Chiovenda
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CHIOVENDA. RECUERDOS DE JURISTAS
CHIOVENDA
I. EL SISTEMA (*)
La última entrega, recientemente dada a publicidad, de la tercera edición
de los Principii de GIUSEPPE C HIOVENDA, va acompañada por un Prefacio a toda
la obra y por un índice sistemático que por sí solos merecerían un comentario.
Que se puedan comentar los pr efacios, de los cuales por lo común se sirven
los autores para confesarse confidencialmente con los lectores, se comprende:
aunque sólo sea porque, en nuestro caso, el autor es hombre tan esquivo a
hablar de sí que, cuando excepcionalmente se deja llevar, como en este prefa-
cio, a decirnos algo de su obra y de su vida de estudioso, no se puede desapro-
vechar la ocasión d e detenerse con él un poco más de lo ordinario.
Pero también el índice tiene en esta ocasión su importancia y su signifi-
cado. Cuando se dijo en broma que la fortuna de ciertas obras jurídicas que
andan en las manos d e los prácticos se debe en tres cuartas partes a la exten-
sión del índice, se consagró en esa aparente paradoja el reconocimiento de
una gran v erdad: que los prácticos no están dispuestos a leer pacientemente
los libros jurídicos desde la primera hasta la última página a fin de conquistar
fatigosamente, tras una larga meditación sobre toda la obra, los principios
sistemáticos en que se funda, sino que quieren que los libros les vayan al
encuentro con despliegue de títulos y subtítulos y minuciosos sumarios, y con
la ayuda de índices cómodos y fáciles, que enseñen el camino para encontrar,
con simplemente abrir la página correspondiente, la solución « necesaria».
Cuántas veces, al hablar de estos Principii con algún abogado, he oído decir
con acento de convicción: «¡será una hermosa obr a; pero no sirve para noso-
tros, porque le falta el índice!». Pues bien, he aquí que, finalmente, GIUSEPPE
CHIOVENDA satisface con este índice, recién salido, aun a los lectores perezosos,
que podrán así advertir, desde el umbral del libro, la armónica arquitectura de
su sistema, y se verán envalentonados para visitar con más segura orientación
sus salas. Y aun para quien ha meditado ya y asimilado en todos sus detalles
este que bien puede llamarse el breviario científico de todo estudioso serio del
(*) Publicado en Archi v. giur., vol. XVII, fasc. I (1924), en recensión a los Principii di diritto
processuale civile, Napoli, 192 3. Reproducido en Studi sul Processo Civile, vol. IV, Ceda m,
Padova, 1939; y en el fascículo In memoria di Giuseppe Chiovenda, Cedam, Padova, 1938.
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PIERO CALAMANDREI
derecho procesal, el índice que revela el esqueleto sistemático de la obra y el
prefacio que evoca su génesis y señala su intento, invitan a volver a meditar y
a recapitular; como, después de un largo viaje a través de ignotas regiones,
basta tomar ante los ojos una carta topográfica de la zona recorrida, para que,
inmediatamente, al volver a leer en ella los nombres de los lugares ya vistos, se
reordenen los recuerdos y, fuera de la variedad de las impresiones ya un poco
descoloridas en la memoria, afloren frescos y familiares los más amables as-
pectos del itinerario recorrido.
***
Y, sin embargo, en la suerte editorial de estos Principii, un hecho —que
puede acaso demostrar nos que los prácticos comienzan a ser menos incultos
de lo que se cree— impresiona sobre todo: el hecho de que este libro de
CHIOVENDA, aun antes de haber mostrado al exterior aquella especie de certifi-
cado de cohesión y perfección que es el índice, aun tan poco dispuesto hasta
ahora a impresionar al lector con expedientes tipográficos de sumarios inter-
calados en el texto, ha llegado en pocos años a la tercera edición, y hasta a la
reimpresión de la tercera ed ición. Esto significa, evidentemente, que también
los profesionales, que de ordinario buscan en el libro legal la solución del caso
específico, y acusan al autor de ser un despreciable «doctrinario» si precisa-
mente para aquel caso específico no sugiere la solución pronta ya para ser
copiada en el recurso de comparecencia de la causa, han tenido que dejar
poco a poco de lado su desconfianza ante estos Principii de CHIOVENDA, que, en
vez de un recetario de soluciones dosificadas, confieren un sistema orgánico
de premisas teóricas, de las cuales cada profesional puede deducir, con la sola
ayuda de un poco de lógica, la solución de todos los innumerables problemas
especiales que la práctica le plantea día a día.
«Yo he procurado —escribe CHIOVENDA en la pág. VIII del pref acio— so-
bre todo proponer y aclarar principios; y no he tratado o resuelto cuestiones
particulares, sino cuando su importancia me ha parecido sustancial y perma-
nente… He desdeñado, asimismo, de ordinario, las cuestiones que con alguna
observación de carácter general y sistemático parecían quedar ya sin más des-
tituidas de base. La avara medida así observada al admitir los ca sos contro-
vertidos’ basta para que mi libro no pueda merecer el nombre de manual: le he
conservado, por tanto, mi primitivo título de Principii». E n estas palabras, tan
sencillas y modestas, está ya delineada claramente la r azón de ser y la funda-
mental originalidad de este libro: el cual quiere ejercer sobre la práctica —y
sus tres ediciones demuestran que la han ejercido ya— una función de educa-
ción y de elevación del pensamiento jurídico, que otros libros, más dispuestos
a ocuparse de los «casos controvertidos», nunca han ejercido. CHIOVENDA tien-
de a dar a los profesionales la severa disciplina mental a que ellos, habituados
a la improvisación y a la superficialidad, parecen menos dispuestos a adap-
tarse; quiere, así sea con medios que al principio dejan desorientados y fatiga-
dos a los lector es, habituarlos p oco a p oco a razonar con su cabe za, a
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