El sindicalismo y la descentralización de los servicios públicos. Sindicatos de funcionarios
Autor | Adolfo Posada |
Páginas | 75-83 |
75
LATRANSFORMACIÓNDEL E STADO
XV
EL SINDICALISMO Y LA DESCENTRALIZACIÓN DE
LOS SERVICIOS PÚBLICOS. — SINDICATOS DE
FUNCIONARIOS
PASEMOS a considerar el otro punto de vista a que M. Duguit alude. «El sindica-
lismo, dice, prepara la descentralización por servicios públicos, mediante la forma-
ción de los sindicatos de funcionarios...» 1.
Este fenómeno del sindicalismo «funcionarista», como lo llama Duguit, tiene
una doble significación que, ante todo, conviene señalar. Decíamos antes que el
movimiento sindical no es exclusivamente obrero, ni responde exclusivamente al
sentido del
proletariado.
El sindicalismo «funcionarista» es una prueba más de este
aserto2. Pero debe añadirse que, esto no obstante, la importancia excepcional que
actualmente alcanza este sindicalismo viene, sobre todo, del valor que reviste el
sindicalismo obrero en sus dos tendencias, revolucionaria y reformista, y en cuanto
uno y otro, el funcionarista como el obrero, suponen la afirmación del espíritu de una
clase frente
a otras;
realmente, la gravedad que se atribuye al sindicalismo de los
funcionarios públicos, tiene su causa en el hecho de que semejante sindicalismo está
tocado del espíritu del proletariado, y en cuánto lo está; mientras las Asociaciones
de funcionarios no pasen de uniones para el socorro mutuo, defensa respetuosa de
los intereses del cuerpo, nadie verá en ellas ningún peligro, ni menos un síntoma de
crisis en el Estado. La alarma que provoca el movimiento sindical funcionarista,
especialmente en Francia, tiene su raíz en el temor que inspira la actitud «proletaria»
del mismo, revelada en su simpatía hacia la Unión general del Trabajo.
Hay en esta actitud que llamamos «proletaria», o sea propia de proletarios, un
problema del mayor interés, y es este: independientemente del influjo transforma-
dor del sindicalismo general, ¿no hay una relación especial determinada, entre el
sindicalismo obrero propiamente dicho y el Estado, merced a la cual aquél persigue
un cambio radical en la vida y funciones de éste, para que su acción eficaz responda
y se acomode a los ideales proletarios? ¿Cómo olvidar en esa relación el influjo del
principio y del hecho de la lucha de clases? Y ¿qué pensar, entonces, de este movi-
miento sindical, cuando se apodera de los servidores o agentes mismos del Gobier-
no? ¿Qué pensar cuando el sentido del proletariado se apodera del funcionario que
sirve al Estado, introduciendo en la organización de éste el criterio de la lucha de
clases?
1V. luego en el trabajo de M. Duguit «Tercera conferencia», V.
2V. Máxime Leroy,
Les transformations da la puissance publique. Les syndicats de fonctionnaires
(1907).
Jeanney,
Association et sindicáis de fonctionnaires
(1908). Delivet,
Les employes et leurs Corporations
(1909).
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba