La metafísica
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concepto de propiedad, enseñando la armonía entre todos los intere-
ses. No puede formularse el estudio cientíco del derecho sin investi-
gar el principio en que se apoya todo edicio moral y jurídico, y esta
investigación será el objeto de estos prolegómenos. Se dividirán en
tres partes: la Metafísica, la Moral y el Derecho, y así veremos brotar
el derecho como quería Cicerón, ex intima philosophia, y lo seguiremos
en su desarrollo.
la MeTaFísica
Corresponde a la Filosofía dar un sistema completo respecto a las
condiciones esenciales del conocimiento y de la existencia de las cosas.
La principal dicultad estriba en el punto de partida y en el método.
Un lósofo moderno francés ha reducido los sistemas losócos al
idealismo, sensualismo, escepticismo y misticismo. Examinando las
diferentes escuelas, en efecto, las vemos partir de uno de los puntos
indicados para darse razón de lo real y de lo cognoscible. Se entien-
de por sistema la serie de ideas que se encadenan y se subordinan a
un solo principio. La historia de los primeros tiempos nos muestra
al hombre bajo el imperio de la religión haciendo depender todas las
cosas inmediatamente de Dios; pero apenas jó la vista sobre el mun-
do externo y sobre sí mismo, las sensaciones y las ideas cautivaron
su atención. Un instante de desaliento produjo el escepticismo, y la
necesidad de fe el misticismo. En la historia de la losofía se encuen-
tran los nombres de otros sistemas como el materialismo, que es una
gradación del sensualismo; y el panteísmo, que admite la unidad de
sustancia; pero que será fácil reducir al idealismo si la única sustancia
se presenta como idea, o al materialismo si se concibe como materia.
Otro tanto puede decirse del positivismo, hoy en boga, el cual no es
otra cosa que un materialismo disfrazado.
Un lósofo italiano, Gioberti, ha intentado reducir todos los siste-
mas losócos a dos grandes categorías: al psicologismo y al ontolo-
gismo. Comprende bajo el nombre de psicologismo los sistemas que
parten de la experiencia o del Yo para llegar a lo absoluto; y dice que
pertenecen al ontologismo los sistemas que parten de la percepción
de la idea absoluta para explicar lo contingente. Esta es cuestión de
método más que de sistema, pero no deja de ser importante, puesto
que el método va unido a todo sistema. Si se parte de hechos, de co-
sas sensibles, vale más adoptar el método analítico; y si de ideas y de
relaciones de la inteligencia, es mejor el método sintético; solo cuando
el sujeto sea un hecho —idea a la vez sensible é inteligible— podrán
adoptarse los dos métodos.
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FilosoFía del derecho
Pero como el problema fundamental de la losofía es hallar el pri-
mer principio de lo cognoscible y de lo real, y este principio, como
veremos después, no puede ser un hecho material, de aquí que debe
preferirse el método sintético.
§ 1.º
Todo el mundo reconoce que el Oriente fue la cuna de la civiliza-
ción; pero una buena parte de él, como el Egipto y la Persia, no salió
del simbolismo o de una especio de teología. La losofía comenzó a
manifestarse en la China y en la India.
La China creía en un principio en los espíritus que simbolizaban las
distintas fuerzas de la Naturaleza, y después en el cielo (Tien), prin-
cipio de todas las cosas. Confucio, en el siglo VI antes de Jesucristo,
extrajo de los antiguos libros sagrados llamados Ching una especie de
losofía práctica. Meng-Tseu, su discípulo, formuló una especie de
panteísmo místico que se resiente de la inuencia de la losofía india.
Lao-Tseu, rival de Confucio, parte de una unidad, el tao, en la cual
tienen su origen todos los seres, y parece hallarse muy relacionada
con las ideas pitagóricas y platónicas, tal como eran comprendidas
en la escuela de Alejandría; combatió a Confucio que recomendaba la
acción, é hizo consistir la perfección en la inacción. Afortunadamente
para la China prevalecieron las ideas de Confucio, y aquella sociedad,
fundada sobre la familia, continuó buscando el bienestar material me-
diante la actividad y el trabajo.
