Segunda parte - Coaching para manejo en situaciones de agresividad - Libros y Revistas - VLEX 976349320

Segunda parte

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COACHING PARA MANEJO EN SITUACIONES DE AGRESIVIDAD
SEGUNDA PARTE
DELIMITACIÓN AGRESIVIDAD
Detallar la agresividad es una tarea que han intentado científicos y
profesionales de diferentes disciplinas, no obstante, se ha ce referencia a la
disposición primera que da lugar a la posterior agresión. Lagache lo exp re-
sa como «una disposic ión necesaria para que la personalidad pueda edificarse y
más ampliamente para que las personas adopten su sitio en el med io social y res-
ponda a los desafíos que la realidad asigna». Berkowitz certifica que la agre sivi-
dad hace referencia a la «disposición relativamente persistente a ser agresivo en
diversas y diferentes situaciones». En Allport la agresividad «es un elemento que
poseen la m ayoría de los sujetos, pero que a diferencia del instinto que demanda
complacencia, esta solo es una probabilidad que p uede manipularse o no». Agredir
tiene sus raíces en el latín «aggredi» que se descompone en los radicales ad
gradi gradus «paso» y ad =»hacia» que significa avanzar dar un paso hacia
delante. El término agresión aparece en las expresiones de Europa después
de la decadencia de la civilización grecorromana a pa rtir del Siglo XIV,
mientras que el uso del término agresividad e s más reciente. La palabra
agresividad procede del latín que es sinónimo de acometividad. Implica pro-
vocación y ataque. Como adjetivo y en sentido vulgar hace referencia a quien
es «propenso a faltar el respeto ofender o provocar a los demás». El término agre-
sividad apa reció tardíamente en el desarrollo de la lengua durante los cua-
tro siglos entre el siglo XV al XIX la palabra «agresión» viene del verbo
agredir como sinónimo de «atacar» era la única descripción. Agresividad
describe una situación donde «un individuo ataca a otro individuo» y uno de
ellos es el atacante el agresor y el otro el agredido. En los registros se allega
a la representación de la a gresión activa como pasiva enfa tizando la activa
que hace referencia a la agresión como una dificultad que puede proporcio-
nar distintos episodios como el individua l « el sujeto consigo mismo» en lo
social «unos contra otros» e intergrupal de «unos grupos o naciones». Al mismo
tiempo se observa claramente la bipolaridad del término agresividad que se
conjuga en un comportamiento visible negativo de atacar hacer daño a un
otro como a un comportamiento positivo de autoafirmación coraje y toma de
decisiones que favorece a crear confusiones e imprecisiones en el lenguaje
cotidiano.
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RODNIE C. GALLEANI G.
Tabla investigadores que especifican la agresividad en función de la
motivación para dañar a otros:
Comportamiento que intenta herir o dañar a alguien (Sears, Maccoby y
Levin, 1957).
Acto el cual ofende o irrita a otra persona (Eran y Huesmann, 1987).
Motivación para causar daño (Feshbach, 1970; Bjorkqvist y Niemela, 1992).
Conducta que intenta hacer daño a otra persona o a su sustituto»(Caprara
y otros, 1994).
Algún tipo de conducta, tanto física como simbólica, que se ejecuta con la
intención de herir a alguien (Berkowitz, 1996).
Buss brinda una orienta ción alejada de la motivación de la agresión
definiéndose «como la entrega de estímulos nocivos a otro organismo, excluyendo la
utilización de ideas subjetivas como la intención, que consideraba difíciles de evaluar
de forma objetiva ». Laplanche agrega a lo anterior, la necesaria « intención» de
generar daño a otra persona, destruirla contrariarla o humillarla. Johnson
explica que no se puede distanciar un comportamiento agresivo y su motiva-
ción de las otras formas de comportamie nto porque no hay un solo tipo de
comportamiento que no pueda ser calificado de agresivo como no hay tampo-
co un proceso único para representar la agresión.
Rillaer plantea una serie de elementos para hablar de comportamientos
agresivos:
