De las ciencias auxiliares a la jurisprudencia
| Autor | Niels N. Falck |
| Cargo del Autor | Profesor Titular de Derecho en la Universidad de Kiel (Alemania) |
| Páginas | 117-139 |
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PROLEGÓMENOS DEL DERECHO O ENCICLOP EDIA JURÍDICA
CAPÍTULO III
DE LAS CIENCIAS AUXILIARES
A LA JURISPRUDENCIA
§ CXIX
Introducción. Conocimientos que pertenecen a la educación común
No pueden contarse en el número de las ciencias auxiliares a la jurispru-
dencia, en el sentido propio de la pala bra, otras clases de conocimientos que
los que se enlazan inmediatamente con la ciencia del derecho y su aplicación,
de tal modo, que deben ser considerados como condiciones necesarias, ya
para ¡a investigación de las reglas del derecho positivo, ya para la inteligencia
de las verdades universales del derecho, ya en fin, para la práctica de los
negocios.
Inútil es advertir que cualquier otro género de instrucción que pueda
adquirirse sin menoscabo de la ciencia que debe formar el objeto principal del
jurista, no solo no daña, sino que produce a la vez utilidad y placer. El juris-
consulto debe ante todo adquirir aquellos conocimientos que se exigen en todo
hombre bien educad o, y los debe adquirir, no solo por el placer exterior que
resulta de ellos, sino principalmente por evitar los peligros a que nadie má s
que él está expuesto si c arece de ellos en la práctica de los negocios. La expe-
riencia prueba también que estas nociones generales, que hacen parte de la
educación del hombre, contribuyen directamente a formar el jurisconsulto, alla-
nándole el estudio del derecho, y facilitándole los detalles de la aplicación. En
este concepto, se le recomienda ante todo el e studio profundo de la lengua
natal, e l de la literatura clásica de su país, el de las lenguas modernas más
importantes, y el conocimiento de sus me jores autores en literatura. También
debería considerarse como una parte esencial de esta instrucción general, el
conocimiento más e xacto de las verdades de la religión, y la convicción reli-
giosa más inteligente que la que por lo regular se adquiere en las escuelas
populares, no solo por brillar más en la sociedad, sino principalmente por
corresponder a verdaderas necesidades del espíritu.
Un curso consagrado especialmente a este objeto sería de grande utilidad
para los estudia ntes; pero no se halla establecido en ninguna parte.
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NIELS N. FALCK
§ CXX
Ciencias que no tienen un enlace inmediato con la jurisprudencia
Al salir de las escuelas y de los colegios, el joven debe poseer ya las
nociones científicas que se consideran como una preparación indispensable
para entrar en los estudios especiales; y al pasar a las universidades, donde
estas ciencias se enseñan con más extensión y mejor método, debe procurar
perfeccionarse en ellas.
Entre estos conocimientos generales debe hacerse especial mención de la
literatura clásica, las matemáticas, la historia y la filosofía.
La antigüedad, cuyos tesoros científicos y obras literarias han sido la
fuente de la cultura moderna, está por su literatura y por sus instituciones
civiles tan íntimamente, enlazada con el tiempo presente, que toda educación
científica será incompleta sin el conocim iento de la literatura antigua. Aunque el
resultado más importante del estudio de la antigüedad clásica es la influencia
civilizadora que ejerce en el espíritu del que llega a conocerla, y aunque el
estudio filosófico y crítico no es más que un medio relativamente a este resul-
tado, no debe sin embargo rebajarse el valor muy real que tienen en sí mismos
el estudio gramatical de las lenguas y la crítica filológica. Aun sin tomar en
cuenta el que la filología clásica es la mejor preparación para la sana crítica y
la explicación de las fuentes del derecho, los estudios filológicos tienen ade-
más un mérito singular, cual es, el de acostumbrar al entendimiento a la exac-
titud en las investigaciones científicas, y satisfacer el espíritu de investigación,
sin limitarse a suministrar alimentos a la mera curiosidad.
Esta es una propiedad que en común con la filología poseen las matemá-
ticas, y bajo esta relación, más que bajo ninguna otra, se recomiendan las
matemáticas al joven legista, quien debe procurar siempre, que el interés que
ofrece la materia de una ciencia no dañe a la solidez y exactitud de los cono-
cimientos.
La historia, encantadora para todo el mundo y susceptible de ponerse al
alcance de cualquiera, tiene a demás una extensión infinita, y ofrece por lo
mismo un campo inagotable a las investigaciones y meditaciones. El servicio
que presta como estudio preparatorio, consiste principalmente en que da a
conocer el enlace del presente con los tiempos pasados, en que enseña a poner
la vida del individuo en r elación con un pasado extenso, y en que presentan-
do gran variedad de situaciones sucesivas, multiplicando los puntos de vista,
y mostrando las cosas bajo todas sus fases, desenvuelve y a firma también la
libertad y la imparcialidad del juicio.
La biografía de los hombres que se han hecho célebres en la historia,
revelándonos la riqueza de fuerzas que se desenvuelven en el hombre, y mos-
trándonos en ejemplos vivos las diversas aplicaciones que se les da, tanto
respecto del bien como respecto del mal, sirve también de una enseña nza
eficaz para la conducta de la vida .
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