Conceptos fundamentales de las Ciencias Sociales - Segunda parte - Metodología de las ciencias sociales - Libros y Revistas - VLEX 1016865278

Conceptos fundamentales de las Ciencias Sociales

Páginas168-178
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FELIX KAUFMANN
5. CONCEPTOS FUNDAMENTALE S DE LAS CIENCIAS SOCIALES
El problema capital de donde suele arrancar desde hace más de dos milenios
el an álisis de los conceptos científico-sociales es la relación entre el colectivo social
—especialmente sociedad y estado— y los hombres que lo forman. Problema que
se ag udiza por las siguientes consideraciones. Por una pa rte, es claro que la socie-
dad se compone de una pluralidad de hombres y que no puede, por lo tanto, existir
una sociedad sin que exista a la vez una pluralidad de hombres. También se ve
fácilmente que son hombres los que obran o los que sufren cuando se h abla de que
la sociedad actúa o que recibe un da ño. Pero, por otro lado, tenemos también la
idea bien clara de que una sociedad pueda s ubsistir aunque mueran muchos de sus
miembros y hasta todos sus miembros anteriores, y sean sustituidos total o parcial-
mente por otros. Se ma nifiesta, sobre todo, que el espíritu social tal como se expresa
en lenguaj e o en las innumerables costumbres sociales sobrevive, por lo general, al
cambio de miembr os de la sociedad. Así se lle ga a l a c uestión antitétic amente
agudizada —y, como veremos, no formulada unívocamen te— de si la sociedad,
como totalid ad social, es anterior a los individuos particulares (cambiables) que la
componen, o si, por el contrario, hay que hablar de una prioridad de estos últimos
frente a la so ciedad que forman. Se designa recientemente esta cuestión como la
controversia entre la concepción universalista eindividualista de la sociedad.
Los argumentos esenciales de la tesis universalista acerca de la naturaleza de
la sociedad1se pued en resumir así: La sociedad no es una suma de individuos y no se
pueden obtener las leyes de la sociedad por una agrupaci ón de las actua ciones
singulares de los hombres. La tesis individualista según la cual existirían primera-
mente los individuos, que formarían luego la sociedad por un cierto tipo de convi-
vencia, sería falsa. Más bien el individuo nace dentro de la sociedad, y se puede
decir que es hombre en la medida en que na ció en ella. La tesis de Aristóteles de
que el hombre es por naturaleza una criatura social ( ) no hay que
considerarla como un resultado empírico sino como una verdad a priori. Se puede
ver esto con la mayor claridad si se piensa que la naturaleza del hombre en ningún
modo —como afirma un h ipernaturalismo ciego a los problemas y a las ideas—
consiste en propiedades particulares de su cuerpo, por ejemplo, su marcha erecta,
sino en su participación (entendida la palabra en su sentido más agudo, el que le
dio Platón) en el espíritu. Esta partici pación, que acaso pueda ser ilustrada del
mejor modo con la comunidad del lengua je, nos muestra que el individuo se con-
vierte en un ser espiritual y, con ello, en hombre, mediante su pertenencia (calid ad
de miembro) a una esfera de valores espirituales.
Las tesis individualistas combatidas en es ta concepción universalist a y que,
como dijimos, se apoyan sobre todo en el supuesto de que la sociedad no es más
1Como su representante más importante en el campo alemán hay que señalar a Othmar Spann. Cf.
su «Gesellsc haftsphilosophie» en el Handbuch der Phil osophie, Múnich, 1928. Hay trad. española,
Rev. de Occ.

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