La pregunta sobre la responsabilidad del procesado y el papel de los peritos médicos ante los tribunales
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ÍNDICE
VI
LA PREGUNTA SOBRE LA RESPONSABILIDAD
DEL PROCESADO Y EL PAPEL DE LOS PERITOS
MÉDICOS ANTE LOS TRIBUNALES
Los resultados obtenidos nos proveen de un arsenal suficiente para atrevernos
a limpiar esta cuadra de Augí as de problemas filosófico-jurídicos, in tentando una
investigació n pu ramente psicológica del concepto de la responsabilidad. También
evitaremos la mezcla , tra dicional en esta cuestión, con los problemas filosóf ico-
religiosos del libre albedrío, para captar, por lo pronto, el concepto de la responsa-
bilidad de una manera puramente psicológica. La concepción psicoana lítica consi-
dera el aparato anímico del hombre como un sistema determinado completamente
por causas psicológicas y biológi cas. Con eso pierde su sentido el concepto filosó-
fico-religioso del libre albedrío. Las acciones humanas están determina das de dife-
rentes modos por móviles conscientes e inconscien tes. Lo que se denomina común-
mente libre voluntad no es más que el conjunto de los móviles conscientes del Yo. El
más próximo hech o d e imp ortancia que puede esclarec er e l pr oblema del libre
albedrío es que estos móviles conscientes representan complicados productos de la
transformación de móviles inconscientes e instintivos, que probablemente han atra-
vesado diferentes censuras anímicas antes de obtener su forma digna de entrar en la
conciencia. Hasta en el caso del hombre sano y normal no vencen siempre, o, por lo
menos, no son siempre decisivos para las acciones, estos móviles conscientemente
dignos, que la mayor parte de las veces aparecen perturbados y hasta aniquilados
por móviles inconscientes. Para esto, la mejor demostración la ofrecen las acciones
equívocas (Fehlhandlun gen), en las que, en lugar de un acto conscientemente inten-
tado, surge otro, intentado inconscientemente. Opinamos que el concepto del libre
albedrío no significa más que el deseo narcisista, transformado hasta en un postula-
do ético, de que el Super-yo domine ilimitadamente e l aparato anímico humano.
Creen que el hombre tiene siempre la libre elección entre el mal y el bien, y esta
representación de la libertad electiva es el fundamento de la responsabilidad. Cuando
se actúa de una manera falsa, se es responsable, porque se hubiera podido actuar de
otra manera. Y esto sería cierto cuando en el momento concreto la proporción de
las fuerza s hubiera sido otra. Pero esta proporción entre las fuerzas de los diferen-
tes móviles que determinan el acto depende en cada caso de la personalidad del
individuo de que se trate, de su vida personal y de su constitución. Si hubiera
tenido otro padre, o recibido otra educación, o bebido un vaso menos de cerveza
antes de realizar el acto, éste sería distinto. El libre a lbedrío de los moralistas y los
filósofos no signifi ca so lamente la consideración unilatera l de los móvil es con s-
cientes, sino, más que eso, la aceptación de un factor moral dinámico, dado aislada-
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