Capítulo primero: El tipo criminal - La criminalidad comparada - Libros y Revistas - VLEX 1016869896

Capítulo primero: El tipo criminal

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CAPÍTULO PRIMERO
El tipo criminal
¿Sentís curiosidad por conocer a fondo al criminal, no al criminal de
ocasión que la sociedad puede imputarse la mayoría de las veces, sino el cri-
minal nato e incorregible, del que la naturaleza, casi sola, se nos dice, es res-
ponsable? Leed la última edición de L’ Uomo delincuente de Lombroso9, que
hacealgunosafros quefuetraducida alfrancés.¡Cuán sensiblehubierasido
una obra de esta fuerza y densidad, que un conjunto tal de experiencias y
observaciones ingeniosas, y en la que se resume el trabajo no estéril de toda
una vida, de toda una escuela innovadora, no hubiera tentado, a pesar de sus
errores,laplumadeuntraductorfrancés!Adecirverdad,elasuntoquizáno
parezcaalprontocompletamenteinteresante.¡Estaanatomíailustrada,física
y moral, de asesinos, de bribones, de odiosos sátiros (stupratori) es tan minu-
ciosa!Susconformacionescraneanasycorporales,susfotografías,susescritu-
ras, sus maneras de sentir el dolor o el amor, el frío o el calor, sus enfermeda-
des, sus vicios, sus embriones literarios, lo que les caracteriza, en una palabra,
¿qué nos importa todo ello? Sin embargo, si es cierto que la medicina ha sido
lacunade lasiologíay queelestadomórbido aclaraelestado sano,espor
lo menos probable también que las investigaciones del criminalista arrojen
luz sobre los problemas del sociólogo; y antes bien no debe extrañar el ver,
segúnlasjusticadas pretensionesdeLa nuova scuola, a la Criminología (esel
título de la última obra del Sr. Garofalo10),entrarcomouncaso particularen
la sociología, y completar desde ese punto de vista la economía política, de la
9 L’Uomo delinquente, por Cesar Lombroso, 3.aedizione:con17tabolee8gure
(Roma-Torino-Firenze, Fratell i Bocca, 1884),traducción fra ncesa en casa de
Félix A lcan.
10 Criminolog ie,porR.Garofalo.(París,F.Alcan,seg undaedición)(*)
(*) La Criminología se h a traducido al español por el Sr. Dorado (La España Moder-
na ).—A . P.
Gabriel Tarde
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cual es, en cierto modo, el anverso. Se puede conceder esto aun cuando no se
mire al criminal de hoy, según la tesis o una de las tesis de Lombroso, como el
último ejemplar, ya raro, del salvaje primitivo, de suerte que lo que es crimen
al presente, hecho antisocial, habría comenzado por ser el hecho social habi-
tual, la regla y no la excepción.
i
Examinemosahora separadamenteloscaracteres anatómicos,sioló-
gicos,patológicos,psicológicos,enn,queserevelanconfrecuencianotable
entre los malhechores habituales, y parecen señalar entre ellos los malhe-
chores hereditarios. Trataremos solo de los adultos, y principalmente de los
hombres.
Anatómicamente el criminal es, en general, grande y pesado11. No digo
fuerte, porque, por el contrario, es débil de músculos. Por su talla y su peso
medios sobresale del término medio de las gentes honradas, y esta superiori-
dad es más marcada en el asesino que en el ladrón. Debo decir, sin embargo,
que las medidas de Lombroso en este punto, tomadas en Italia, están en con-
tradicción con las medidas tomadas en Inglaterra por Thompson y Wilson, y
noestánsiempreacordesconlasdesucompatriotaVirgilio(verpáginas217
y219). Añadiré que,según el mismoLombroso, lasmujeres criminales son
inferiores a las mujeres normales en cuanto al peso. Lo que parece fuera de
duda es la gran longitud de los brazos, que hacen semejantes al criminal y a
los cuadrumanos. Otra particularidad no menos fundada, y que conceptúo
debenotarsedesdeluego,auncuandoseamásbiensiológicaqueanatómica,
