Introducción - El estado populista y las ideologías - Estado populista y populismo constitucional. Dos estudios - Libros y Revistas - VLEX 1028605798

Introducción

AutorJuan Carlos Cassagne
Cargo del AutorCatedrático de Derecho Administrativo de la Facultad de Derecho Universidad de Buenos Aires (Argentina)
Páginas23-26
23
EL ESTADO POPULISTA Y LAS IDEOLOGÍAS
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
Bucear en la genealog ía del populismo suele deparar no po cas sorpresas, como
la de comprobar que algunas de sus formas y procedimientos fueron conocidos y
puestos en práctica de un modo efectivo en el mundo antiguo (griego y romano).
Sin embargo, este ensayo no se propo ne hacer su reseña histórica, aunque utilizará
parte de la historia política y de la filosofí a imperante en los tres últimos siglos.
Allí abrevan las fuentes que han dado origen a los populismos modernos.
Como pun to de partida, la semántica más elemental proporciona una noción
que se revela inútil pa ra caracterizar al fenómeno populista, y, más inútil aún, a su
principal producto en Latinoamérica, que es el llamado socialismo del siglo XXI.
Hasta hace relativamente poco tiempo el Diccionario de la Lengua Española
no le d aba cabida al fenómeno. Pero el uso gen eralizado del lenguaje ha terminado,
como siempre, por imponerse y , hoy día, aunque su utilización vulgar suele asig-
narle un sentido despectivo, el populismo aparece caracterizado como «la tendencia
política que pretende atraerse a las clases populares» 10. Esta definición, como buena
parte de las definiciones, peca de falta de precisión, en la medida en que su objeto
no alcanza a capturar la ontología del populismo como construcción colectiva y
movimiento político de masas, ni sus elementos consti tutivos. En ta l s entido, la
noción amplia que suele utilizars e, a l en globar en el po pulismo distintos movi-
mientos, como el peronismo en Argentina 11, que sustentaron ideologías opuestas al
marxismo12, si bien es uno de los modos posibles de apreciar este complejo fenó-
meno polí tico sociológico , no tiene en cuenta ni pon e el acento en el modelo ,
producto de la llamada izquierda radicalizada. Este modelo se afirma sobre unas
bases teóricas que le confieren una peculiar conformación, típica y original, siendo,
precisame nte, el que ha venido rigiendo en alg unos países de Latinoamé rica a
10 Diccionario de la lengua española, Real Academia Española, t. II, 23ª ed., Madrid, 2014, p. 1755,
aunque el término no es empleado en sentido peyorati vo por los ideólogos del populismo.
11 SOLANET, Manuel A., «Las huellas del populismo en Argentina» , Separata de la Academia
Nacional de Ciencias Moral es y Políticas, Buenos Aires, 2012, pp. 5 y ss., sin perjuicio de
compartir la mayor parte del excelente análisis q ue contiene dicho trabajo.
12 Para confirmar lo afirmado en el texto basta con l eer las opiniones que dier on sobre el
Movimiento Nacional Justicialista diversos profesores al responder a una Encuesta reque-
rida por el Delegado Interventor de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos
Aires en el año 1952 , y DEL CARRIL, Bonifacio, Memorias dispersas. El C oronel Perón, Emecé,
Buenos Aires, 1984, pp. 21 y ss. A su vez, en las ba ses de l GOU (Grupo de Oficia les
Unidos), orientado por el entonces coronel Perón, que preparó la Revolución de 1943 que
impuso, por primera vez en Argentina, un gobierno militar y no civil para dirigir el Estado,
se establece entre las obligaciones de los enrol ados a ese movimiento (punto 7, inc. d) «la
defensa contra el comuni smo» (ob. cit., pp. 117-118).

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