La intención que tiene el comportamiento hacia su objetivo.
Sus orígenes y antecedentes de ese comportamiento.
Su confirmación su estructura.
El contexto en el que se produce ese comportamiento.
Archer &Browne formulan tres características que debería tener un caso
de agresión.
Existir una clara intención de causar daño, ya sea físico, o impedir el
acceso a un recurso necesario, o de cualquier tipo.
El daño causado debe ser real y no una simple advertencia.
Alteración del estado emocional, de modo que la agresión pueda ser cali-
ficada como violenta, más allá de lo estrictamente instrumental.
En razón de lo expuesto, el comportamiento agresivo observable media
por transformaciones cognoscitivas y estados emocionales cuyo fin se puede
apreciar cuando analizamos la interacción entre dos o más sujetos, esta ac-
ción mutua no consta de un solo comportamiento sino de un conjunto de
cambios que ocurren durante un cierto intervalo temporal y entre las cuales el
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COACHING PARA MANEJO EN SITUACIONES DE AGRESIVIDAD
comportamiento agresivo es justamente uno de esos intercambios que acome-
ten dicha f unción.
Geen propone cuatro puntos importantes:
Variables internas que predisponen a las personas a agredir . Entre ellas
se pueden menci onar: el temperamento, la fi siología, las expecta tivas
socioculturales, la personalidad, la observación de estímulos violentos.
Variables situacionales. Generan condiciones estresantes frente a las cua-
les la agresión es una reacción. Aquí están incluidas: el incumplimiento de
normas, la frustración, el conflicto familiar, las tensiones ambientales y el
dolor.
Interpretación y Evaluación de las Variables Situacionales. La agresión
sólo se produce si las personas califican dicha condición c omo « arbitraria,
maliciosa o intencional», porque sólo bajo estas condiciones se produce estrés
ira o activación.
Generación de Respuestas Alternativas. Es posible que la conducta agre-
siva no se produzca si surgen nuevas y mejores soluciones alternativas
para los problemas planteados.
Con esta lógica Geen detalla que coexistiend o un elemento orgánico o
funcional solo inclinan a los sujetos hacia la agresivida d no censurándola a
practicarla. Reconociendo lo importante del medio social como productor de
resistencias respecto de la reacción agresiva asimilándola solo como una for-
ma de manejar o solucionar dichos comportamientos. Considerando que el
comportamiento no se libera instintivamente, sino que está influido por com-
ponentes cognoscitivos afectivos y socioculturales. En concordancia, posibili-
ta la conducta visible agresiva disipando la inevitabilidad de dicha acción,
concediendo el control a las personas y componiendo nueva s incubadoras de
prevención e intervención. Bandura expone que para progresar en la com-
prensión de la agresión se deben centrar sus variantes, mecanismos y efectos
asociados a cada forma de comportamiento tales como: la violencia física psi-
cológica los insultos la agresión política la discriminación no excluyendo ras-
gos y orígenes. Belsky supone la conducta agresiva c omo un punto de vista
ecológico que considera a la persona como una totalidad entre las interacciones
con su medio social e interacciones que se ven afectadas por sucesos comple-
jos y continuos que surgen en los distintos sistemas y subsistemas provocan-
do distintas consecuencias. Berkowitz explica que un componente en la no-
ción de comportamiento agresivo es la situación o función que desempeña el
agresor ya que, existe una estrecha relación con el objetivo que procura alcan-
zar, si bien todas las investigaciones concuerdan en que la agresión es inten-
cionada, no existe consenso sobre los fines que persiguen los agresores cuan-
do tratan de herir a otros. Podemos suponer que todo comportamiento visible
agresivo tiene como fin último ocasionar sufrimiento deliberadamente a otra
persona, consecuentemente, se observa la agresivida d como una voluntad de

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