Seguridad - Octava parte. El problema de la paz - Política entre las naciones la lucha por el poder y la paz - Libros y Revistas - VLEX 1028415040

Seguridad

AutorHans J. Morgenthau
Cargo del AutorProfesor de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos)
Páginas430-440
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HANS J. MORGENTHAU
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SEGURIDAD
Los observadores más pers picaces han a dvertido que la solución al problema
del desarme no resid e en el propio desarme. Se han dado cuenta que se encuentra
en la seguridad. Los armamentos son la consecuencia de ciertos factores psicológi-
cos. Mientras estos factores persistan, la decisión de las naciones a armarse también
persistirá y esa decisión volverá imposible cualquier desarme. El motivo más g ene-
ralmente profesa do —y con frecuencia el más real— para el armamentismo consis-
te en el miedo a un ataque, es decir, el sentimiento de inseguridad. Por lo tanto, se
ha argumentado que lo que necesita es asegurar realmente a l as naciones de los
ataques mediante algún nuevo mecanismo para así darles una sensación de seguri-
dad. Así desaparecería la compulsión hacia una real necesidad de armarse, puesto
que las naciones encontrarían en ese nuevo mecanismo la seguridad que anterior-
mente había n buscado en los armamentos. Desde fines de la primer a guerra mun-
dial, todas las naciones políticamente activas del mundo han estado —una u otra
vez— legalmente comprometidas con dos de estos mecanismos: la seguridad colec-
tiva y una fuerza policíaca internacional.
SEGURIDAD COLECTIVA
Ya hemos examinado los a spectos legales del problema de la seguridad colec-
tiva tal como se presentan en el artículo 16 del Pacto de la Li ga de las Naciones, en
el capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas y en la resolución «Unidad para la
paz» de la Asamblea General de Naciones Un idas.1 Quedan por considerar los pro-
blemas políticos que plantea la seguridad colectiva, con especial énfasis en el pro-
blema del orden y la paz internacional.
Dentro de un sistema de seguridad colectiva en funcionamiento, el problema
de la seguridad ya no es solo de incumbencia de una nación en particular, la cual
debería aten derlo mediante arma mentos y otros elementos que hac en al poder
nacional . La s eguridad se convierte en algo qu e i ncumbe a todas las naciones,
quienes se encargarán colectivamente de la seguridad de cada una de ellas como si
fuera la propia seguridad la que se encuentra en juego. Si A amenaza la seguridad
de B (el resto C, D, E, F, G, H, I, J y K) tomará medidas en nombre de B contra A
como si A las amenazara tanto como B y viceversa. 2 Uno para todos y todos para
uno es la co nsigna de la seguridad colectiva. Tal como lo expresara Bismarck al
embajador británico, lord Loftus, el 12 de abril de 1869, según el informe de este
1Véase el capít ulo 18, apartado «Seguridad colectiv a».
2Véase el diagrama «El ideal de la seguridad colectiva».

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