favor de la Ciencia, esta
humilde Cenicienta abandonada hasta ahora en un rincón del hogar
doméstico, que eclipsará a sus orgullosas hermanas, reinando como
soberana. Strauss se muestra menos severo y arma que la poesía y
la música podrán coexistir con la ciencia, pero ocupando el puesto de
la religión.
¿Cómo nacieron las Bellas Artes? ¿Fueron una imitación o una crea-
ción? Un poeta ha dicho que las formas de las montañas son la arqui-
tectura de la naturaleza; los picos hendidos por el rayo, su estatuaria;
las sombras y la luz, su pintura; el murmullo de los vientos y de las
olas, su armonía y el conjunto total, su poesía. El Arte trató de imitar

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR