Excelentísimo señor Don Vicente Romero y Girón
| Autor | Luis De Moya |
| Páginas | 11-14 |
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FilosoFía del derecho
eXcelenTísiMo seÑor
don VicenTe roMero Y GirÓn
Mi respetable señor y amigo:
Por encargo del Sr. Lioy, y respondiendo a mis propios deseos, ten-
go el gusto y la honra de solicitar de usted que admita la dedicatoria
de este libro.
Tratándose, como en el caso presente, de una obra conocida y apre-
ciada, que ha tomado carta de naturaleza en Alemania, Francia é In-
glaterra, y que lleva la rma respetable del Sr. Lioy, hay, hablando en
términos forenses, méritos para solicitar y obtener que el nombre de
jurisconsulto tan eminente como Ud. le abra camino, en la seguridad
de que, una vez consultada, el propio valer lo bastará para alcanzar
el aprecio de los que se afanan en el estudio del derecho en nuestra
patria.
Esas consideraciones me han movido para solicitar su nombre y
para pedirle el prólogo de esta edición, siendo así Ud. quien la presen-
ta y quien garantiza la seriedad del trabajo, en el que solo me cabe la
parte material de la traducción, y una vez que Ud. admite este deseo
del Sr. Lioy y ya que con otro deseo mío no se quebranta la unidad del
acto, le ruego que admita también la parte que he tomado en la obra
como testimonio de respeto y admiración al jurisconsulto que, en la
Ley y en el planteamiento del Jurado en nuestra patria, tiene su mejor
y más hermoso título de gloria.
La obra del Sr. Lioy es esencialmente didáctica.
Después de Ahrens y Trendelenburg, el positivismo abrió ancha
brecha en la losofía del derecho.
Una vez descartada la metafísica, desaparecen todas las aplicaciones,
De aquí la necesidad de estudiar de nuevo al hombre y a la socie-
dad para atarlos más rmemente al orden universal. Para conseguir-
lo, era preciso valerse de la experiencia en unos casos y en otros de la
especulación, remontándose de los hechos a la idea primordial que
inconscientemente los produjo.
El camino estaba preparado para el autor por su conciudadano J.
B. Vico; Platón había distinguido ya la ciencia de la opinión incier-
ta; Vico la sabiduría consciente de la vulgar; Gioberti la reexión de
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