es la proporción extraordinaria de los ambidextros: son tres veces más nume-
rosos entre los criminales y cuatro veces más entre las criminales que entre las
gentes honradas.
Los cráneos y los cerebros han dado en este punto bastante que hacer
a los antropólogos, y Lombroso se ve obligado a confesar que su trabajo
ha sido a menudo muy mal recompensado. En primer lugar, la capacidad
craneana de los malhechores ¿es inferior a la nuestra? Parece probable. Lom-
broso y Ferri dicen que sí, así como Amadei, Benedict y otros; Bordier y He-
ger dicen que no12. Según este último, los criminales son mayores en número
11 Observemos que, según Spence r, el hombre primitivo, el salvaje, es pequeño.
12 Otros no están de acuerdo con Weisbach y con Ranke. Según este, que ha
comparadocien cráneos honrados y ciencr iminales (las comparaciones de
La criminaLidad comparada
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precisamente en las capacidades superiores, las de 1.500 a 1.700 centímetros
cúbicos. De todas suertes, es lo cierto que, en las capacidades intermedias
y verdaderamente normales, su número es menor; de modo que la supe-
rioridad, cuando se produce, tendrá los caracteres de una anomalía. Sea de
esto lo que quiera, su capacidad media es muy superior a la de los salvajes,
a los cuales nuestro autor, completamente darwiniano, se complace en asi-
milarlos. Verdad es que por su conformidad craneana y cerebral presentan
aquéllos y estas verdaderas semejanzas, como luego veremos. Se diría que la
regresión de la forma ha sido hasta cierto punto compensada en ellos, como
en ciertos grandes vegetales del tipo inferior, por el progreso, al menos re-
lativo, de la materia. Lo que, en efecto, no me explico, es que la cabeza de
los asesinos haya sido encontrada más fuerte que la de los ladrones. ¿No es
preciso tanta y más inteligencia para combinar un robo que para premeditar
un asesinato? Puede consistir eso, se nos dice, en que la braquicefalia domi-
na entre los asesinos, y la dolicocefalia entre los ladrones; porque la forma
redonda de la cabeza es más ventajosa que la larga, desde el punto de vista
del volumen. A este propósito se observa que Gall acaso tuvo una certera
intuición localizando en las sienes la crueldad. Pero aun aquí debe estar per-
mitida la duda, por la contradicción de los datos; y, por otra parte, aunque
se admitiese la braquicefalia de los asesinos, ¿sería esto una razón bastante
para asimilarlos a nuestros primeros antepasados? No, si se advierte, con
Quatrefages sobre todo, «que entre los trogloditas braquicéfalos de la Lesse,
los hábitos inofensivos están atestiguados por la falta de toda arma de gue-
rra»,mientrasque«loshombresdeCanstadtydeCromañón(dolicocéfalos)
se nos presentan como poseedores de todos los instintos de poblaciones ca-
zadoras y guerreras»13.
En cambio, parece cierto que los malhechores tienen la frente deprimi-
da, estrecha y plegada, los arcos de las cejas salientes, las cavidades oculares
muy grandes, como las de las aves de rapiña, las mandíbulas salientes y muy
fuertes, las orejas separadas y largas, en asa,¡todosloscualessonrasgosbien
purosdesalvaje!14. Añádase a esto diversas anomalías, que sería demasiado
Lombrosonosefundanencifra smuchomássuperiores),lacapacidadmedia
de los criminales es casi igual a la de los no criminales; pero los criminales
son más numerosos en la s capacidades extremas, las más altas como las más
bajas.
13 Ver Hombres fósiles y hombres salvajes, pág. 532.
14 ¿Bien puros? Observamos, por ejemplo, que el prognatismo no caracteriza
exclusivamente ningu na raza, y que, al contrario de la mayor parte de los

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