El criminal neurótico
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ÍNDICE
IX
EL CRIMINAL NEURÓTICO
En 1915, Freud describió en un breve trabajo, que llevaba el título de Algunos
tip os de cará cter s egún el tr abajo psic oana lític o (Ei nige Char ktert ypen aus d ar
psychoanalytischen Arbeit), a determinadas person as cuya vida transcurre bajo el in-
flujo de ciertos mecanismo psíquicos inconscientes, sin dependencia de la voluntad
consciente y con frecuencia de una manera coactiva. Uno de estos tipos, que Freud
denomina la excepción, intenta, fijad o en una situació n inf antil, ser t ratado en l a
vida, en contra de las posibilidades de la realidad, como una excepción. Toda la
vida de tales hombres se desliza bajo el signo de este deseo instintivo e irracional.
Freud decía que era posible mostrar en los curricula vitae anteriores de estos sujetos
la particularidad común de que sus neurosis se enlazaban a una vivencia (Erlebnis)
o a un dolor sufrido en la niñez más remota, respecto de los cuales se sentí an
injustamente castigados y que podían valorar como una postergación injusta de sus
personas. Los derechos especiales deducidos de esta injusticia y la desobediencia
consiguiente produjeron, o por lo menos agudizaron en gran parte, los conflictos
que más tarde habían de producir la explosión de la neurosis.
Se comprende có mo los hombres que exigen co ntinuamente una posic ión
excepcional tengan más dificultades para adaptarse a las exig encias del exterior y
por eso ofrezcan una gra n masa de criminales que, como los neuróticos, aunque de
modo difer ente, fracasen en la adaptación social.
Otro tipo está integrado por los que fracasan o causa del éxito. Hombres que, por
la presión de sentimientos inconscientes de culpabilidad, no pueden soportar sus
propios triun fos, y precisamente después de lograr un éxito, según Freud, caen en
una neurosis o, como nosotro s creemos, buscan con intención inconsciente situacio-
nes de dolor para expiar el éxito o intentan instintivamente destruir los frutos de
éste.
Sin embargo, este tipo ofrece menos interés cr iminológico, y tie ne más im-
portancia el grupo tercero de los que Freud des cribe como los criminales p or senti-
miento de culpabilidad.
Estos sujetos delinquen especialmente por estarles proh ibida la acción y por-
que el ejecutarla les propor ciona cierto descargo anímico. En ellos existe un senti-
miento de culpabilidad, de origen desconocido, que siempre pesa sobre ellos y que
mediante el delito se enlaza con una acción determinada, haciéndose así más sopor-
table al encontrar una fundamentación consciente y admisible.
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