El Manolo y la Flaca - 2 de Junio de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 641495825

El Manolo y la Flaca

Son los nombres del león y la leona del zoológico Metropolitano que fueron sacrificados para salvar la vida de un joven que ingresó a su jaula con sus facultades mentales perturbadas. La noticia conmocionó a la opinión pública, que comprensiblemente lamentó la pérdida de estos animales. Lo que ya no parece tan comprensible es la insólita furia que se abrió paso por las redes sociales contra la acción de los funcionarios del parque y las voces que clamaron que debió dejarse morir al "loco" a manos de las fieras. No faltó quien sostuviera que si el joven quería suicidarse así, en su derecho estaba.

En réplica se preguntó: ¿se hubieran hecho tales quejas si el afectado no hubiera sido un enfermo mental, sino un niño? Increíblemente a menos de una semana, ese fue el caso que sucedió en el zoológico de Cincinnati, cuando un menor de pocos años cayó en un foso y quedó a merced de un gorila. El personal del establecimiento -al igual que el del zoológico chileno- decidió dispararle al animal para evitar que dañara al niño. También aquí hubo protestas, pero ahora apuntando a la supuesta negligencia de la madre.

Nadie puede dejar de sentir pena, incluso profunda, por la muerte, diríamos trágica, de estos hermosos y apreciados animales que hacían las delicias de las familias que visitan esos lugares de esparcimiento y contacto con la naturaleza. Pero de allí a indignarse porque se haya optado por salvar la vida de personas humanas en una situación de máxima vulnerabilidad, hay un buen trecho. La reacción resulta reveladora de que los movimientos que abogan por un mayor reconocimiento jurídico de los animales, autocalificados como "animalistas", está calando profundo en la cultura contemporánea.

No se trata de lo anecdótico que puede ser una campaña como la que se ha desarrollado en nuestro país para que la ley deje de considerar a los animales como "muebles" y los reconozca como "seres sintientes". Cualquiera que lea el Código Civil verá que esa calificación no tiene nada que ver con lo que es el mobiliario de una casa: sillas, camas, mesas, etc., sino con la simple realidad de que, a diferencia de los inmuebles (bienes raíces), los animales pueden moverse de un lugar a otro, y por eso se les incluye dentro de los bienes...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR