Derecho natural y soluciones justas - Fundamentos de Teoría y Filosofía del Derecho - Libros y Revistas - VLEX 1023482810

Derecho natural y soluciones justas

Páginas335-343
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FUNDAMENTOS DE TEORÍA Y FILOSOFÍA DEL DERE CHO
VI
DERECHO NATURAL Y SOLUCIONES JUSTAS
A la hora de concluir esta visión de conjunto parece conveniente aludir
al ‘derecho natural’. Me parece que con la alusión a este ‘tipo’ del derecho se
completa esta mención a vista de pá jaro de la Ontología jurídica, porque el
derecho natu ral es ante todo la Ciencia del Derech o, l a J urisprudencia o
jurisprudentia latina, el a rte o saber que se ocupa de discernir lo justo de lo
injusto.
El llamado ‘positivismo jurídico’ no tuvo muy claro lo que atacó: los
Falck, Holland, Knapp, Jhering, Bergbohm, Kelsen, Bobbio, etc., se remitieron a
una especie de orden de justicia eterno e inmutable al que llamaron ellos
‘derecho natural’, pero en realidad sus ataques de fondo van contra la Ciencia
del Derecho -la Jurisprudencia-, es decir, contra el saber que permite distinguir
con cierta objetividad lo prudente de lo arbitrario. Hablaron, pues, de una
cosa y atacaron o negaron otra: no es que fueran personas especialmente igno-
rantes: participaron de la confusión propia de su tiempo acerc a de lo que se
entendía por ‘derecho natural’.
1. Bromas de la historia
El pensamiento jurídico romano, del que vivió la Baja Edad Media y
buena parte de la Edad Moderna, entendió el derecho natural de formas dis-
tintas. Ulpiano y He rmogeniano repararon más en las tendencias naturales
del hombre, las que el género humano tiene en común con los animales, como
el afán de libertad. La libertad, pues, ‘es’ uno de los núcleos del derecho natu-
ral, y Ulpiano declaró que Jus nat urale est, quod natura omnia animalia docuit: el
derecho natural es lo que la naturaleza enseñó a todos los animales. Se refería
muy especialmente al afán por la libertad que mostramos todos los seres vi-
vos. En cambio, otros juristas romanos, como Paulo o Celso, atendieron prefe-
rentemente a los principios básicos de la conciencia a los que ya he aludido, y
al discurso racional que nos permite a los hombres discriminar lo que es justo
de lo que no lo es: por esta razón dejaron escrito que el derecho natural es el
ars boni et aequi, aquello quod semper bonum et aequum est: el arte de lo bueno y de
lo equitativo, lo que siempre es bueno y justo. En realidad, una y otra acepción
se complementaban, porque es necesario atender a los principios fundamenta-
les de la conciencia (intelecto o nous), pero como el hombre no es un esp íritu

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