El futuro del derecho penal - ¿Derecho penal liberal o derecho penal autoritario? - Libros y Revistas - VLEX 1027341400

El futuro del derecho penal

AutorGeorg Dahm/Friedrich Schaffstein
Cargo del AutorEx Rector y Profesor de la Universidad de Kiel (Alemania)/Profesor de la Universidad de Gotinga (Alemania)
Páginas85-87
85
¿DERECHO PENAL LIBERAL O DERECHOPENAL AUTORITARIO?
-VII-
EL FUTURO DEL DERECHO PENAL
¿Cómo cabe pensar el derecho penal del futuro y qué posición resulta de
la perspectiva autoritaria de é ste para la reforma del derecho penal?
El código penal de 1871 –hoy vigente-, fuera de duda está anticuado en
algunas partes y ya no satisface todos los requerimientos del presente. No
obstante, están circulando imágenes falsas acerca de la relación de esta ley
con el sentimiento jurí dico, con las concepciones culturales y con las deman-
das d e la época . No es posi ble soste ner que la l ey hoy se ha lle más
sustancialmente alejada del sentimiento jurídico de nuestro tiempo que, por
ejemplo, los proyectos de 1925 y 1927. Es difícil encontrar comprobaciones en
este sentido. En la época de transición y de crisis cultural en la que nos encon-
tramos, las «concepciones culturales» se definen del modo más diverso y se
hallan en permanente cambio, refle jando las tensiones sociales y económicas,
políticas e ideológicas, que caracterizan al presente, dan cara a la actualidad,
contradicciones que provienen de las diferencias naturales entre ciudad y es-
tado federado80, entre norte y sur, entre burguesía y proletariado. Cuando una
ley ya no se señala como adecuada a la opinión pública, parece arriesgado
pretender de antemano una reforma en sintonía con el convencimiento del
pueblo, con el moderno sentimiento jurídico o análogos. Se tiend e mucho a
confundir la «visión popular» con concepciones limitadas de partes del pue-
blo o, lisa y llanamente, con las visiones propias de pequeños pero influyentes
grupos, como por ejemplo, a tomar como parámetro los círculos que dominan
el aparato técnico para influir sobre la opinión pública, a la que afirman ex-
presar, con la ayuda de una propa ganda hábil y agresiva. Por cierto, existen
aún fuerzas conservadoras y arraigadas en los estados y e n las más pequeñas
ciudades, como también en amplios círculos de la burguesía y del proletaria-
do de las grandes ciudades, sólo que éstas no dan con las formas de expresión
ricas de espíritu y seductoras, y que no impulsan la exteriorización como lo
hacen los antes mencionados círculos ruidosos. Por eso surge de la prensa,
80 Traducimos aquí «Land» por «estado federado», esto es, cada una de las provincias que
integran el país [N. del T.].

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