Un poco de historia sobre los tribunales sovieticos - El sistema judicial en la URSS - Libros y Revistas - VLEX 976573432

Un poco de historia sobre los tribunales sovieticos

AutorVladimir Terebílov
Cargo del AutorProfesor asociado de la Facultad de Derecho en la Universidad Estatal de Moscú
Páginas9-34
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ÍNDICE
CAPÍTULO I
UN POCO DE HISTORIA
SOBRE LOS TRIBUNALES SOVIETICOS
1. Por que el nuevo estado socialista tiene necesidad de los tribunales de
justicia
Las primeras leyes promulgadas por el Poder soviético en Rusia en octu-
bre y noviembre de 1917 fueron los decretos según los cuales todo el poder
pasaba a manos de los obreros y campesinos, y la tierra, el subsuelo, los bos-
ques, las aguas, las grandes empresas, el transporte y los bancos de la vieja
Rusia zarista quedaban convertidos en patrimonio del Estado, de todo el pue-
blo. Al mismo tiempo se dictaron leyes que abolían los estamentos e implanta-
ban la igualdad de derechos de las naciones, la separación de la Iglesia y el
Estado, la igualdad de derechos de la mujer, etc.
El nuevo Estado socialista necesitaba un nuevo orden jurídico. Ocioso es
decir que el viejo aparato del Estado zarista no podía cumplir estos fines, y
por ello hubo de ser suprimido por entero y remplazado por otro, estructurado
a base de principios completamente nuevos.
A la par con otras instituciones estatales de la Rusia zarista, se suprimie-
ron los antiguos tribunales, que protegían los intereses de los capitalistas y
terratenientes. La demolición de los viejos tribunales sirvió de pretexto a mu-
chos juristas y políticos burgueses para acusar a la nueva Rusia de que des-
pués de la Revolución de Octubre de 1917 se había formado en ella un «vacío
jurídico». La historia de los tribunales de justicia soviéticos es una convincen-
te refutación de esta falsedad. En efecto, el viejo aparato judicial fue destruido
en su totalidad, pero esto se hizo para crear, sobre las ruinas de los antiguos
tribunales declinantes, un nuevo aparato judicial que correspondiese a los
objetivos y tareas del Estado de obreros y campesinos.
Los teóricos del socialismo nunca negaron la necesidad de la regula-
ción jurídica más rigurosa y consecuente de todos los aspectos de la vida
del Estado. Por el contrario, insistieron en que el funcionamiento del Estado
socialista sólo es posible cuando existe una legislación perfecta y se cum-
plen fielmente las leyes por todos los funcionarios, ciudadanos, organizacio-
nes e instituciones.
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VLADIMIR TEREBÍLOV
Para cumplir estas tareas en el Estado socialista es preciso que, a un
tiempo con otros órganos de gobierno e instituciones jurídicas, actúen tribuna-
les sencillos, democráticos y auténticamente populares. En una de sus cartas a
Augusto Bebel en 1884, Federico Engels escribió: «Mas a todos los partidos o
clases que acceden al poder por la vía de la revolución, les es inherente por su
propia naturaleza la exigencia de que la nueva legalidad, creada sobre la base
revolucionaria, sea reconocida incondicionalmente y se considere sagrada»1.
El fundador del Estado soviético, V. I. Lenin, señaló que la legalidad es
uno de los principios básicos de la acción del Estado socialista y, en relación
con ello, escribió acerca de la necesidad de «observar estrictamente las leyes y
las prescripciones del Poder soviético y vigilar para que todos las cumplan»2.
Como es sabido, el Estado surgió al alcanzar la sociedad humana cierto
grado de desarrollo, cuando por consecuencia de la aparición de la propiedad
privada la sociedad quedó dividida en clases. Al mismo tiempo que el Estado,
nació el Derecho, que establecía un orden jurídico conveniente y ventajoso
para la clase dominante. Con el fin de mantener este orden se instituyeron
órganos cuya misión consistía en imponer el cumplimiento de las normas
jurídicas. Entre estos órganos figuraban, indudablemente, los tribunales, pues,
como escribió V. I. Lenin, «... el derecho no es nada sin un aparato capaz de
obligar a respetar las normas de derecho»3.
Y así vemos que en la historia de la sociedad humana no hubo ni hay un
solo Estado sin tribunales de justicia. Con la particularidad de que en todas
las sociedades explotadoras, los tribunales fueron y son instrumento de la
opresión de los trabajadores. En la sociedad explotadora, los tribunales, lo
mismo que todo el aparato del Estado, sirven los intereses de la clase domi-
nante, protegen los pilares de la sociedad establecida y los derechos políticos
y privilegios de la clase que monopoliza el poder. En el régimen de la esclavi-
tud, los tribunales defendían los intereses de los esclavistas; en la sociedad
feudal, los de los feudales, y en la sociedad burguesa, los de los capitalistas.
Los juristas, filósofos y políticos burgueses no cejaron nunca en sus in-
tentos de convencer a la opinión pública de que los tribunales están «por
encima de las clases» y sirven «a todo el pueblo». Presentan las cosas como si
en la sociedad burguesa los tribunales de justicia fuesen independientes del
Estado y defendieran en igual medida a ricos y pobres. Mas la realidad es
muy diferente. En la época de las revoluciones democrático-burguesas, la bur-
guesía instalada en el poder proclamó las libertades democráticas y sostuvo la
lucha contra los feudales bajo el lema de la «igualdad de todos ante la ley». A
este propósito, Engels escribió: «Por supuesto, para él burgués la ley es sagra-
1F. Engels. Carta a A. Bebel. C. Marx y F. Engels. Obras, ed. en ruso, t. 36, pág. 205.
2V. I. Lenin. Carta a los obreros y campesinos con motivo de la victoria sobre Kolchak. Obras
Completas, 5a ed. en ruso, t. 39, pág. 155. (En lo sucesivo, O.C., t., pág.)
3V. I. Lenin. El Estado y la Revolución. O.C., t. 33, pág. 99.

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