El jefe y el juez - Primera parte - La soberanía - Libros y Revistas - VLEX 976845050

El jefe y el juez

Páginas47-58
47
LA SOBERANÍA
III. EL JEFE Y EL JUEZ
El ascendiente del hombre sobre el hombre se ejerce tanto para reunir a un
conjunto de individuos dispuestos a una acción común como para poner remedio a
los antagonismos que naturalmente resulten del entrecruzamiento de voluntades
humanas. De ahí las dos formas de autoridad, que no se reúnen fácilmente en la
misma pe rsona, ya qu e una es esenci almente imp ulsora y otra e sencialme nte
apaciguadora. Su contraste puede ser aclarado por medio de dos imágenes: la del
puente de Arcole y la encina de Vincennes.
El puente de Arcole y la encina de Vincennes
El cuadro que representa a Bonaparte lanzándose contra el enemigo y hacién-
dose seguir de s us soldados representa, en síntesis, toda la acción ejercida sobre
ellos desde que asumió el mando. Había encontrado tropas moralmente disgrega-
das y sin ánimo ofensivo. Él les infundió su fiebre: la famosa arenga iba encamina-
da a propagar en ellos su ambición, de forma que llegaran a ser como los miem-
bros unidos de su intento. Por una grosera transcripción, la impaciencia de estar sin
gloria les hace sentir que se encuentran sin zapatos y para ellos ha materializado
sus vastos sueños bajo las especies sensibles de las «fértiles llanura s de Lombardía».
De una suma de factores inactivos, Bonapar te ha hecho un conjunto en movi-
miento: él mismo, el jefe, aparece erguido precipitándose. San Luís se presenta, por
el contrario, sentado bajo la encima, y por un azar que acentúa el contraste, la escena
del puente de Arcote ha sido popularizada bajo la forma de fuertes colores, mientras
que la encina de Vincennes en forma de litografía. Como Bonaparte, San Luís modifica
la disposición de su entorno aunque en sentido inverso: los querellantes llega n con
paso precipitado por el ardor de la disputa y s e van sosegados. Como fuerte de
energía, el príncipe de la acción acelera el movimiento de los átomos sociales para
imprimirles un poder de expans ión colectiva. Manantial de frío, el príncipe de la paz
disminuye este movimiento para atenua r sus choques mutuos.
Esta fuente de calor, principio de movimiento, y esta fuente de frío, principio
de orden , constituyen l os dos polos de la existencia social; los cambios producidos
por una, vienen a ser incorporados por la otra en un nuevo equilibrio.
La fijeza del cuadro
Nombrar es la primera actividad social que se enseña al niño. Lo que aprende
a nombrar son los fenómenos que constituyen su mundo; a medida que este univer-
so se a mplía, los nombres propios se multiplican. El ni ño es ya mayor cuando se da
cuenta de que su madre tiene otro n ombre que el de «Mamá», y es mayor aún
cuando tal río llega a ser para él «el Sena».

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR