Roser grabada a buril - 5 de Junio de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 868750338

Roser grabada a buril

L os martes se almuerza pollo con papas fritas en el Taller 99. Una tradición que partió hace años para compartir el plato favorito de Roser Bru, quien cada semana, y a pesar de su avanzada edad, frecuentó su casa artística de origen, hoy ubicada en Zañartu 1016. Allí traspasó sus conocimientos sin enseñarlos de manera formal, sino simplemente derrochando experiencias de trabajo y de vida.La historia de Bru en el 99 comenzó junto con su fundación, en 1956, cuando la artista ucraniana Dinora Doudtchitzky la invitó a sumarse a la aventura que Nemesio Antúnez iniciaba en su casa de Guardia Vieja 99, donde replicó lo visto en el Atelier 17 de William Hayter, en Nueva York."En nosotros se desencadenó una gran pasión por el grabado. Nuestros sueños fueron mirados con infinitas ideas visuales que nunca acababan, quedamos 'tomados' por esta nueva forma de hacer y de ser", recordaba Roser. Entonces de 33 años y egresada de la Escuela de Bellas Artes, se unió a un puñado de artistas que experimentaban las posibilidades modernas de expresión de esta antigua técnica.Ese entusiasmo del principio lo fue traspasando a quienes compartieron su trayecto por las distintas sedes del Taller en sus 65 años de existencia, del que se alejó cuando se fundió con la Escuela de Arte de la UC en 1964, participando en sus exposiciones después de su refundación en 1985, y al que volvió definitivamente en 2006.-A su lado uno entendía lo que era trabajar en colectivo; su grabado, el mío, el del otro tenían el mismo interés, y cada martes quería saber en qué iba mi obra. Tomaba un lápiz y rayaba donde creía que faltaba algo, siempre desde la sencillez de aportar como una más. Maestra excepcional, sin títulos ni cargos, solo con su sentido de vida puesto en lo que hacía -dice Ximena Lecaros, una de las integrantes del colectivo."Hay que darles pareja a las cosas" era su frase recurrente y que tomó prestada de su amiga Delia del Carril, "La Hormiguita", también del grupo inicial. "Quería decirnos que al insistir en un tema se abre una nueva ventana, se aporta otro ángulo y te acercas más a lo que quieres lograr", cuenta la grabadora Magdalena Ludwig, quien destaca en Bru el gozo que le producía el proceso de hacer grabado, más que el resultado.-Nos enseñó a mirar y a estar atentos, nos estimuló a trabajar. Renovó el impulso creador que dio origen al Taller y esa energía permanece ahí.Al empezar la jornada, su clásico "!Hola, bonita¡" daba pie a una conversación que continuaba...

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