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Capítulo 7. La mente del jurista y las ciencias sociales

AutorMinor E. Salas
Páginas203-220
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LA MENTE DEL JURISTA. CÓMOPIENSAN (Y SOBRE TODO CÓMONOPIENSAN)...
CAPÍTULO 7
LA MENTE DEL JURISTA Y LAS CIENCIAS
SOCIALES
Los misterios sociales se ocultan tr as las fachadas.
P. BERGER
Estas anticipaciones, estos viajes a la Luna, estas
fabricaciones de monstruos y de gigantes son, para
el espíritu científico, verdaderas regresiones
infantiles. A veces divierten, pero jamás instruyen.
G. BACHELARD
[58] Introducción: la Santa Inquisición de la s ciencias
En el presente capítulo, interesa analizar la exigencia que se suele formu-
lar en distintos foros académicos de una cooperación entre disciplinas del saber
humano. Para ello, se concentrarán los esfuerzos en dos campos particulares:
el de las denominad as ciencias sociales, por un lado, y el de la ciencia jurídi-
ca, por el otro. Es obvio, y no consideramos necesario profundizar al respecto,
que los términos «ciencias sociales» y «ciencia jurídica» aceptan diferentes
definiciones y enfoques.305 No forman parte de una sola provincia. Por ahora,
esos conceptos se van a tomar en un sentido muy amplio, sin entrar a discutir
el tema técnico de la demarcación o delimitación entre las ciencias naturales y
las ciencias sociales.306
Aparte de esta restricción conceptual, es necesario realizar una segunda
precisión para ev itar confusiones o falsas expectativas del lector. El presente
estudio se circunscribe, esencialmente, al plano teorético, esto es, apunta, en lo
305 Véase al respecto mi libro: op.cit., 2005, en especial el § 10.
306 Para la discusión clásica véase DILTHEY, W., Introducción a las ciencias del espíritu, trad. de
Julián Marías y prólogo de JoséORTEGA Y GASSET, Revista de Occidente, 2. Edición, Madrid,
España, 19 66; RICKERT, H., Ciencia Cultural y Ciencia Natural , trad. de Manuel GARCÍA
MORENTE, 4. Edición, Espasa-Calpe S.A., Madri d, 1965; para la discusión actual: BUNGE,
M., Buscar la Filosofía en las Ciencias Sociales, trad. deTziviahAGUILAR AKS, Siglo Veintiuno
Editores, Madrid, España, 1999.
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MINOR E. SALAS
fundamental, hacia lo que Hans REICHENBACH llamó el contexto de validez y no
hacia su contexto de descubrimiento .
Dicho con palabras más claras: el interés de la investigación reposa en
sacar a la luz las dificultades lógicas y epistemológicas subyacentes a la pre-
tensión de la inter - y transdisciplinariedad. Retomando la conocida clasifica-
ción de MORRIS, se diría que se discute en el nivel de la sintaxis y de la semán-
tica de las ciencias, no en el de su pr agmática. Por lo tanto, la potencial obje-
ción según la cua l en la realidad, es decir, en la práctica cotidiana de la cien-
cia, las personas sí trabajan interdisciplinariamente (una afirmación de he-
cho), no es válida, pues se pasa, ilegítimamente, del plano lógico-discursivo al
plano pragmático. Se trata de dos cuestiones distintas.
Gastón BACHELARD se ha referido a unos obstáculos epistemológicos que exis-
ten en el desarrollo del conocimiento científico. Dicho autor define esos «obs-
táculos» en los siguientes términos:
Cuando se investigan las condiciones psicológicas del progreso de la
ciencia, se llega muy pronto a la convicción de que hay que plantear el
problema del conocimiento científico en términos de obstáculos. No se
trata de considerar los obstáculos externos, como la complejidad o la
fugacidad de los fenómenos, ni de incriminar a la debilidad de los senti-
dos o del espíritu humano: es el acto mismo de conocer, íntimamente,
donde aparecen, por una especie de necesidad funcional, los entorpeci-
mientos y las confusiones. Es ahí donde mostraremos las causas de es-
tancamiento y hasta retroceso, es ahí donde discerniremos causas de
inercia que llamaremos obstáculos epistemológicos.307
Pues bien, lo que interesa en este capítulo es, finalmente, estudiar los
obstáculos epistemológicos (en el sentido de BACHELARD) que subyacen a la pre -
tensión de interdisciplinariedad entre las ciencias sociales y la llamada cien-
cia jurídica. En ese estudio no ha de pasarse por alto, tal y como decía un
autor español, que: «La ciencia oficial se comporta inquisitorialmente silenciando, e
incluso castigando, a los heterod oxos y, en el supuesto más benévolo, ignorándolos.
Porque si el progreso que se anuncia es demasiado radical, el parad igma do-
minante ya no podría asimilarlo e inevitablemente se genera una tensión que
termina en guerra a muerte, tanto más implacable cuanto que no hay posibili-
dad de convencimiento recíproco y ni siquiera de diálogo porque se hablan
lenguajes distintos y se opera en dos ondas incomunicadas» 308
Para tales efectos, se concentrará la atención en tres de esos obstáculos
que son, desde mi punto de vista, los más serios que hay que enfrentar p ara
hablar con rigurosidad del tema de la cooperac ión entre las disciplinas ante-
dichas. Estos tres obstáculos son los que, seguidamente, se re pasan, a saber:
307 BACHELARD, G.,La formación del espíritu científico. Contribución a un psicoanálisis del conocimien-
to objetivo, Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, Argentina, 2003, pág. 15.
308 NIETO, A., op.cit., 2000, pág. 23, curs. agreg.

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