Filipinas puertas adentro - 25 de Junio de 2011 - El Mercurio - Noticias - VLEX 284772027

Filipinas puertas adentro

Edita Osdaña Española (43) se acuerda del día exacto en que dejó Luzón, la isla más grande e importante de Filipinas, donde se encuentra Manila: 17 de mayo de 1996. Dejó allá su trabajo en el campo, cuidando animales.

-Para mí fue difícil partir -dice en su perfecto inglés, pronunciado en ritmo oriental-, pero era la única manera. Escapar de mi esposo, esa fue la razón principal.

En Filipinas no hay divorcio, sólo anulaciones y se necesita dinero para eso, dinero con que ella no contaba. Edita tenía tres hijos, entonces de entre 8 y 4 años, y le tocó hacer lo que hacen muchas: partir. Tenía 27 años. Primero fue a Taiwán, donde trabajó por cinco años como nana. Volvió a Filipinas por unos meses y con lo ahorrado pudo comprar su propia casa en donde instaló a sus hijos.

Partió de nuevo, a Malasia esta vez. Siempre como nana. Luego vino China, donde trabajó para una familia chilena que en 2007 se volvió a Santiago; le ofrecieron venirse, pero ella no quiso.

Chile, pensó, era muy lejos, el otro lado del mundo, 36 horas en avión desde Manila, y había muy pocos filipinos ahí (no más de 100, calcula la embajada). Se quedó en China.

En China también vivía su tía Luisa Avellanoza Avancena (57), quien trabajaba para otros chilenos. Luisa era viuda, con cinco hijos. La primera vez que dejó Filipinas para trabajar como nana fue en 1991, cuando partió por un año a Estados Unidos -"porque tenía un problema de matrimonio"- y luego volvió a su país hasta 2007, cuando partió a China a trabajar nuevamente.

-Antes éramos ricos, pero mi marido era mujeriego, tenía vicios, muchos de sus empleadores se aprovecharon de lo que hacía y el negocio cayó. Teníamos una ferretería, una tienda en el mercado donde vendíamos carne. Hacíamos peleas de gallos. !Todo perdido¡ -recuerda.

Su esposo murió en 1995, cuando ya estaban separados y el negocio en quiebra

-Así que yo necesitaba trabajar el doble. Cuando limpio el baño siempre me lamento: "!Oh, en Filipinas yo también tenía una nana¡ Y ahora estoy haciendo esto". Pero todavía tengo nana allá, y cuando voy, igual no la dejo hacer todo el trabajo.

En China, tía y sobrina se reunían los domingos. Hasta que la familia para la que Luisa trabajaba decidió volverse a Chile y ella vino con ellos.

-Al principio Edita no quería venir. Dije ok, yo voy primero, después vienes tú. Cuando llegué le dije que viniera, porque acá se estaba bien. Creo que es mejor que China.

Edita se convenció.Â

-Es chora -dice la jefa de Edita, para...

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