Giuseppe Chiovenda, maestro
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CHIOVENDA. RECUERDOS DE JURISTAS
GIUSEPPE CHIOVENDA, MAESTRO(*)
El profesor REDENTI, que, en previsión de la fiesta que le haremos maña-
na, ha asumido ya la discreta actitud del festejado, no quiere hablar esta tarde;
y me ha rogado que os dirija, ya que no el saludo de clausura del Congreso —
que debe continuar todavía mañana en Bolonia y pasado mañana en Padua—
el saludo de clausura de los trabajos. Os dirijo el saludo, como florentino, en
nombre de nuestra Universidad, en nombre de nuestra cátedra de derecho
procesal, y en nombre de la ciudad de Florencia.
Os confieso, queridos colegas, que éste es un momento, sino de tristeza,
de viva melancolía. La clausura de estos trabajos me da la impresión de termi-
nar esta tarde nuestro verdadero trabajo común, para separa rnos y para vol-
ver cada uno, llamados por los diversos cargos, por las varias profesiones y
por las varias patrias, a una fatiga menos grata.
Hemos tenido, en estos días, la sensación de que este coloquio de estu-
diosos llegados de todas la s partes del mundo es verdaderamente nuestro
privilegio; y nuestro premio, esta colaboración férvida en que nos sentimos a
nuestra entera comodidad, contentos de nosotros y de lo que se hace. Y esta
tarde siento la melancolía de cerrar este capítulo de nuestra vida más verdade-
ra, y de separarme de tantos estudiosos que han venido aquí como congresis-
tas y que, en el momento de dejarlos, hemos de saludarlos como amigos.
Verdaderamente, en el Congreso me parece que haya vuelto a encontrar
en estos días aquel fervor, casi diría aquella poesía de la ciencia, que los
procesalistas de mi generación, han heredado de GIUSEPPE CHIOVENDA. Amigos
no italianos: vosotros habéis estudiado sus obras como las de uno de los más
grandes procesalistas del mundo; habéis conocido en sus libros a GIUSEPPE
CHIOVENDA, estudioso; pero quizá no os podréis formar una idea de lo que ha
sido para nosotros CHIOVENDA hombre, CHIOVENDA Maestro, a cuyo ejemplo
nosotros debemos todo lo poco que después de él hemos sabido hacer. Hace
casi cuarenta años me sucedió encontrar por primera vez a ENRICO REDENTI en
la biblioteca de CHIOVENDA.
(*) Palabras de clausura, tomadas del texto taquigráfico, pronuncia das en el Congreso Inter-
nacional de Derecho Procesal Civil celebrado en Florencia en 1950. Se publicó en Studi sul
processo civile, vol . VI, Cedam, Padova , 1957.
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