En la India, la losofía comenzó por la simple interpretación de los
Vedas y dio origen a la escuela Mimansa, que ha dejado por monu-
mento los Sudras o aforismos. De esta se pasó a la Vedanta, que se
elevaba a la interpretación de algunas máximas metafísicas conteni-
das en los Vedas, y tuvo por fundador a Viasa. La losofía Vedanta,
según Colebrooke, era una psicología y una metafísica renada, que llegó
hasta a negar la existencia de la materia. Surgieron después la losofía
Niaya, de la cual es autor Gotama, y la losofía Vaisesica, de la cual es
autor Canada; Niaya quiere decir razonamiento, y Vaisesica distinción
de las partes, es decir, de los elementos del mundo; la primera es una
dialéctica y la segunda una física. Tenemos dos losofías Sanchia, la
de Capila, cuyos resultados fueron irreligiosos, y la llamada Sanchia
yoga, de que fue jefe Palandiadi, y que conducía al misticismo. Sanchia
quiere decir logos, vatio, y la primera de las dos se llamó por sus con-
clusiones Nirdovara, sine Deo, y la segunda Tesovara, cum Deo.
Todo este desenvolvimiento se efectúa bajo el Brahmanismo, en el
cual el indianista Weber distingue tres períodos: en el primero se es-
cribieron los himnos sagrados de los Vedas, en el cual se adoraban las
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fuerzas de la Naturaleza, y la materia era el primer principio; en el se-
gundo, al cual llama la fase del dualismo, al lado de la materia consi-
derada como una especie de caos, se distinguía una causa ordenadora
que la habría jado (en sánscrito stalita), esto es, creado; en el tercero
el mundo era considerado como una simple emanación de Dios, algo
como una ilusión (Maya), de la cual nos enseñaba a librarnos la ciencia
mediante la vida contemplativa.
Tales tendencias al reposo fueron llevadas hasta el aniquilamiento
(Nirvana) por el Budismo, religión nacida seis siglos antes de Jesucris-
to, que inducía a despojarse de la existencia con las meditaciones y la
inaceración. El fondo común del Brahmanismo y del Budismo era la
creencia en la metempsícosis, con la diferencia de que el primero pro-
metía una existencia mejor, y el segundo un total aniquilamiento. Los
estudios más acabados sobre el Budismo han descubierto el perfecto
ateísmo que se contiene en este sistema religioso3.
§ 2.º
Es indudable que la Grecia recibió del Oriente las doctrinas religio-
sas, pero su desenvolvimiento losóco fue indígena.
El sensualismo y el idealismo se maniestan claramente en las es-
cuelas jónicas y en la pitagórica o itálica. Thales había construido toda
la naturaleza sobre el principio del agua; Anaximeno y más tarde
Diógenes de Apolonia, creyeron encontrar este primer elemento en
el aire, principio más renado, y Heráclito en el fuego, que todo lo
anima y lo destruye, y produce el movimiento y la variedad por las
cuales todo pasa y se transforma.
Anaximandro, Anaxagoras y Arquelao de Mileto, aceptaban un
principio material originario απειρον, del cual mediante combinacio-
nes químicas y mecánicas, todo proviene y al que todo vuelve. Anaxá-
goras, veía un principio superior, νοὺσ, que mueve el mundo y con él
se confunde. Esta explicación mecánica fue completada por la escuela
atomística de Leucippo y de Demócrito, que suprime la inteligencia
motriz. Según esta escuela, los principios de las cosas son lo lleno y lo
vacío; el primero consiste en los átomos en número innito dotados
3 Eugenio Bournoul ha hecho notar que tal doctrina aparece en la tercera parte del Canon,
en la Atirdama, y no en la primera (los susdras o sermones), ni en la segunda (vinaia o ética),
las cuales juntas llevan el nombre de Darma (ley). Observa también que toda esta parte
del Canon se considera por los antiguos autores como no revelada por Buda. Sirviéndose de
estos datos, Max Müller sostuvo que Buda no había dado a la palabra nirvana otra signi-
cación que la de reposo, de lugar inmortal. Todo cuanto se ha creado debe desaparecer,
debe descomponerse, dice Buda; no así lo increado, lo no hecho, lo nirvana. Sus sucesores
dieron a esta palabra el signicado de aniquilamiento.
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