Embarazadas con trastornos alimentarios
La psiquiatra Daniela Gómez recuerda cuando Carolina -como prefiere llamarla para resguardar su identidad- se enteró de que estaba embarazada. Ocurrió a mediados de 2011. Era una joven de 21 años a quien la especialista había tratado durante ocho por una anorexia severa. La especialista le pidió un examen de rutina para descartar una anemia. Al eliminar esa opción, decidió hacerse un test de embarazo. El resultado fue positivo.
-Fue horrible para ella, porque nunca quiso estar embarazada. Como siempre le habían dicho lo difícil que le sería embarazarse, ella se descuidó -cuenta Daniela Gómez, directora del Centro de Atención Interdisciplinaria para Trastornos Alimentarios (AIDA).
La psiquiatra recuerda cómo durante todo el embarazo Carolina mantuvo su bajo peso por la restricción de alimentos. Pero eso cambió cuando nació su hija. Entonces experimentó el efecto contrario a lo que durante años definió su relación con la comida. Cuando llegó el momento de la lactancia, desarrolló lo que se conoce como atracón, otro trastorno alimentario que consiste en comer de manera compulsiva, a causa del estrés o angustia. Según Daniela Gómez, esta compensación era un último intento de Carolina para que su hija recibiera los nutrientes que no le pudo dar durante el embarazo.
Carolina es una de las pacientes que han llegado a la consulta de la psiquiatra Daniela Gómez y fue diagnosticada con pregorexia, enfermedad que afecta a mujeres que sufren trastornos alimentarios como anorexia o bulimia durante el embarazo. En el caso de la anorexia, explica la psiquiatra, se puede dar de dos formas: restrictiva cuando no se ingieren alimentos, o purgativa cuando se busca adelgazar con ejercicio excesivo o vómito.
-Para estas pacientes, es muy difícil verse al espejo y no sentirse bien con su peso. La anorexia o bulimia son trastornos que ocupan la mente de la paciente casi por completo, dejando poco o casi nada para otros, en este caso su guagua -dice la psiquiatra.
María Patricia Cordella, presidenta de la Sociedad Chilena para los Estudios de Trastornos Alimentarios, concuerda, y explica que es durante el embarazo que una mujer con trastorno alimentario puede alcanzar mayores niveles de insatisfacción con ella misma, y por lo tanto, una mayor angustia en general. Según la especialista:
-Para pacientes con trastornos alimentarios, el peso está asociado a la imagen corporal y al valor de sí misma, que es la autoestima. Solo cuando se pese y esté contenta con el número, la paciente podrá sentir que vale. Y como el cuerpo de una embarazada se siente más hinchado, incómodo u ocupado, la mujer embarazada debe lidiar con sensaciones de intromisión, que también son angustiosas.
Los riesgos
-Aunque la pregorexia es un fenómeno que ha existido por mucho...
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