La Ilustración periódica: las ideas constitucionales en la prensa liberal habanera (1810-1814) - Segunda parte. Iusfilosofía y teoría constitucional - Estudios de filosofía del derecho - Libros y Revistas - VLEX 976200454

La Ilustración periódica: las ideas constitucionales en la prensa liberal habanera (1810-1814)

AutorYuri Fernández Viciedo
Cargo del AutorProfesor de Historia del Estado y del Derecho. Universidad Central Marta Abreu de Las Villas
Páginas153-178
153
LA ILUSTRACIÓN PERIÓDICA: LAS IDEAS
CONSTITUCIONALES EN LA PRENSA LIBERAL
HABANERA (1810-1814)
Yuri Fernández Viciedo
Profesor de Historia del Estado y del Derecho
Universidad Central Marta Abreu de Las Villas
sumario: 1. Introducción. 2. La prensa en Cuba: un origen tortuoso. 3. Ilustra-
ción en La Habana y decreto sobre libertad de imprenta. 4. Libertad de impren-
ta y constitucionalismo en La Habana (1810-1814).
1. INTRODUCCIÓN
El proceso constitucional español de 1812 tuvo un abanico de consecuencias
para Cuba, las cuales se manifestaron de formas distintas en cada región del archi-
piélago.1 No obstante, de todas las inuencias –posibles y reales– que este suceso
debió producir entre la sociedad insular del periodo, ninguna dejó huellas más pro-
fundas que las de naturaleza ideológica. La puesta en vigor del decreto sobre liber-
tad de imprenta, aprobado por las Cortes el 10 de noviembre de 1810, creó el marco
legal para una situación de movilidad ideológica que, en pocos años, cambió a Cuba.
La prensa liberal, que oreció durante el cuatrienio de 1810 a 1814, contribuyó
a la difusión masiva de las ideas ilustradas del constitucionalismo y de aquellos
conceptos que le sirvieron de argumentación; creó el espacio para la aparición del
debate político-público y sentó las bases para la creación de una opinión pública
entre los círculos letrados de la sociedad habanera. Por demás, durante cuatro años
la sociedad insular asistió a una intensa conjunción, sin precedentes en el pasado
reciente del país: la de la actividad de imprenta ligada a la difusión del credo ilus-
trado, en especial de los presupuestos ideológicos del constitucionalismo.
1 En relación con los efecto s del proceso constit ucional español sob re Cuba, puede
verse a Suárez Suáre z, Reinaldo, “Repercusiones de la Con stitución de Cádiz en
Cuba (1812-1814)”, en Carlos Villabella Armengol, Hit os Constit ucionale s del siglo XI X
cubano, Ácana, Camagüey, 2011, pp. 25-58.
Yuri Fernández Viciedo
154
La nueva situación legal posibilitó que –en Cuba– la actividad de imprenta
coincidiera con la difusión de las Luces, relación que durante décadas había resul-
tado imposible. De hecho, la imprenta criolla no tuvo –durante casi todo el siglo
XVIII– relación alguna con la impresión de materiales culturales, académicos o de
divulgación cientíca o losóca; de ahí la peculiar inuencia que el mencionado
cuatrienio de prensa liberal debió ejercer sobre las conciencias locales.
Esta relación, sin embargo, tardó casi un siglo en concretarse. Durante varias
décadas del siglo XVIII, el proceso de instauración material y el desarrollo de los
talleres de imprenta, no guardaron vínculo alguno con la difusión ideológica de la
Ilustración en la Isla. Ambos sucesos siguieron cursos distintos hasta su coinciden-
cia nisecular y su relación posterior estuvo matizada por las especícas condicio-
nes socioeconómicas del país y por los efectos del proceso constitucional español.
2. LA PRENSA EN CUBA: UN ORIGEN TORTUOSO
La introducción de la imprenta en Cuba precedió en el tiempo a la impresión
de libros y a la aparición de la prensa plana.2 El ocio de imprimir papeles, su con-
versión en actividad legal dentro del territorio insular y la labor de imprimir libros
y periódicos discurrieron por caminos distintos y momentos diferentes durante el
siglo XVIII. Según Ambrosio Fornet, a lo largo de esta centuria se establecieron en
Cuba ocho impresores: siete en La Habana y uno en Santiago de Cuba. Los prime-
ros, Carlos Habré y Francisco José de Paula, abrieron sus talleres en la capital en
1720 y en 1735, respectivamente. Sus establecimientos pertenecieron a lo que Fornet
2 Es necesar io distinguir entre la i mprenta como artilugio técnico y la i mpresión, o
labor de imprenta, como realización del ocio en sí. Para la ejecución de este último
se precisaba obte ner una autorizac ión real y el proceso pa ra su obtención, desde
las condiciones de Cuba, demostr ó una dilatación de décadas. En La Impre nta en La
Habana, el bibliógrafo chi leno José Toribio Medina señaló l a falta de acuerdo res-
pecto al momento en que se i ntrodujo en Cuba el artilugio de imprenta, c itando la
polémica fecha de 1698 ofrec ida por el bibliógrafo A mbrosio Valiente en una obra
publicada en 1853. Vid. Toribio Medina, José, La Imprenta en La Haban a (1707-1810).
Notas bibliográcas, Imprenta Elzevi riana, Sa ntiago de Chile, 1904, pp. X-XII. Esta
aseveración –en palabras de Toribio Medin a– no resu ltó negada, ni armada por
Bachiller y Morales, quien aseveró conocer –de oídas– que desde nes del siglo
XVII ya exist ía imprenta en Cuba: “No tengo dato alguno histórico para ja r la
época primera (1700), pues únicamente es trad icional: oí a muchas personas que
alcanza ron los últimos años del siglo XVIII que se conoc ía la imprenta, aunque no
se permitía p ublicar obras, desde el último año del siglo X VII”. Vid. Bachiller y Mo-
rales, Antonio, Apunte s para la Histori a de las Letra s y de la Instruc ción Pública en la Isla
de Cuba, tomo III, Imprenta del Tiempo, La Haba na, 1861, p. 115. En contraposición,
Ambrosio Fornet sost iene de modo tajante que “La imprent a llegó a Cuba hacia
1720, unos ciento ochenta año s después que a México”. Vid. Fornet, Ambrosio, El
libro en Cuba, Letras Cuban as, La Habana, 2002, p. 11.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR