A modo de conclusión - 3ª Parte. Análisis de la corrupción - 4a Generación de derechos fundamentales. Derecho y corrupción - Libros y Revistas - VLEX 1032061944

A modo de conclusión

AutorArmando Rafael Aquino Britos
Cargo del AutorProfesor Titular de Derecho Constitucional de la Universidad Nacional del Nordeste (Argentina)
Páginas211-227
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4a GENERACIÓNDE DERECHOS FUNDAMENTALES. DEMOCRACIA Y CORRUPCIÓN
CAPÍTULO XI
A MODO DE CONCLUSIÓN
Es imperi oso comprender la situación, posicionarnos en tiempo, lugar y ana-
lizar cuále s son las condiciones imperantes en nuestra sociedad que pueden condi-
cionar el sistema político, afectar (o no) los d erechos fundamentales, y en que di-
mensión; debemos desentrañar cuales son las causas (o la) que condicionan el pro-
pio funcionamiento estatal, comprendi endo este a la población , el territorio y el
poder que articula a los primeros a través del derecho.
Partimos de la base, en esta primera parte, que es el sistema democrático, el
mejor o el menos malo para los que gustan la perfección, pero es el único que
amalgama libertad, respeto al ser humano y un di seño de poder suficiente para
garantizar la paz social. Este modelo de vida, más allá de las visiones diversa s,
distintas y variadas, según la época; se impuso con fuerza en el planeta coadyuvando
a ello valores volcados al sis tema jurídico internacional.
Todo el orbe asp ira a una democracia si n r estricciones y más all á d e l os
matices idiosincráticos, es una conquista de la humanidad que logró expresar los
valores paradigmáticos del sistema, difundir las bondades de su contenido, lograr
que estos tengan una raíz cultural, para más tarde traducirlos en forma jurídica para
que sean obligatorios para todos.
Es también el reaseguro de la realización plena y total de los derechos humanos.
De allí que esa primera sección de este estudio está orientado al sistema de
derechos y la evolución que creemos, concluye en una 4 ª generación de derechos
humanos que tiene a la democracia como bien jurídico universal; genera un «dere-
cho a la democracia» y no se detiene solo en la formalidad del poder, sino que es
generadora de otros derechos que emergen justamente por las bonda des del siste-
ma y la evolución de la sociedad.
Concebimo s e l s istema en función del hom bre y por ello no podría estar
ausente la dimensi ón de la dignidad huma na –fin cardinal de este– y abordamos
también la defensa de los derechos fundamentales, en una amplia concepción. No
puede ser ajena a ella la necesidad d e comprender y hacer compren der una nueva
dimensión de los derechos subjetivos, que trasciend en l a indi vidualidad, siendo
una obligación estatal la satisfacción de los derechos elementales del ser h umano
para logar la verdadera igualdad.
Por ello intentamos descr ibir este fenómeno nuevo que se da en una particu-
lar simbiosis de demandas sociales con aportes de la ciencia del derecho que fueron
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ARMANDO RAFAEL AQUINO BRITOS
capaz de poner fre no al a uge neoliberal de los años oc henta en el siglo XX, y
abogamos por un estado garantista en tal sentido; no solo por una marcada concep-
ción ideológica y compromiso social, sino también convencidos que es una conve-
niencia colectiva.
Es que la conjunción de democracia, satisfacción de los derechos fundamenta-
les es insoslayable. El sistema democrático dejó de ser una expresión formal de una
forma de gobie rno, ya no puede soslaya rse que está obligada a da r co ntenido
sustantivo a sus actos pr ocurando la satisfacción más amplia y efectiva de las de-
mandas sociales, particularmente de los que menos tienen. Por eso decimos que
esta orientación procura una democracia eficiente y para ello los modernos concep-
tos de ciudadanía, la necesidad de comprensión del sujeto democrático como prota-
gonista de esta epopeya que tiene en la sociedad nichos de intolerancia, incompren -
sión, y donde tambi én, es necesario aclarar, tanto grupos de presión , factores de
poder y partidos políticos no están a la altura de los cambios producidos en el
mundo, y menos aun, la orientación que d ebe tener un sis tema político para garan-
tizar los servicios esenciales a los ciudadanos.
Este sistema genera derechos y aparece como metagarantía, y como tal g enera
una acción para tutelarlo: acción popular donde ca da ciudadano tiene en la resisten-
cia a la opresión la herramienta para defenderla, en primer lugar, ante los tribuna-
les ya que cada uno es dueño de la parte alícuota como titular de dicha soberanía.
En la actualidad se percibe el síntoma socia l denominado pos-democracia que
se identifica como una cr isis del igualitar ismo y la trivialización de los procesos
democráticos donde el interés por la política cede ante el desinterés que se mani-
fiesta más bien como «ant ipolítica» producto de la indign ación social contra la
corrupción, los escándalos de los funcionarios, la dilapidación del dinero público y
su malversación con fines privados; contra la ineficiencia del control ético sacada a
la luz en la administra ción pública y en la mayoría de los partidos políticos» 321
apuntan Bordoni y Bauman y que se manifiesta en perdida a la n oción de legalidad
y límites donde prevalecen los mercados financieros y bursátiles, caída de la parti-
cipación ciudadana, regreso del liberalismo en su más cruda expresión, haciendo
desertar al estado de funciones que antes tenía, decadencia del estado de bienestar,
prevalencia de los grupos de presión, la política como espectáculo gana espacio
antes que la política como construcción arquitectónica de un escenario colectivo
mejor, disminución de inversione s pública s, man tenimiento de formas pero sus-
tracción de la materia propia de la democracia donde solo se mantiene la libertad
pero se omiten la igualdad y la fraternidad.
El análisis claramente estructural funcionalista de las instituciones y normas
sobre las que se desarrolla y desenvuelve la política es estudiada en la 2ª parte y nos
obliga a advertir, lo que creemos es el problema que afecta los derechos y el sistema
mismo a punto de provocar no solo tensión sino también colapso del mismo.
De allí que en la 3ª parte apuntamos a lo que creemos es la causa principa l que
afecta al sistema democrático, que lo torna disfuncional para la satisfacción de los
derechos fundamentales: la corrupción; causa fuente de los problemas par a que el
sistema ins titucional sea efici ente y la atención de los dere chos fundamental es
321 Bauman Zygmunt, Bordoni Carl o, «Es tado d e Crisi s», E d. Pai dos, E stado y Soci edad,
Buenos Aires, 2016, pág. 17 0

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